Capitulo 61: Tarde o Temprano

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"Si te hice daño no fue sin quererte sino sin querer"

No había sol ahora, en su lugar, la luna era un punto muy lejano y apenas distinguible.

Cuando el taxi se detuvo al frente del estadio salí del auto con una velocidad de la que no me creía capaz para atravesar las puertas y comenzar a subir las escaleras de cemento de dos en dos hasta alcanzar las gradas con mi corazón latiendo a mil por hora.

Lo había logrado, había llegado.

Caminé hasta el borde de las gradas para observar la cancha, el ruido insoportable de los espectadores no aturdía esta vez y era simplemente perfecto que al primer partido que llegaba tarde la gente decidiera no hacer ruidos insufribles.

Observé la grama artificial de la cancha y mis cejas se entrejuntaron al darme cuenta de que no había ningún partido desarrollándose en ella, mis ojos recorrieron la longitud del campo de fútbol pero no había ninguna persona abajo. ¿Estarían en descanso?

Alcé la mirada para preguntarle a algún espectador pero la velocidad de mis latidos descendió de un frenazo.

No había nadie en las gradas.

No había nadie en el maldito estadio. Todos los asientos estaban vacíos

Madre Santa.

Mis labios se secaron y mis ojos recorrieron cada asiento en busca de alguna persona.

Ángel.

Un señor con uniforme verde se encontraba al otro lado de las gradas limpiando y tuve que darle la vuelta al estadio para poder llegar hasta él.

—¡Señor! —llamé antes de llegar a su lado con urgencia. — Señor, ¿Qué ha pasado con el partido?

El hombre apenas y levantó su rostro manchado por el sol y arrugado por la vejez 

—¿El de colegiales? —Asentí— Terminó hace unos minutos.

Puta Madre, había fallado. Había llegado tarde.

—¿Y los jugadores?

El señor se encogió de hombros y siguió barriendo el piso.

 —Todos se fueron.

Mi pecho se desplomó y me quedé quieta sin saber que hacer a continuación, Ángel se había ido. No me había esperado.

El hombre de la limpieza me dirijo una mirada extraña y se alejó continuando con su labor de limpieza.

Saqué mi celular pero no tenía ni llamadas o mensajes de él. Sintiéndome derrotada salí del estadio con paso lento, ¿ahora cómo me iría de aquí? Que Dios me ayudara si tenía que volver a llamar al Señor Juan.

Toda esta situación apestaba. El día entero había apestado.

Había estado tan enfocada en entrar al estadio que había sido incapaz de notar lo que el señor de la limpieza había dicho, el estacionamiento estaba prácticamente vacío, el absurdo cantar de los grillos era el único sonido que rasgaba el aire.

Tenía que decirle a Ángel que estaba aquí, volví a sacar mi celular y marqué su número, no tenía idea de que le diría o que excusa inventaría pero él debía de saber que si vine, que llegué tarde pero estab...

El sonido de un celular sonó a pocos metros de mí y levanté la cabeza intentando distinguir de donde venía, tranqué la llamada y al segundo la sinfonía del teléfono murió.

¿Ángel seguía aquí?

Volví a llamar y el sonido del celular se volvió más fuerte esta vez, ¿por qué no atendía la llamada?

Perfecta Mentirosa✔️Where stories live. Discover now