Almirante su esposa quiere divorciarse

Capítulo 149: Vino de luna llena

        Qin Ye volvió un poco curtido, pero todo su cuerpo era aún más robusto, como un toro bruto.

        Se acercó a grandes zancadas y tomó a Xiao Yan directamente en sus brazos, con la misma facilidad que si estuviera abrazando a un niño pequeño.

        El lugar al que había ido Qin Ye era tan especial que ni siquiera había una señal de comunicación. Durante tres meses, no habían tenido ni un solo contacto, todo estaba cortado de todo contacto.

        Xiao Yan abrazó a Qin Ye, que era tan fuerte, y no pudo evitar sentir una vaga preocupación en su corazón por ser un soldado, por ir a la guerra, por estar en peligro, por haber sido incluso gravemente herido en un lugar que no conocía.

        Cuando Qin Ye vio que Xiao Yan no se movía, supo que estaba preocupado por él. Qin Ye palmeó el hombro de Xiao Yan y dijo: "No te preocupes por mí, estaré bien, por ti y por el niño, también me protegeré".

        Xiao Yan asintió: "Quieres un hijo, ya te di uno, así que debes ser responsable de él, no quiero que a mi hijo le falte el amor de un padre".

        "Lo sé". Qin Ye asintió solemnemente: "Lo juro, no permitiré que me pase nada".

        Xiao Yan sonrió, también sintiendo que era realmente un poco sentimental, Qin Ye era tan poderoso, definitivamente estaría bien.

        Xiao Yan sonrió y le cogió la mano: "Venga, vamos a ver a nuestro bebé, ya está rodando, es especialmente bonito".

        El bebé de tres meses ya se había despojado de toda su fealdad, revelando su delicada piel y su linda cara.

        Los bebés de tres meses en su mayoría no pueden darse la vuelta, aunque se dice que algunos pueden hacerlo.

        No sé si era porque An An había heredado los genes de Qin Ye, pero tenía una constitución muy buena y era capaz de darse la vuelta a los tres meses y era especialmente atlético.

        Aunque Qin Ye había visto al pequeño con prisas cuando nació, cuando lo volvió a ver, toda la cara del niño había cambiado.

        Qin Ye acercó la mano con cuidado, sus dedos eran duros, curtidos y oscuros como si fueran de acero.

        Después de tres meses juntos, Xiao Yan se había hecho muy amigo de An An, no pudo evitar decir: "Ten cuidado, no le hagas daño, tus músculos son demasiado duros y el niño es demasiado blando".

        Qin Ye retiró ferozmente su mano, "¿Necesito ponerme guantes?"

        Xiao Yan lo pensó: "Es mejor ponérselos".

        Qin Ye sólo tuvo que ponerse los suaves guantes de cuero antes de levantar suavemente al niño, que pataleó alegremente mientras sus piernas se elevaban en el aire.

        Qin Ye apretó al pequeño contra su pecho y el pequeño chasqueó sus manos en la cara de Qin Ye varias veces, Qin Ye se quedó un poco boquiabierto y Xiao Yan no pudo evitar reírse.

        Qin Ye dijo: "¿No le gusto?"

        "No, no", dijo Xiao Yan con una sonrisa, "le estás gustando".

        Jiang Fengxin se acercó con una sonrisa, "Has vuelto, ¿cómo has visto a tu hijo?"

        Qin Ye dijo: "Ha cambiado mucho, si lo viera fuera no lo reconocería como mi hijo". Dijo Qin Ye, sacando de sus brazos la foto de An An cuando nació, que era completamente diferente a su aspecto actual.