Epílogo (1/2)

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Con serenidad, un joven estudiante miraba en dirección al horizonte, preguntándose si algún día podría regresar al lado de las personas que amaba.

NamJoon había cumplido con su palabra. Sus amigos estaban sanos y salvos, seguros sin saber lo que había acontecido. Tal y como lo había dicho. Su familia había aceptado prontamente el hecho de que necesitaba alejarse de ellos, así que tampoco había problema.

--- Don Perfecto...--- lo llamó en un suspiro, sintiendo su pecho oprimirse ante la sola mención de aquel apodo con el que lo había bautizado hace tiempo atrás. Sus ojos estaban hinchados. Ya no podía llorar más. Tenía suficiente.

Se mordió el labio inferior y se recargó en el marco de la ventana. Se había inscrito en una importante universidad bajo un nuevo nombre, pero no se sentía tan animado como para asistir a clases.

Estar en Italia le reconfortaba un poco. Después de todo, ahora podría seguir estudiando sin dificultades, sin más distracciones. Seguiría con lo que tanto le gustaba. Cumpliría con sus sueños. Seguiría adelante sin más dramas de por medio de la ridícula familia de aquella persona a la que tanto amó.

--- Te voy a llevar por siempre en mi corazón. Lo prometo--- habló en un susurro. Como si fuera un secreto que nadie merecía escuchar.

En aquellas dos últimas semanas todo había sido muy caótico para él. Demasiado como para soportarlo. Estaba severamente agotado, con el corazón roto, con su pureza extinta. Parecía una clase de zombie después de tanto llorar y descuidarse, aunque sabía que así nada cambiaría. Lo hecho estaba hecho, pero no se sentía tan bien como para seguir como si nada, como si no hubiera sucedido todo aquello.

Se asomó por la ventana del edificio y aspiró el aire fresco. Se sentía horrible, asqueroso después de que abusaron sexualmente de él. Estaba destrozado en cada sentido existente.

Sus opacos ojos inyectados en sangre, se posaron en la calle que estaba a metros debajo de él. Pensaba si acaso sería mala idea arrojarse, o tan solo continuar con su nuevo camino. ¿Cuál era la solución correcta?, ¿Cómo haría para dejar de sentir tanto dolor? Hace días que pensaba lo mismo, pero no llegaba a ningún lado.

Sentirse así de perdido era algo que no le deseaba a nadie.

Temeroso, se sentó en el marco de la ventana y cerró los ojos. Tan solo quería dejar de pensar en todo y que mágicamente se resolvieran sus problemas. La realidad apestaba.

--- Se salti, salterò con te, anche se non riesco a prenderti--- dijeron a sus espaldas. Una voz desconocida llena de acento extranjero, como si el italiano no fuera lo suyo. Entonces se preguntó si valdría la pena darse la vuelta y enfrentarlo, o directamente aventarse por la ventana.


 Entonces se preguntó si valdría la pena darse la vuelta y enfrentarlo, o directamente aventarse por la ventana

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Tiempo después...

JungKook empuñó sus manos. Los señores Kim no entenderían sus sentimientos, pero siempre valía la pena intentarlo.

--- TaeHyung alguna vez me dijo que su sueño era irse a vivir a Canadá junto a sus abuelos---, confesó, sintiendo como aquella lluvia hacía nuevamente su aparición--- yo... Me gustaría por lo menos hacer esto por él. Llevarlos a vivir lejos para que estén a salvo--- soltó.

Hacía meses había sido aquel desastroso día en el que todo se fue a la mierda, sin embargo, JungKook no dejaba de lado a los que alguna vez deseó que fueran sus suegros. Los cuidaría de NamJoon pasara lo que pasara. Aún si el hijo de estos lo odiaba. Y es que, todavía no lograban dar con el paradero de aquel vil criminal.

Para seguir con su búsqueda tranquilamente, antes necesitaba asegurarse de que los Kim estuvieran bien. Si algo les pasaba no se lo perdonaría a sí mismo. No después de haber dejado ir al amor de su vida.

Era difícil. Recordar los momentos que pasaron juntos jamás ayudó a que dejara de llorar por las noches. Tenía insomnio, bebía mucho alcohol. Estaba tan jodido como su otra mitad. Incluso Dal-Lux había pasado a segundo plano. Para Jeon JungKook, nada era más importante que Kim TaeHyung. Y sería así por siempre.

