Capítulo 46: Ultimátum

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"Tú no contabas con mi amor.

Que fácil fue decirme adiós"


La preocupación y el peso en mi espalda regresaron con más fuerza. Alonso había entendido todo absolutamente mal.

Su cuerpo se enderezó, sus ojos se entrecerraron

— ¿A qué te refieres? —él no era idiota. Alonso entendía perfectamente a qué me refería pero aun así había elegido preguntar.

—No vamos a hablar con mis papás, no vamos a ir a ningún doctor y no haremos ningún eco. Esa no es la ayuda que necesito de ti.

Una ráfaga de desilusión abordó las líneas en su rostro. No me atreví a pensar mas en eso 

—No lo digas

—Necesito que me prestes dinero —Sacudió su cabeza violentamente y se dio la vuelta lejos de mí sin soportar mirarme o incluso estar a escasos centímetros cerca. Entendía esa sensación, era incapaz de ver mi propio reflejo y si fuese posible escaparía de mi propia presencia— para terminar con el embarazo.

—Estás loca —sus manos taparon su rostro. Su espalda me enfrentaba— No sigas hablando. Porque si lo que me estás diciendo es que quieres abortar, no contaras con mi ayuda. No te apoyaré en esta decisión.

Mi cuerpo se erizó al pronunciamiento de esa palabra. Lo que yo tenía dentro de mí aún no era un bebé, no sabía qué tipo de órganos podía haber desarrollado en estas semanas y no estaba interesada en saberlo. Tampoco había ninguna decisión que tomar, en el instante en que Graciela había leído el resultado de la prueba ya tenía claro qué era lo que iba a suceder, ni por un segundo consideré la idea de continuarlo. No iba a tener ningún bebe, yo no iba a ser madre. No lo quería y lo que había dentro de mí tan solo era una bola llena de sangre, sin vida, sin alma. Una bola y solo eso. Tenía que convencerme de que solo era eso porque era la única manera en que iba a salir de esto sin destrozar por completo mi averiada alma.

—Yo no tengo la cantidad de dinero necesaria para hacerlo y tampoco puedo pedírselo a mis padres...—y Graciela, por mucho que quisiera ayudarme tampoco disponía de ese monto.

Se volteó hacia mí, sus ojos ardían en una tormenta 

—Abortar es ilegal Benatia, te pueden meter presa por...

— ¡Y a ti te pueden meter preso por dejar embarazada a una menor de edad, imbécil!¿Crees que mi padre estará muy contento de averiguar lo que alguien de tu edad hacia conmigo?

Su mandíbula se apretó, su rostro esta contorsionado con rabia

—Tienes diecisiete, no es ilegal. Abortar por otra parte lo es. E incluso no es como si pudieras ir a la clínica de la esquina y preguntar por un doctor para que lo haga. No es tan fácil como lo...

Odiaba su tono de voz, odiaba el juicio en su mirada y odiaba la manera en que me veía

—No te hagas el ingenuo conmigo Alonso, recuerda en dónde vivimos, con el dinero y el contacto adecuado todo es legal.

—No puedo creer que en realidad estés considerando la idea

—No estoy considerándolo. Lo voy a hacer y necesito tu dinero. —mi voz salía fría y sin vida. Justo como me sentía

En el mismo instante en que Graciela me había dado la noticia, cuando vio mi rostro y mi destrozo, llamó a una amiga quien llamó a otra amiga. No sabía cuántas personas habían sido involucradas ni cuantas llamadas se habían hecho, lo único que yo podía hacer era repetir una y otra vez que no quería tenerlo, que no podía tenerlo. Graciela logró conseguir a una persona que me ayudara. El único problema era que no tenía la cantidad que esa persona requería a mi disposición. Y Alonso era la única persona que podía dármelo. Cuando él me dijo que no me dejaría sola, que juntos lo íbamos a resolver yo había creído.... Pero Alonso no había entendido nada. Y regresaba al mismo lugar que estaba antes, o peor.

Perfecta Mentirosa✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora