XXIII (3)

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JungKook sonrió al verlo de ese modo. Aquel castaño estaba muy agitado y no dejaba de menear sus caderas debajo de él buscando que moviera sus dedos mucho más rápido.

En cierto momento, el pelinegro aprovechó la debilidad de su menor para recostarlo en la cama, a la par que el presidente se acomodaba entre sus piernas, únicamente usando sus dígitos para su cavidad y su otra mano para masajear su entrepierna.

Era tan adorable incluso de ese modo. ¿Dónde estaba su chico gruñón? Ahora solo tenía a un endeble universitario gimiendo y retorciéndose debido al placer. Varias veces, el mismo intentó cerrar las piernas sin darse cuenta, pero el mayor se lo impidió con su propio cuerpo.

--- Bonito--- lo llamó, feliz de ver qué su contrario lo estaba disfrutando. Sus expresiones de placer lo eran todo para Jeon, aunque a veces lo veía cubrirse el rostro.

--- N-no más...--- rogó. Iba a correrse si no se detenía y aquello lo dejaría muy apenado. ¿No que muy valiente? Hasta hace unos minutos atrás estaba intentando seducirlo y ahora había caído en las garras del lobo directamente.

---  El único lubricante que usarás para la siguiente, será el mío--- aseguró, soltando su miembro para concentrarse únicamente en su cavidad caliente. La sentía palpitar en sus dedos, pero por más que ambos quisieran otra cosa, ese no parecía el momento adecuado. Que fueran unos cachondos era diferente. No quería solo sexo casual. Quería que llegara el mágico momento donde hicieran el amor, donde no fuera solo algo carnal.

El más bajo se estremeció y gimió, sin poderlo evitar, sintiendo cómo salían disparados hilos de semen sobre su propio abdomen ya desnudo mientras que una fuerte e invisible corriente eléctrica lo recorría entero.

Jeon sacó sus dedos y sonrió ligeramente, encantado por aquel rostro, ruborizado y perlado en sudor, con una expresión agotada. A saber cuánto tiempo habían durado haciendo eso. Aunque estaba seguro de que no mucho.

El de cabellera chocolate se escondió entre las mantas de la cama, muy, pero muy avergonzado.

¡No te acerques!--- chilló.

--- Está bien--- dejó un beso donde supuso que estaría su frente y se alejó de él para ir a meterse al baño. Solo así fue que TaeHyung decidió salir de su escondite para ver si en realidad se había ido.

Hacer cosas con alguien más era muy diferente a hacerlo solo. Ahora lo comprendía. Había sido tan intenso a pesar de que solo lo había tocado. ¿Así sería siempre?, Dios. Encima de todo, había estado de una manera más íntima con Jeon JungKook.

Se sonrojó hasta las orejas y volvió a cubrirse. No podía creerlo. Se odiaba por haberse portado tan descaradamente antes, pues ahora no podía evitar sentirse apenado. ¿Cómo volvería a verlo a la cara?

Cuando se escuchó que la puerta del baño era abierta, el castaño carraspeó. No había tardado mucho ahí dentro. Seguro que solo había entrado a enjuagarse.

--- Hey... Dolerá mucho si no la baj...

Observó al pelinegro durante varios segundos y entrecerró los ojos. ¿Se había preocupado por nada? Ya no tenía ninguna erección. De hecho, aunque estaba en bata, podía ver aquel bulto muy calmado debajo de la tela.

--- ¿Te tocaste?--- preguntó dejando las mantas de lado. ¡Maldición! No había podido ver...

--- Sí. Lo siento por hacerlo en el baño. No quería incomodarte--- le hizo saber mientras tomaba su maleta y sacaba ropa casual.

--- Pero... No me hubiera incomodado en absoluto--- se cruzó de brazos. Odiaba todo. Quizás habría tenido la oportunidad de ayudarle si no hubiera intentado desaparecer mágicamente debajo de las sábanas--- yo quería tocarte también. No es justo.

Después de sacar una playera blanca, el más alto se giró a verlo.

--- Puedes hacerlo--- concedió tranquilo, sin notar aquellas mejillas furiosamente coloreadas.

--- Obvio que puedo. Eres mi sugar da... Digo, mi novio--- corrigió rápidamente mientras lo veía vestirse. Esa vista de sus abs flexionándose era insuperable.

--- Pero yo no te pedí que fueras mi novio.

--- ...

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now