Al notar que los mayores se habían quedado sumidos en un profundo silencio, se sintió muy mal. ¿Había dicho algo que no debía? Los señores Kim en todo ese tiempo no lo habían tratado mal. Por el contrario. Siempre lo recibieron bien, como si fuera un hijo más. Aunque, el azabache no entendía porqué estaban actuando más raro de lo normal. Jamás lo habían culpado por lo sucedido, se preocupaban por él y lo ayudaban en los momentos más difíciles. ¿Entonces de dónde venía tal frialdad?

--- Perdón si dije algo que no debía. En verdad lo siento--- hizo una reverencia frente a ellos, aunque la hizo hasta el suelo, provocando que los mayores inmediatamente reaccionaran intentando levantarlo--- Lo lamento mucho. Tan solo sentí que quería cumplir uno de sus sueños... Lo extraño tanto. Quiero sentir que estoy haciendo algo bueno por él--- se preguntaba porqué no dejaba de llorar desde que TaeHyung se había ido. Eso no debía de ser normal.

La mujer de corazón blando, no dudó en abrazar al otro, acariciando su espalda, consolándolo.

--- Tranquilo, cielo. No necesitas hacer esas cosas. Ya te debemos mucho--- habló la señora con aquel particular tono de voz que lo hacía sentir extraño. Después de todo, el presidente Jeon estaba acostumbrado a sus falsos padres, a los tipos estrictos que jugaban a la familia. Ser tratado con tal dulzura, lo hacía sentir raro, pero mucho mejor--- ¿Por qué no vas y descansas un poco? A este paso terminarás otra vez en el hospital... Ya no te tortures más, hijo.

"Hijo". ¿Por qué sonaba diferente cuando esa persona lo decía a cuando su propia madre lo hacía? Le gustaría que siguiera siendo su suegra. Que formaran parte de su vida.

El señor Kim se acercó a ambos y observó a JungKook.

--- Estos mocosos de ahora...--- bufó malhumorado--- no sabe ni la edad real de nuestro TaeHyungie y le pidió matrimonio. ¡Ni siquiera sabía lo de los abuelos y le pidió matrimonio!

Un par de regaños por parte de la señora fueron suficientes para despertar la curiosidad del bienquisto. ¿De qué hablaba ese hombre?, ¿Y por qué lo estaba silenciando?

Se sentía muy confundido, así que sus ojos se posaron de inmediato en la mujer.

--- ¿Qué sucede? Lo siento, no sé nada--- admitió derrotado. ¿La edad real de TaeHyung? Se suponía que tenía 21 años, ¿No? Él mismo llegó a investigarlo para la beca que alguna vez le ofreció. Y, por supuesto, por otros fines. Aunque, lo de la beca le recordó a otra cosa, algo que lo dejó petrificado--- cuando le ofrecí una beca, me dijo que era menor de edad... Pero... Yo investigué y encontré su acta de nacimiento. Debe de tener más de veinte años cumplidos--- aseguró.

¡No podía haber sido información falsa! Siempre encontraba todo lo que buscaba. Incluso los antecedentes de Cha EunWoo y Park JiMin. Lo tenía todo, menos la verdad de Kim TaeHyung al parecer. ¿Era un personaje así de importante? Ante tal pensamiento, el pelinegro no pudo evitar sonreír nostálgico. Extrañaba tanto a su osito. Tan solo recordar su hermosa sonrisa cuadrada, lo hacía sentir feliz. O incluso cuando su ceño se fruncía en cuanto se enfadaba. Era un ser majestuoso. No había momento en el que no pensara en él. Aunque estaba seguro de que lo repudiaba.

--- ¿Joven Jeon?--- lo llamó el mayor mientras palmeaba la espalda del mencionado--- ¿Estás bien?, ¿Por qué no vas y duermes un poco? La habitación de huéspedes está disponible.

La señora Kim suspiró y negó con un ligero movimiento de cabeza. No había de otra. Era tiempo de contárselo.

--- Querido. Creo que es mejor decirle la verdad ahora...

Todos se sentaron frente a frente antes de que los Kim comenzaran a hablar, revelando así algo que ni siquiera el mismísimo TaeHyung sabía.

Sugar, but not your baby (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora