II.III (2)

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TaeHyung se recargó contra la barra en donde estaba bebiendo y de paso tiró todos los vasos que había dejado ahí anteriormente. Llevaba un buen tiempo en el bar, pero ni siquiera tenía planeado irse. Estaba muy ocupado pensando en su primer amor, deseando que fuera a por él.

Y sus deseos siempre eran órdenes.

En cuestión de minutos, un atractivo azabache llegó a su lado, observando el estado en el que se encontraba. Se veía muy indefenso ahí, incluso lloriqueaba de vez en cuando, entristeciendo a JungKook, quien de inmediato se llenó de culpa y arrepentimiento. ¿Por qué se veía tan triste?

El sonido de la música no era muy fuerte, pero el lugar estaba seriamente oscuro. Conocía el bar.

--- ¿Señor Jeon?, Buenas noches--- lo saludó uno de los trabajadores. Parecía un guardia o algo por el estilo--- ¿Se le ofrece una bebida?--- cuestionó amablemente, aunque al ver la ropa del presidente, pensó que quizás no debió de haber preguntado--- Uh, ¿Es un conocido suyo?--- señaló al peliazul adormilado que se balanceaba en su mismo asiento.

El azabache frunció los labios. No eran nada, pero se vería extraño si se llevara a alguien que no conocía, ¿No?

--- Es mi novio...--- murmuró algo avergonzado. Incluso sus mejillas se ruborizaron ligeramente. No quería mentir, pero lo haría. Al menos solo esa vez.

El contrario asintió, algo curioso por la reacción ajena.

--- ¿Entonces pagará su cuenta? Son 4,444 dólares--- le enseñó la botella que había pedido. Una para nada barata, por cierto--- Cognac Louis XIII.

Con un suspiro, el hombre en pijama sacó su tarjeta de crédito y se la pasó al otro. Ese chico era guardia y además cobraba. Interesante. Sin duda alguna. Su socio, el señor Choi, tenía personal altamente capacitado para toda ocasión.

--- TaeTae, mi amor--- llamó al menor, quien se removió en su lugar, pero se rehusó a responder--- ya vine por ti.

Recibió su tarjeta de vuelta y observó al precioso ángel de cabellos azules que comenzaba a reaccionar poco a poco. Parecía que estaba muriendo de sueño. Entendible si veía la hora.

--- ¿Estás bien?--- inquirió, tentando a acariciar esa abultada mejilla sobre la que estaba reposado. Sus ojitos oscuros se posaron sobre el bienquisto y enseguida sonrió ampliamente. ¿Por qué tenía que ser tan peligrosamente adorable?

--- Ti porterò... nel mio cuore per sempre...--- habló en italiano pausadamente mientras llevaba una mano a su propio pecho.

JungKook tiró de la mejilla ajena mientras negaba.

--- No sé italiano, lo siento--- le recordó, viendo la mueca de su lindo osito--- si me hablas en otro idioma quizás pueda entenderte.

--- I said... Baby...--- cubrió su boca al sentir las náuseas atacarlo. Maldición, iba a vomitar--- Necesito un baño.

El presidente tan solo negó. Mejor se lo llevaba a la mansión. Ahí estaría más cómodo que en el bar.

--- Iremos a mi casa.

Cargándolo al estilo princesa, se lo llevó fuera del local, encontrando su lujoso coche abierto gracias a uno de los guardias que lo ayudaba. Le dió pena agradecer, así que no lo hizo y tan solo recostó a su ex novio en los asientos traseros del auto, donde el de piel acaramelada se recargó tranquilamente, arrullándose ligeramente debido a la oscuridad de la noche. Se veía cómodo, así que no se preocupó mucho por el momento.

