XXV

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El azabache acercó la cuchara con medicina a los apetecibles labios de su menor y sonrió ligeramente.

--- Última de hoy--- aseguró, casi que rogando para que decidiera beberla.

--- Estoy bien ya--- habló en tono de queja mientras aceptaba la medicina. Su mayor había estado de meloso y sobreprotector alrededor de tres días ya y se rehusaba a irse al trabajo solo por cuidarlo. Tampoco estaba yendo a clases, así que su mejor amigo iba al departamento y le llevaba las tareas que le había pedido a algún que otro compañero de TaeHyung.

Unas caricias en sus rebeldes cabellos le sacaron una bonita sonrisa cuadrada. Estaba algo apenado.

--- Buen chico.

--- ¡Basta!--- le quitó la mano y únicamente se recargó en su pecho. No lo dejaba ni salir de la cama para que supuestamente guardara reposo. Era bobo y exagerado.

Se encogió de hombros y miró la hora en su celular. Aún era relativamente temprano. No quería estar todo el día decumbente, pero sí que quería mimos.

--- ¿Ya tienes hambre?, ¿Quieres que haga tu tarea?--- preguntó el pelinegro mientras lo rodeaba con sus fuertes brazos--- dime qué quieres.

Oh, ¿Hacerle la tarea? Eso sonaba prometedor. Demasiado bueno para ser verdad. Así era Jeon JungKook. ¡Ningún idiota se ofrecería a algo así!

¿Acaso ese era el mismo ser que no se preocupaba si atropellaba a alguien por descuidado?, ¿Aquel que era grosero con las personas y se sentía superior a todos? No parecía el mismo si se lo preguntaban. Porque con él era sumamente diferente.

Se removió entre sus brazos y se acomodó a horcajadas sobre él, aprovechando que estaba sentado sobre su cama. Abultó sus labios y miró al presidente con los brazos cruzados.

--- Quiero comerte a ti--- balbuceó.

¿Un universitario estaba casi que haciendo berrinche para obtener beneficios a cambio?

Como si hubiera leído sus pensamientos, TaeHyung respondió:

--- --- firme y sin echarse para atrás, sonriendo ligeramente cuando el fornido le pellizcó la mejilla. Si otra persona lo hubiera hecho, ya le hubiera dado un manotazo en la primera zona sensible que tuviera a la vista.

--- ¿Por qué?

TaeHyung en lugar de responder algo, se acercó hasta sus labios y comenzó a besarlo lentamente, jugueteando con el cuello de la camisa ajena.

A pesar de la vergüenza que pasó en el hotel durante el fin de semana, todo seguía igual. Se besaban y de vez en cuando se toqueteaban, siempre por la iniciativa del universitario.

Acercó su boca hasta el cuello ajeno y recorrió con su lengua una zona en específico, observando la marca que le había dejado la noche anterior. Muy enfermo y todo, pero ahí estaban, manoseándose a más no poder.

--- Tae--- jadeó el azabache. El cabellos chocolate era muy hormonal. Para nada que lo percibió así antes. Ahora, sabía que cualquier cosa podría desencadenar una situación similar. Quizás debía de tener especial cuidado con sus elecciones de palabras para la siguiente.

--- Mío--- murmuró contra su piel, encajando repentinamente sus dientes en el hombro del otro antes de dejar cortos besos por la zona. Se alejó tan solo un poco, dejando el espacio suficiente entre ellos para ser capaz de quitarle la camisa que llevaba puesta ese día, dejando a la vista aquel trabajo cuerpo, sus pectorales enormes y aquellos pares de abs que se contraían ante las caricias en aquella zona.

--- Tuyo--- titubeó, meramente nervioso. El castaño era muy curioso. Le había quedado claro cuando recordó lo que le había dicho sobre chupar su pene o algo así. Ese día estaban en el consultorio esperando a los doctores Park, pero el intenso había comenzado con insinuaciones de ese tipo de la nada. Era divertido.

Normalmente el piel canela lograba hacer efecto en su entrepierna con unos cuantos besos y caricias, así que ni siquiera lo vió sorprenderse cuando notó la dureza que estaba rozando su trasero felizmente.

El menor se mordió el labio inferior con una expresión traviesa. ¿Le gustaría hacerlo?. Bueno. Quizás. Pero se suponía que no deberían. El estómago de TaeHyung aún no estaba en sus mejores condiciones y estaba seguro de que no quería joder su primera vez con el multimillonario.

La puerta de la habitación se abrió repentinamente de par en par, pero así como se abrió, se cerró al instante.

Vió a don Perfecto fruncir el ceño con molestia. Bueno, al parecer había alcanzado a ver al intruso. Por esa reacción fue también que se dió cuenta de quién los había visitado sin avisar. Como no era la persona encargada de la limpieza, casi que se muere de la pena al recordar a quien le dió las llaves del departamento.

--- Lo siento. Mimi está aquí... Jeje...

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now