Perfecta Mentirosa✔️

Capítulo 62: Máscaras

"Tantas mentiras, que ya ni tú te las creías."

Hoy era el primer día del resto de mi vida.

Hoy la nueva Benatia despertaba.

Hoy mi familia y la de Ángel tenían una cena. Una cena familiar en casa de Ángel para que nuestros padres se conocieran. Se suponía que ayer debía de haber conocido al papá de Ángel pero las cosas no habían salido como se esperaba.

Ahora las cosas irían mejor.

Que nuestros padres se conocieran eran un gran paso, uno que jamás me imaginé dar y sobretodo no con Ángel Martínez Lozada, la persona de la que Mariela Morales estaba enamorada. La persona que tuvo sentimientos por una persona como ella, sin embargo ya no me interesaba la Reina Abeja en lo más mínimo.

Ángel me había sorprendido con su belleza, tanto interna como externa y no había sido capaz de aceptar que la razón por la que solía dibujarlo justo como él era, era porque él no escondía nada, era completamente genuino, completamente bueno.

Al principio no había querido verlo pero ahora me encontraba en paz con los sentimientos que tenía por él y no haría nada para arriesgarlo.

—Benatia, ¿estás despierta? —mi mamá tocó la puerta y asomó la cabeza por ella

—Estoy haciendo mi maleta —avisé.

Mañana Ángel y yo iríamos a Caracas con su padre para visitar las universidades, mi madre estaba nerviosa y paranoica y esperaba que después de que conociera al papá de Ángel esos nervios se fueran.

—Así que... ¿todavía estas con la idea de mudarte a Caracas?

Dejé las camisas sin doblar en mi cama y me giré hacia ella. Mi madre estaba apoyada contra la pared con sus brazos cruzados en su pecho.

—Pensé que ya habíamos pasado esa página.

Sacudió su cabeza —No me gusta esa ciudad, no es un lugar para ti,

—Estaré bien, Ángel y su padre estarán conmigo

Se separó de la pared para acercarse a mí, su mano alcanzó mi mejilla con suavidad

—Te amo mi pequeña niña. Siempre serás mi pequeña —Sonreí pero no dije nada, las demostraciones de afecto me ponían incomoda—. ¿Cómo estuvo el juego?

Hice una mueca y volví a tomar mis camisas de la cama para doblarlas y meterlas en la maleta

—Mal. Perdieron.

—¡¿Qué?! —Todo el rostro de mi madre cambió a una de preocupación— Pero si ellos juegan muy bien, ¿Cómo está Ángel?

Me encogí de hombros —Triste.

—Oh... mejor bajo a la cocina para prepararle un pastel mientras tu padre compra el pescado para el ceviche.

—¿Mi papá salió?

Ella asintió y se dio la vuelta para salir de la habitación

—Salió temprano al puerto para conseguir pescado fresco.

Al menos mis padres estaban emocionados por esta cena, sería la primera vez que los invitaría a la casa de algún amigo.

¿Cuánta ropa debería guardar? Estaríamos en Caracas solo tres días pero era la primera vez que Ángel y yo pasaríamos tres días completos juntos, durmiendo bajo el mismo techo y quizá, con un poco de suerte, él pudiera escabullirse a mi habitación, aunque no sabía que tantas habitaciones tendría ese apartamento.