Capítulo 63: Maquiavelica

1.8K 206 204
                                    

"Mientes tan bien que me sabe a verdad

todo lo que me das"

Mis ojos se quedaron paralizados en los suyos y no supe qué hacer con mis manos, con mis piernas, con mis ojos, con mi boca.

¿Cuándo tiempo había estado ahí?

No importaba, sus ojos me decían que había escuchado todo.

—Parece que por fin conozco a tu prima.

Mi bilis ascendió por mi garganta y quise vomitar.

—Puedo explicar.

Su mirada me analizó como si yo fuese una persona completamente distinta 

—Acabo de escuchar todo lo que necesitaba escuchar. —su ojos me pasaron y su expresión se volvió confusa—. Tú me eres familiar. —Me giré hacia Alonso que se había quitado sus lentes de sol, sus ojos tenían un tono rojizo. ¿Había estado fumando otra vez? — ¿Lo has dibujado cierto? Él estaba en tu...

—¿Lo has dejado ver tus dibujos? —Alonso se volvió hacia mí— Me dijiste que nadie los veía.

—A mí me dijo que nadie sabía de ellos pero aparentemente, a ti también te regaló uno.

Alonso deslizó su mirada hasta Ángel y los dos se quedaron observándose en silencio.

No podía respirar, mover o hablar.

—Tu dibujo siempre se me hizo familiar y me imaginé que eras alguien del colegio pero... no es ahí donde te he visto... —la realización golpeó su rostro— Tú estabas ese día en el cine... en nuestra primera cita.

Lo observé en su rostro, por primera vez odié que él fuera un libro abierto porque era testigo, segundo a segundo, de cómo su corazón se rompía.

—Desde nuestra... dime que no es cierto, Benatia. —su voz raspaba y mis ojos se inundaron de agua. — Dime que todo lo que acabo de escuchar es mentira.

Su cuerpo empezó a temblar.

Todo sucedía ante mis ojos como una mala película en cámara lenta. 

—Yo...

— ¡Miénteme! Por favor, Benatia, te estoy pidiendo que me mientas. —Las palabras eran incapaces de salir de mi boca—. ¡Miénteme otra vez!

Mis manos cubrieron mis labios intentando detener mi llanto.

Él esperó por mí, a que mintiera, a que dijera algo pero no podía.

—La primera vez que estuvimos juntos... estab... ¿estabas embarazada?

La cara de Ángel se contrajo y pensé que él mismo podía vomitar.

Yo no podía responder, no a eso, pero mi silencio, mi mirada, mi culpabilidad estaba escrita en toda mi expresión.

—Sí, lo estaba. —Alonso respondió por mí a mis espaldas y mi giré hacia él de nuevo.

Desde su posición, tuvo que haber notado a Ángel llegar. Alonso tuvo que haber sabido que Ángel estaba ahí y no me dijo nada.

Esta situación era tan forzada.

—¿Qué estás haciendo aquí?

No se suponía que él estaría aquí, debía estar en su casa esperando que a que yo llegara con mis padres.

Ángel miró hacia Alonso y sacudió su cabeza, miré a Alonso otra vez pero sus ojos evadieron los míos.

Fue él. Todo esto.

Perfecta Mentirosa✔️On viuen les histories. Descobreix ara