Historia Corta Parte 7

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Mario miraba la computadora como si esperase que de pronto la simulación se hiciera sola.

—¿No está lista? —pregunté

Mario sacudió su cabeza

—Me salió un muerto e intento resolverlo. No he podido

Luis permanecía callado

— Hay que entregar el reporte esta tarde —Carlos empezaba a irritarse

— Podemos pedir un plazo

—No, eso sería irresponsable —Carlos murmuró malhumorado

— La tendremos para esta tarde. Yo me encargo — respondí sin preocuparme

Los tres me miraron con sorpresa

—Ángel, he hecho de todo

— Ya, yo lo resuelvo, no importa

—¿Por qué estas tan calmado?

— No hay razón para estresase

— vaya, eso es nuevo viniendo de ti. ¿Qué te hizo cambiar de visión?

Carlos alzó sus cejas y soltó una risa

— Un fin de semana de sexo fue lo que lo hizo cambiar de visión, de buen sexo

— ¿Con la chica con la que saliste el viernes?

Carlos volvió a reír

— Si ustedes supieran

Le dirige una mala cara sin molestarme en dar explicaciones, no pude ni quise ocultarle a Carlos que estuve con Benatia, pero Mario y Luis eran otra cosa, quería mantenerlo en privado, y sí, no estaba preocupado por la simulación ni estresado, estaba fresco, me sentía liviano, bien. Estaba de buen humor, tan de buen humor que ni siquiera un proyecto atrasado me lo podía quitar

— Con razón se ve tan de buen humor.

— Ya me parecía extraño tanta amabilidad de tu parte

Tomé la laptop de Mario y caminé hacia la puerta para ir a mi oficina

— Dejen de chismear y a trabajar

No salí de mi oficina en toda la mañana, cambiando valores, alternando variables, necesitábamos entregar el reporte hoy, cumplir con el cliente y con suerte, se volverían clientes fijos.

Mi atención solo se desvió de la pantalla de la computadora cuando la puerta de mi oficina sonó antes de abrirse y el hermoso rostro de Benatia se asomase.

— ¿Puedo pasar? —preguntó.

Me recliné en mi asiento sin evitar que una sonrisa tonta creciera en mi rostro por verla.

— Siempre puedes pasar

Benatia entró con ese balancear de caderas que me hipnotizaba, con la seguridad que irradiaba que hacía que todos volteasen a verla.

—¿Ocupado? —inquirió caminando hasta mi lado y apoyando su espalda de mi escritorio

— bastante, tengo que terminar un reporte para dentro de unas horas.

Mis ojos se quedaron en esos labios que me volvían loco.

— ¿Puedo ayudarte en algo?

Asentí y rodé mi silla más cerca de ella, tomé su muslo interior con mi mano y alcé mi barbilla, Benatia bajó su rostro y se unió a mi beso solicitado.

Esta necesidad que tenia de tocarla no se sacaría con un fin de semana en su cama, dentro de mí, crecía una necesidad primitiva de tenerla cerca.

— A no distraerme —susurré en sus labios.

Perfecta Mentirosa✔️Where stories live. Discover now