XIV (2)

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En el segundo piso, se hallaban otra clase de prendas. Quizás por eso es que el intenso decidió ir por ese camino.

--- Incluso tienen escaleras eléctricas propias... Y ascensor privado. Bueno, en algo se tiene que ir todo el dinero que se ganan, ¿Cierto?--- ya se imaginaba a su mayor explicándole el porqué. Eso le divertía.

Observó unos tenis estampados que estaban en exhibición y jadeó ante el precio. Veía en internet lo que costaban, sabiendo que eran inalcanzables, pero ahora, descubrirlo en persona era muy distinto.

--- Oh, por Dios. ¿Cuántos números son?, ¿¡Cuántos sueldos sería esto!?--- intentó usar las matemáticas, pero su cerebro no quiso cooperar. Casi que lo sentía freírse dentro de su cabeza--- Olvídalo. Pero... ¡Son tan geniales!--- chilló. Al menos para él lo eran. Para otras personas serían considerados "feos".

Estaba tan pegado a la vitrina que una chica llegó y lo alejó, tirándole de los hombros para que se quitara.

--- ¡Ni te atrevas, mocoso!, ¿Sabes cuánto cuestan? Ni vendiendo tu alma al diablo podrías pagarlos--- habló, horrorizada de que fuera a maltratarlos y se los terminaran cobrando a los empleados por "no hacer bien su trabajo". De solo ver la ropa que usaba TaeHyung, hacía muecas de asco. A saber qué trapos eran esos.

El castaño bajó la mirada. Bueno, ciertamente tenía razón. Pero eso no importaba, porque ahora podía conseguirlos.

--- Quiero llevármelos--- se cruzó de brazos y le dió un vistazo a la mujer--- dámelos.

No, la pelirroja ni de broma los sacaría de aquella vitrina iluminada. Ni siquiera ella tenía permiso de tocarlos. Únicamente el gerente, puesto que ninguna persona normal podría comprarlos.

--- ¿Qué, no lo harás?

--- ¡Ni siquiera tienes el dinero para pagarlos! Mocoso engreído--- sacó su walkie-talkie y miró mal al menor--- Seguridad, tenemos a un niño metiéndose en problemas. Planeaba roba...

--- ¿¡A quién le dices ratero, maldita presumida!?, ¿Nada más porque eres una empleada común y corriente que trabaja como esclava para los riquillos te crees superior?--- preguntó enojado. Oh, cielos. El regreso de Kim "dinamita" TaeHyung.

Unos hombres que casi parecían gorilas, cargaron en brazos al castaño, llevándoselo como costal de papas.

--- ¡Oigan, suéltenme!, ¡Les voy a patear la cara y se van a arrepentir!, ¿Qué toda la maldita gente en este lugar es así de grosera?

Las pocas personas que había en el lugar, miraban con diversión lo que estaba sucediendo. ¿Como alguien tan adorable podía ponerse de ese modo?

--- ¿Qué está sucediendo aquí?--- cuestionó una imponente voz que dejó a todos paralizados. Aún si lo preguntó en tono amenazante, su tono y porte eran tan elegantes. Casi que parecía una persona sofisticada que te daría un puñetazo en la cara con clase y te diría un "no hay de qué. Fue todo un placer".

--- Disculpen, sigan con sus compras. Hemos tenido un pequeño inconveniente, pero ya no hay problema.

--- No soy un pequeño inconveniente. ¡Tonto! Ya bájame. Métete con alguien de tu tamaño, cabeza hueca--- refunfuñó, ya harto de que lo estuvieran minimizando de mil y un formas.

JungKook se acercó hasta ellos a paso lento. ¿Qué le estaban haciendo a su osito?

--- Bájenlo y llamen a su jefe. No me iré de aquí hasta que recibamos unas disculpas--- mencionó--- y no lo repetiré dos veces.

Los hombres altos se miraron entre sí antes de bajar al de piel canela, haciendo inmediatamente una reverencia.

--- Lo sentimos, señor Jeon. No sabíamos que venía con usted.

--- Si me conocen dejen de cuchichear y hagan lo que les he pedido--- espetó el bienquisto, tomando la mano de su menor para atraerlo y tenerlo entre sus brazos, ignorando las miradas ajenas--- ¿Estás bien?, ¿Te hicieron daño esos mastodontes?--- deslizó sus dedos por la mejillas del otro, mirando como ese ceño fruncido desaparecía y daba paso a una mirada entre confundida y tímida.

Un ligero rubor comenzó a cubrir las mejillas de TaeHyung. ¿Por qué estaba tan cerca de su rostro? Maldición. Don perfecto era muy guapo. ¿Qué no sabía que hasta un hombre como él podía caer fácilmente hechizado?

--- Estoy bien--- confesó, queriendo quedarse más tiempo junto al azabache sin importarle lo que la gente chismosa tuviera que decir de ellos. Aunque, claramente no quería afectar la reputación del otro.

El gerente se acercó hasta ellos y, sin querer realmente interrumpirlos, terminó carraspeando, algo apenado e intimidado ante la fuerte mirada del pelinegro que no tardó en reconocer. ¿Y cómo no hacerlo si ese día había leído un artículo en internet sobre el mismo?

--- Señor Jeon, no sabía que se trataba de usted--- hizo una reverencia que, por supuesto, no fue correspondida--- lamento haberlo hecho perder su valioso tiempo. ¿Hay algo que pueda hacer por usted?

--- TaeHyung, habla--- dijo serio. Le daban igual las formalidades en ese momento. Ellos habían hecho algo mal, y eso fue el meterse con su angelito.

Era la primera vez que veía al fornido hablar de ese modo, por eso, decidió aprovechar la situación.

--- Bueno... Yo... Yo quería los tenis en exhibición de la colección deportiva de este mes--- sabía que el tipo quería burlarse, así que lo hizo saber en voz alta--- ¿Acaso se va a reír? Las personas no deberían de burlarse de otras solo por su apariencia. También la chica pelirroja me juzgó y me alejó de la vitrina bruscamente, como si yo fuera un objeto peligroso--- abultó sus labios y se giró hacia JungKook, quien estaba tenso, molesto. Ah, no pasaba nada si se enfadaba un poco más, ¿Cierto?--- me llamó ladrón y luego trajo a los guardias para que me sacaran. Esos gigantes malos me lastimaron el brazo, pero no quería decirlo para que no los regañaran--- igual no era del todo mentira--- me iban a echar de la tienda--- chilló.

--- Lo sentimos pro...

--- Con una disculpa no basta. Ya debería de saberlo. ¿Cómo pueden tratar de una manera tan inhumana a un chico?--- señaló al glabro--- debería de demandarlos por lo que acaban de hacer.

El castaño abrió los ojos al escuchar aquello.

--- Oye, no hay necesidad. Yo sí acepto sus disculpas. Todos nos equivocamos--- ah, en el fondo quería vomitar por sus propias palabras.

--- ¿Cómo podemos solucionarlo?--- preguntó el hombre calvo mientras se inclinaba nuevamente de manera respetuosa.

Jeon no lo pensó mucho. Había que ser justos, ¿Cierto? Pero no quería desperdiciar tal día en asuntos legales.

--- Eso lo dejo a su criterio--- se cruzó de brazos--- Véndame esos dichosos tenis, cobre la ropa que me llevaré y saque la cuenta. Nos vamos--- atrapó la mano de TaeHyung y se dirigieron hasta la caja, esperando a que los atendieran.

--- Wow... Creo que me enamoré un poquito...

Sugar, but not your baby (KookTae)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang