II.XII

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La señora Jeon miró a ambos al llegar al aeropuerto y no pudo evitar suspirar. Parecía que ambos habían perdido aquella luz que los rodeaba. Se sentía incómodo el ambiente. Pero parecía ser algo destinado a suceder. Las cosas hubieran resultado diferentes y quizás peor en algún otro momento. Tan solo esperaba que pudieran arreglar sus asuntos pronto.

Ambos estaban cabizbajos y lo más alejados posible del otro. Aunque TaeHyung no podía evitar mirar de vez en cuando a su mayor, quien no le prestaba ni la más mínima atención.

--- Bien, caballeros. Si esto afecta sus trabajos, lo mejor será que no participen. Iré yo sola--- la mujer tomó sus maletas y comenzó a avanzar en dirección a la salida. Había una limusina esperando por ella, por lo que no planeaba hacer esperar a la chofer mucho más que eso. Además de que tampoco planeaba intervenir en los problemas amorosos de su hijo.

--- ¡Espere!--- chilló el peliazul, siguiéndola de cerca con su pesado equipaje. Se preguntaba si realmente había sido necesario llevar tanto en aquellas enormes maletas dónde seguro y cabía doble en posición fetal.

JungKook por un momento pensó en correr a ayudarle, pero no lo hizo. Se contuvo y tan solo siguió a ambos en silencio. Después de todo ya había planeado quedarse junto a su madre y acompañarla el resto del viaje, a pesar de que esa clase de eventos no le agradaban en lo absoluto.

Subieron a la limusina y, por supuesto, ambos hombres se sentaron de extremo a extremo, alejándose lo más que podían, mientras que la señora Jeon estaba muy ocupada leyendo algún libro no muy interesante para la mayoría.

El trayecto fue excesivamente silencioso para TaeHyung y eso lo estaba matando por dentro. ¿¡De verdad tenían que portarse así!? Incluso comenzaba a creer que los Jeon en verdad eran alguna clase de androides o algo.

Cuando por fin su tortura terminaba, llegaron al lujoso lugar en donde se quedarían y, por supuesto, que el peliazul comenzó casi que a morderse las uñas por los nervios. Tenía que prepararse, pero no se sentía lo suficientemente seguro como para siquiera tomar una aguja.

--- Mierda--- masculló--- ¿Por qué el estúpido de BoGum no viene?, ¿O al menos las chicas?--- se quejó. Quizás ellas podrían traer buenos chismes sobre sus otras amigas, sus novios o cosas que pasaban en la oficina cuando nadie se daba cuenta--- ¡Las extraño! Aquí hay pura gente aburrida--- se quejó en voz alta, sin importarle si alguien más lo escuchaba, dado que estaban en el extranjero y nadie lograría entender coreano.

Cada uno estaba en su habitación, pero TaeHyung era el único que no podía disfrutar su estadía en absoluto. Estaba tan inquieto que aún después de darse un baño, no podía parar. Caminaba de un lado a otro, revisaba sus pertenencias y seguido miraba su reflejo en el espejo, observando su cabello azulado recién retocado en un fuerte tinte. Lo había arreglado antes de salir, así que los colores vibrantes seguían en él.

--- Bien. Tengo un día para hacer esto. El M.O.D.A Fest, espera a por mí y mi talento. ¡Sí puedo!--- corrió de regreso a su maleta y observó el suéter 100% tejido a mano. Se veía tan lindo--- Bueno... Este lo hice para Don Perfecto hace unas semanas, pero me dió vergüenza mostrarlo. ¿Podría hacer que lo modele para mí?

Tomó la prenda de color morado entre sus manos e hizo una mueca de inseguridad al extender mejor las mangas largas.

--- Está bien, él dirá que me quedó bien--- aseguró, casi que imaginando su mini Review.

Con toda la confianza del mundo, se dirigió hasta la puerta y salió en busca de la suit del señor Jeon. No recordaba bien cuál era, así que inicialmente terminó llegando a la de la madre del mismo, aunque esta le dió hasta la llave de la suit ajena, diciéndole de paso que JungKook había salido a arreglar algo y que no tardaba en volver.

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now