XXXV

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TaeHyung lloriqueó y se aferró a los hombros de su futuro esposo, agotado pero sin poder detener el movimiento repetitivo que seguían sus caderas.

--- JungKook--- gimió bajo contra sus labios, sintiendo cómo lo ayudaba a mantenerse subiendo y bajando sobre su regazo en un choque ruidoso.

--- Un poco más...--- pidió el azabache entre jadeos, enterrando sus dedos en aquellas caderas que lo montaban con desespero, resbalando de vez en cuando ante el sudor que sus cuerpos producían.

Con delicadeza, el castaño decidió tomar el rostro ajeno para poder atrapar sus labios en un beso salvaje que terminó convirtiéndose en una mordida. TaeHyung era algo sádico, pero eso le gustaba a JungKook. Le daba su propio toque al asunto.

Los gemidos eran ruidosos, sus respiraciones agitadas, y aunque el espacio era limitado, no se contuvieron en absoluto, puesto que el menor deseaba hacerlo ahí y cumplir su fantasía (algo que de hecho se le acababa de ocurrir el día anterior).

El auto siguió moviéndose a su ritmo durante varios minutos más hasta que el presidente culminó, eyaculando en el condón que se había puesto anteriormente.

Con una expresión indescifrable, el pelinegro observó atentamente el rostro extasiado de su prometido, limpiando las lágrimas que aún bajaban por sus acaloradas mejillas.

--- ¿Qué sucede?--- inquirió el menor, frunciendo el ceño repentinamente. No entendía lo que pasaba con su contrario.

--- Tu rostro es hermoso--- atinó a decir cómo respuesta, observando cómo el otro se volvía tímido una vez más, soltando un golpe brusco en el pecho de su novio antes de cubrirse la cara. Golpe que no le dolió mucho al parecer--- TaeTae...--- lo atrajo contra su cuerpo y el de piel acaramelada no puso resistencia, a pesar de que odiaba estar pegado a él cuando se sentía sucio--- te amo--- susurró cerca de su oreja.

Para él era un bello ángel sin alas. ¿Cómo no haberse enamorado en el primer momento en el que sus ojos se posaron en él? Era una belleza salvaje, como un felino de sedoso pelaje, un hermoso tigre con garras enormes, capaz de destrozarte en un segundo de distracción.

Ese felino lo tenía atrapado, pero a JungKook le gustaba estar así y no esperaba a que alguien lo salvara siendo él mismo un cazador.

--- Basta. Estaba caliente y me dices eso de repente. Eres un imbécil--- lo terminó regañando, aunque su comportamiento hostil volvió a desaparecer segundos después--- yo también te amo, don perfecto--- habló con una dulzura de la cual solo ambos eran conocedores.

Eran alrededor de las 5 de la tarde, pero ellos ya llevaban un par de horas dentro del auto en el estacionamiento del edificio. Incluso la mitad de la tira de condones se les había ido durante todo ese tiempo después de usar uno tras otro. Y es que, de estar en los asientos del frente, terminaron en los traseros del lujoso coche del de cabellos carbón.

Si no fuera porque estaban en un área privada, seguramente ya tendrían a la policía llevándoselos en una patrulla. Aunque, bueno... Quizás eso podría evitarse gracias a la buena y enorme influencia de Jeon JungKook.

Después de que TaeHyung terminó sus clases, salió con sus amigos a comer, pero luego le llamó a su novio quejándose porque había mucha gente siguiéndolos y preguntando por el presidente. Entre ellos, había algunos paparazzi quienes querían preguntar sobre su vida privada y lo del matrimonio entre ambos jóvenes.

El castaño había estado tan enfurecido, pero aún así no mandó a los acosadores a la mierda, dado que temía arruinar la imagen de su novio y la empresa. Fue la primera vez que decidió contenerse, ya que no sería el único afectado si una controversia se desataba. Estaba asustado de cometer un error y afectar a una bola de millonarios que no tenían nada que ver con él, pero si con su pareja. Era una molestia.

Sugar, but not your baby (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora