XXIV

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Después de haber comido el platillo chino, TaeHyung no se encontraba muy bien. Debido a la sensación en su estómago que él mismo se provocó, enfermó un poco, así que JungKook de inmediato regresó a la ciudad para llevar a su osito al hospital, donde ahora esperaba a que le dieran el alta. Acababan de hacerle unos exámenes extra, así que esperaban pacientemente los resultados.

El castaño observó a su mejor amigo, meramente apenado.

--- Por favor dile a tus padres que me den de alta hasta mañana--- rogó el menor mientras tomaba sus manos--- vomité delante del amor de mi vida. Voy a morir de vergüenza si lo vuelvo a ver. Encima de todo arruiné nuestra cita... Él se veía tan feliz. ¡Se esforzó por eso! Gastó mucho dinero para que yo... Dios, qué asco--- negó al recordarlo y cubrió su boquita, sintiendo nuevamente arcadas.

--- ¡Oye!, ¿Estás bien?. Llamaré a papá para que te dé algo para las náuseas--- anunció, pero fue rápidamente detenido por el otro--- No empieces de necio.

El de cabellos naranjas estaba seriamente preocupado por el contrario. ¡Y cómo no estarlo! Si en cuanto sus padres le avisaron que Kim TaeHyung les había dado una visita al hospital, casi se infarta. Afortunadamente solo era un malestar estomacal, pero igual eso no significaba que fuera menos importante. JiMin estaría ahí siempre.

Tocaron la puerta suavemente, por lo que ambos se miraron el uno al otro.

--- Es tu esposo--- dijo el mayor a modo de broma mientras se levantaba para abrirle.

--- ¡No, por favor, Mimi! No me hagas esto--- lloriqueó apenado, cubriéndose el rostro. Y bueno, el cabellos zanahoria no se arrepentía de nada realmente, así que al abrir la puerta salió veloz, dejando que entrara aquel que le dedicaba miradas asesinas todo el tiempo--- No entres--- habló por lo bajo, aunque ya tenía al presidente a su lado, meramente preocupado por él. No podía verlo, pero sintió como se recargó momentáneamente en la camilla.

--- Lo siento. Debí especificar que no preparara comidas exóticas para nosotros. Lo lamento mucho--- se sentía tan jodidamente culpable. Por su culpa su osito estaba ahí en el hospital--- ¿Cómo te sientes?

El menor se retorció en su lugar bajo la sábana y negó. ¿¡Por qué no dejaban de recordarle lo que había ingerido!?

--- No quiero verte--- expresó. Y no, no estaba molesto. Estaba tan apenado que quería desaparecer en esos momentos. Quería irse lejos y no dejar que nadie lo viera, porque quizás el hecho de estar enamorado provocaba que solo quisiera mostrar su mejor lado a la otra persona. ¡No todo lo contrario!

--- Lo lamento mucho, pero esta vez no puedo cumplir lo que deseas--- suspiró y se sentó en el sofá, cerca del castaño--- ¿Necesitas algo?. Si estás más cómodo en el departamento entonces te llevaré, bonito. Donde sea estaré contigo para cuidarte y asegurarme de que te sientas mejor.

¿Por qué JungKook siempre era tan dulce? Así no podía ser tan duro. Se destapó únicamente los ojos y observó fijo al azabache. Parecía afligido y no se burlaba de él. ¿Sería ese acaso su ser amado? Ni siquiera cuando expulsó toda la comida se alejó. De hecho, se acercó hasta su posición para verificar su estado con una mirada muy preocupada. Después de eso le habló con dureza al chef y se llevó al piel canela directamente al hospital en Seúl.

TaeHyung estaba verdaderamente sonrojado. Quería llorar y ya no sabía ni porqué. ¿Eso era bueno o malo?

--- ¿No te doy asco?--- preguntó directo, retirando al fin la tela de su rostro, sintiendo sus brillantes ojos humedecerse cada vez más, aunque aún así retuvo las lágrimas con todas sus fuerzas.

La mano del más alto se posó sobre la cabellera chocolate, acariciando gentilmente su cabeza.

--- Por supuesto que no. Solo tuviste una reacción muy normal a algo que te desagradó--- dijo tranquilo, deslizando sus dedos a través de aquellos sedosos mechones café--- jamás me darías asco, TaeTae.

El susodicho simplemente se abrazó a sí mismo y comenzó a llorar de manera delicada, hipando de vez en cuando. Era abrumadora la calidez que atravesaba su corazón en esos momentos. De sentirse tan inseguro, el presidente lo había hecho sentirse en las nubes, en una zona inalcanzable y segura. Desde el primer día en el que sus miradas conectaron, lo único que hacía era ver por él, procurar que estuviera bien. Eso era demasiado. Sentía que no merecía tanto.

Los labios de don perfecto formaron una línea recta. Creía que lo había lastimado con sus palabras las cuales seguro que no fueron la mejor elección.

--- Discúlpame--- dijo inmediatamente el asustado morigerado--- prometo no rep-

Antes de poder decir una palabra más, fue interrumpido por un fuerte abrazo de oso. El universitario se aferraba a su cuerpo sin dejar de lloriquear, así que hizo lo mismo, cubriendo la delgadez ajena con sus propios brazos.

--- Lo siento. Por favor perdóname. Prometo que jamás volverá a suceder. No te alejes de mí por este pequeño accidente. No tenía intenciones de incomodarte--- siguió repitiendo. Sentía una enorme opresión en su corazón debido a aquellos sollozos que salían sin control. Parecía que solía retener mucho sus lágrimas--- tranquilo... Estoy aquí para ti.

Y sí. Quizás por eso era que, el bienquisto Jeon JungKook, ahora se había convertido también en una de las personas más especiales para el más joven. Y viceversa.

Sugar, but not your baby (KookTae)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora