XXXVI

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En el más famoso y costoso restaurante de Seúl, dos de cuatro jóvenes miraban a su amigo invitado con una expresión que decía más de lo que parecía. ¡Evidentemente estaban curiosos por aquel nuevo look que llevaba! Ese cabello en tonos verdes se veía muy llamativo, además con ese rostro, JiMin comenzó a creer que Cha EunWoo se veía más guapo de lo usual.

El aburrido presidente Jeon dejó la pasta insípida a medio comer y observó a TaeHyung, algo ya celoso de no ser su centro de atención.

--- Osito... ¿No crees que esta pasta con cilantro es igual de desabrida y horrible que el cabello de tu amigo ese?--- lo apuntó con un tenedor a propósito, asustando al pobre chico.

Bueno, ¿Y es que quién no sabía que un Jeon podía arruinarte la vida si te metías con ellos? En este caso, incluso se trataba del mismísimo presidente de Dal: Luxury Coffee, ¿Cómo no sentir miedo? Ni siquiera podía mirar al menor de sus amigos con naturalidad, puesto que Don Perfecto estaba al pendiente de cada uno de sus movimientos, en guardia como un fiel perro guardián capaz de morder a cualquiera que intentara acercarse a su territorio.

TaeHyung frunció el ceño y miró mal a su novio, escuchando cómo incluso JiMin dejaba de reír por aquella "broma". ¡El cabello de EunWoo lucía perfecto!, ¿No era cruel intentar hacerlo sentir mal e inseguro con su apariencia?

--- Jeon JungKook, discúlpate--- ordenó sin añadir más palabras a su oración, puesto que intuía que el azabache sabía a la perfección lo que pensaba el menor sobre tales groserías. Y es que, a su prometido realmente le estaba costando mucho el dejar de ser tan seco con las personas.

El mayor sabía que se estaba portando de una manera algo infantil, pero no podía evitarlo. Aún había muchas cosas que no sabía controlar en él, a causa de haber reprimido sus sentimientos y pensamientos durante casi toda su vida.

El cachetón de cabellos naranjas comenzó a preocuparse ante el prolongado silencio entre los cuatro, por lo que aclaró su garganta en un intento de llamar la atención de los presentes en la misma mesa y sonrió ligeramente.

--- Vamos, Tae. No te enfades. Es cierto que la comida no es muy deliciosa en este lugar y está sobrevalorada, pero lo que no es cierto es que nuestro hyung se ve mal. ¡En absoluto! Me metería con él ahora mismo si me fuera posible--- comentó con toda la sinceridad que poseía, ganándose así un golpe lleno de vergüenza por parte de EunWoo, quién se sintió jodidamente extraño de escuchar algo así. Aunque claro, incómodo no se sintió. Tan sólo el bichito de la curiosidad acababa de picarle. ¿JiMin y él...?

--- Tu novio sólo está algo celoso. No peleen--- continuó JiMin, obligando a todos a dejar de pensar durante algunos segundos para que así fueran capaces de ordenar sus propias ideas.

TaeHyung no pudo evitar girarse a ver al de cabellos carbón, quien parecía querer ahorcar al mejor amigo de su prometido a pesar de únicamente tenía intenciones de ayudarlo. Y es que, JungKook se sentía severamente avergonzado de haber sido descubierto. Tanto así que no sabía qué hacer.

Al contrario de lo que el fornido esperaba, recibió unas gentiles caricias en su cabello, sintiendo así como aquella extraña y desagradable sensación dentro suya, se desvanecía como una pequeña mota de polvo en el aire. No hubo gritos, ni tampoco más regaños. Tan solo un osito mimando a su conejito malhumorado.

Se dieron un beso en los labios, pero este no contenía ninguna clase de intenciones oscuras o sucias. Fue algo muy puro, que duró más de lo debido, pero que eliminó el enojo que había en sus corazones. No había necesidad de pelear. Tenían que aprender a resolver sus problemas de pareja y dejar de incomodar u afectar a terceros.

Renuentes a alejarse el uno del otro, terminaron por separarse, pero solo lo suficiente para poder mirarse a los ojos, aquellas ventanas avellana al alma ajena.

--- Jeon JungKook no debe de sentirse celoso, pero si se siente inevitablemente celoso, entonces no debería de reaccionar de esa forma, ¿Cierto?--- el azabache cerró los ojos y asintió lentamente con un movimiento de cabeza que le hizo saber que lo estaba escuchando--- EunWoo y JiMin son mis mejores amigos. Son las personas más importantes para mí, mis confidentes, mis hyungs--- le recordó con una voz llena de una calma inigualable que nublaba los sentidos de quien lograba escucharlo--- y Jeon JungKook es mi futuro esposo, mi alma gemela--- declaró en voz alta, con las mejillas ardiendo en un adorable rubor, pero con un rostro inexpresivo que aclaraba la seriedad en el asunto.

Esas palabras parecían haberse grabado profundamente en el mayor, por lo que tan solo abrazó fuertemente a su pareja, escondiendo su rostro en el hombro ajeno. ¿Era normal querer llorar? Eso se preguntaba el presidente en esos momentos, sintiéndose desconcertado una vez más. Porque cerca de Kim TaeHyung sentía cosas que jamás había sentido antes y eso le asustaba todavía. No podía creer que una sola persona le enseñara tantas cosas de la vida, que cada día un universitario fuera capaz de enseñarle más de ese inexplorado y enorme mundo.

El trío de amigos se quedó en silencio, tan solo esperando a que el adulto retomara la compostura, que se sintiera mejor.

Se alejó a duras penas de su prometido y con cierta timidez, murmuró un intento de disculpa, que a pesar de ser sincero lo estaba atormentando.

--- ¿Qué fue lo que dijo?--- preguntó el peliverde con evidente confusión, aunque los otros dos parecían igual de perdidos con él.

--- Dije que lo siento, Cha. Lamento haber dicho algo tan inmaduro. No es propio de mí...--- no pudo evitar mostrar una mueca. Sí estaba apenado de su propio comentario, pero tampoco podía decir que se arrepentía de haberlo dicho--- aunque no me retracto. Ese color me parece desagradable. Pareciera que llevas un brócoli en la cabeza--- se cruzó de brazos y nuevamente volvió a su expresión aburrida--- gustos son gustos.

Los tres menores solo pudieron reír en respuesta, sintiendo cómo el joven señor Jeon tan sólo seguía en búsqueda de su propia identidad, de su libertad. Se sentían genuinamente felices por ello, pues todos imaginaban lo dura que debió de ser su vida desde una edad temprana en una familia que tan sólo buscaba la perfección.

--- Está bien--- EunWoo se encogió de hombros--- un magnate coreano sabe de mi existecia por mi cabeza de brócoli, pero un dongsaeng se enamoró de mí. Ya gané en esta vida.

JiMin lo miró estupefacto y negó. ¡No! Sus amigos habían entendido todo mal.

--- ¡No estoy enamorado de ti!--- exclamó-- ¡Que quede bien claro que únicamente comenzaste a gustarme un poco más desde hoy y que logré superar mi pequeño crush por Tae!

Y nuevamente el desorden inició en la mesa privada de aquel lujoso resaurante, llamandola atención de los trabajadores del lugar, quienes notaban que la estaban pasando sumamente bien, aunque estaban 100% seguros de que por la comida nefasta, no era.

Lo que inició como una salida a petición de un chico castaño muy intenso, terminó como un deseo cumplido para el mismo. Que el amor de su vida pudiera llevarse bien con sus seres queridos.

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now