--- Duerme, mi príncipe. Ya es algo tarde--- le pidió con dulzura, sin embargo, aquel joven ebrio quería hacer de todo menos dormir. Y pronto JungKook lo entendió, pues durante todo el camino sentía una mano traviesa intentar explorar su regazo, buscando tocar su entrepierna. Agradecía que el más joven no se hubiera caído de los asientos por querer tocarlo.

Estacionó cerca de la entrada de su enorme mansión y se apresuró a llevarse a su menor en brazos. Para él no era un problema abrir las puertas mientras llevaba en brazos el delgado cuerpo de su TaeTae, así que ingresaron sin más problemas y lo cargó hasta su habitación.

--- Llévame a tu cama. Vamos a hacerlo--- sugirió repentinamente, asustando al pelinegro. ¡No podían hacer eso! Su querido osito estaba borracho.

El presidente intentó dejarlo suavemente en la cama, sin embargo, su contrario parecía un Koala, puesto que no tenía intenciones de soltarse de su agarre.

--- TaeTae, mi amor. Baja--- pidió tranquilo, aunque en realidad él también lo estaba abrazando contra su cuerpo, como si su vida dependiera de ello. Probablemente aún no podía creer que lo tuviera de esa manera, junto a él--- tienes que dormir un poco--- le hizo saber, preocupado por su bienestar.

--- Mh... Yo... Yo estoy sucio--- señaló su ropa manchada de rosa. Quizás por alguna bebida que derramó accidentalmente--- JungKookie~

Cierto. ¿Cómo podía olvidarlo? Su amorcito odiaba acostarse si se sentía sucio. No se dormiría si lo dejaba así y estaría con un malhumor más feo de lo normal.

--- ¿Aún tienes náuseas?--- le preguntó mientras comenzaba a desvestirse. No quería mojar la pijama que acababa de ponerse. Además de que tampoco podía dejar al otro solo en el baño. Capaz y se caía.

Al darse cuenta de que no le respondía, se giró a verlo y notó que lo estaba observando en silencio. Parecía estar viendo su fornido cuerpo, cosa que lo hizo reír.

--- Ven aquí--- las manos del azabache no dejaban de temblar, mas hicieron bien su trabajo, quitándole los pantalones a su diseñador favorito--- Tú te quitas la ropa interior--- llevó sus manos hasta la orilla del suéter holgado que llevaba el de cabellos mora y comenzó a levantarla lentamente, sufriendo mucho de tan solo ver esa pancita que aún conservaba, su delgada cintura y sus gruesos muslos que tanto ansiaba besar y morder--- Lo siento--- se disculpó ante sus propios pensamientos.

--- Lo vas a ver--- murmuró el ebrio, aunque JungKook no comprendió lo que decía hasta que le quitó la parte superior de su ropa. Tenía un tatuaje en la zona de su pecho. Como si estuviera alineado a la altura de su corazón. Una bonita letra cursiva, marcaba en tinta negra un nombre de manera permanente--- Te llevaré por siempre en mi corazón--- dijo mientras se tapaba tímidamente el tatuaje que decía "Jeon JungKook".

El mayor sintió que perdía todas sus fuerzas. ¿Por qué le hacía algo como eso?, ¿Acaso no le había dicho que lo odiaba la última vez que se vieron? Además de que lo había visto besándose con otro hombre. ¿Qué sucedía con él?, ¿Por que llevaba un tatuaje de su nombre?

--- TaeHyung, amor--- se cubrió el rostro y negó. ¿Seguía sintiendo lo mismo por él?, ¿Seguía amándolo?--- ¿Acaso todavía me amas?--- inquirió, a pesar de que estaba ebrio y probablemente terminaría diciéndole la verdad. Eso no era aprovecharse de su estado, ¿O sí?

Aunque quería escuchar una respuesta, estuvo al pendiente del contrario, quien parecía querer vomitar nuevamente.

--- Ven, vamos a darnos un baño--- si tan solo lo siguiera amando, JungKook haría de todo para ganarse su perdón. O al menos, saber que podrían volver a estar juntos.

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now