Epílogo (2/2)

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"Feliz cumpleaños a ti, ¡Feliz cumpleaños a ti~!"

El pequeño niño despertó algo asustado, con algo de baba sobre su mejilla y con la ropa fuera de su lugar.

--- ¡Feliz cumpleaños, TaeHyungie~!--- canturrearon sus padres al unísono.

--- ¡Feliz cumpleaños a ti...!--- completaron los abuelos antes de una pequeña ronda de aplausos.

Aunque el menor estaba algo confundido, no tardó en alegrarse debido a la atención recibida. Además de que amaba las fiestas de cumpleaños con su pequeña familia.

--- Te amamos, Tae--- aseguró su mamá mientras lo asfixiaba en un fuerte abrazo cariñoso.

Su progenitora era un amor. Aquella persona era alguien que verdaderamente atesoraba tales momentos. Su cabello siempre largo y castaño, todo el tiempo desenredado. Sus ojos claros que no juzgaban, pero sí perdonaban, sus abultadas mejillas y aquel bonito lunar que poseía en una de estas, compartiendo esta seña con su hijo.

Ella deseaba que su hijo creciera y se convirtiera en un buen hombre, que siguiera el ejemplo de la familia y ayudara a los demás. Ser buenos y ese pequeño rayo de esperanza para alguien, para la humanidad. Aún si no hiciera mucho, la intención era lo que contaba.

Todos amaban darle mimos al cumpleañero, así que en cuanto la mujer se alejó, los otros adultos prontamente se acercaron cuando fue el turno de cada uno, llenándolo de besos y abrazos que no hacían más que sacarle varias sonrisillas cuadradas.

--- ¿Estás feliz?--- cuestionó la joven abuela mientras acariciaba aquella tersa melena oscura del pequeñín.

TaeHyung asintió varias veces, colgándose del hombro de su abuelo. Se parecían mucho y se llevaban muy bien. Era algo divertido para los presentes.

--- No se parece nada a ti--- se burló la bella madre del niño mientras señalaba a su esposo; buscando traer el mismo tema de siempre que le causaba curiosidad a todos--- ¡Es una copia de mi padre! ¡Mira, ya ni me hace caso por su culpa!

El chiquillo soltó varias carcajadas. No entendía en absoluto la mayoría de las conversaciones, pero disfrutaba de estar reunido con su familia. Amaba los días en los que tan solo se ponían a escuchar música juntos o cuando sus padres le contaban interesantes historias sobre la ciudad.

TaeHyung vivía en el campo desde que era un bebé recién nacido, así que no conocía el mundo exterior. Era muy inteligente para su edad, sin embargo, excedía inocencia y una dulce pureza que calaba en los corazones de todos a su alrededor. Recibía educación en casa y jugaba solo la mayoría del tiempo, sino era que sus abuelos deseaban acompañarlo.

Era un niño muy sano y feliz a sus cinco años recién cumplidos.

Después de un agradable rato charlando y jugando con el menor, decidieron ir a desayunar. El pequeño intuía que algo raro sucedía con sus padres, pero no lograba entender qué era lo que pasaba. ¡Se veían nerviosos! Estaba seguro de que le darían un regalo de cumpleaños. Algo muy genial para él, pero no parecían querer revelarlo tan pronto. ¿Acaso había una sorpresa aún más grande esperándolo?

Después de comenzar a sentirse inquieto, se acercó a su padre y le estiró los bracitos para que lo cargara. En cuanto lo elevó, soltó una risita llena de regocijo y se abrazó al delgado hombre.

--- Papá, ¿Si soy una princesa, serías mi príncipe?--- preguntó felizmente, sin saber realmente más allá de las historias que escuchaba.

El abuelo inmediatamente frunció el ceño y se apresuró a responder antes que su yerno.

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now