Capítulo 26: Clandestino

2.6K 271 69
                                    



"Un lirio blanco porque confío en ti.

Uno amarillo porque me haces feliz.

Y uno malva porque tus ojos me hacen sentir"

Lucía tan pacífico, su boca estaba entreabierta, pequeñas hileras de aire se desprendían de sus labios en respiraciones profundas, parte de su cabello negro caía sobre su frente cubriendo sus cejas gruesas y espesas. Su rostro había alejado cualquier rasgo de dureza, joven. Lucía tan joven. Pasé mis dedos sobre su pecho desnudo, delineando nuevamente los dos nuevos tatuajes que no habían estado ahí días atrás, él no se despertó, seguí moviendo mi dedo sobre la marca negra, una escritura corta y fina perteneciente a la firma de su madre, al otro lado, una firma más longeva y descuidada pero igualmente elegante que pertenecía a la de su padre. El artista había logrado una buena representación de ambas. Me encantaban.

Había estado sorprendida al ver los dos tatuajes cuando su pecho había quedado al descubierto pero al instante me fasciné. Recordé que tendría que hacer un muy buen retrato de su postura en este momento.

Tranquila oscuridad.

Con cuidado de no hacer ruido me levanté de la cama, aun sabiendo que él no se despertaría por las próximas horas, se había hecho demasiado tarde e iba a tener que ingeniármelas para que mis padres no se dieran cuenta que había sobrepasado el toque de queda. Recogí mis cosas desde el montón en la cual habían quedado agrupadas y me vestí. Con una última mirada a Alonso en la profundidad de su sueño salí de su habitación. Tendría que manejar rápido como el infierno para llegar en corto tiempo a mi casa, Alonso iba a matarme mañana cuando se despertara y se diera cuenta que me fui sin él.

La luz en la cocina llamó mi atención y entre con sutileza, notando al tío de Alonso sentado en la mesa de la cocina con la laptop encendida.

Su mirada se levantó de la computadora y frunció el ceño

— ¿Benatia? —Su mirada reconoció las llaves de mi auto en mis manos— ¿Ya te vas?

Volví mi vista hacia su rostro esforzándome por no seguir con el recorrido de su pijama de seda y sus pies descalzos contra la alfombra del suelo.

— Sí, se me hizo tarde

Asintió siguiendo su mirada a un punto detrás de mí — Maneja con cuidado. Alonso te acompañará ¿no es así?

Hice una mueca, había esperado que no se diera cuenta — No quise despertarlo.

— ¿Piensas irte sola? —Desaprobación se filtró en su voz— Lo mejor será que lo despiertes, es peligroso que te vayas sola a esta hora

Suspiré

— Mi casa queda cerca, nada malo va a pasar

Arturo hizo ademán de levantarse de su asiento — Vamos, yo te acompaño

— ¡No! —Le impedí que se levantara— No hace falta, de verdad no hace falta. Mi casa queda cerca. —Pareció que iba a insistir pero volví a hablar— manejare rápido. Lo prometo

Sus ojos me analizaron y entonces asintió. Exhalé el aire

— Bien, pero avísame cuando llegues. ¿Tienes mi número no? —Asentí— Ten mucho cuidado.

Volví a asentir y salí de la casa, montándome en mi auto. No me sentía para nada a gusto estando en plena madrugada manejando sola pero era lo que tocaba por haberme quedado dormida, y no pensaba hacer que Alonso me acompañara para nada. Mucho menos que lo hiciera su tío. No había esperado que estuviera despierto a esta hora, ¿que habrá estado haciendo? Parecía cansado y concentrado, aun así se veía increíblemente apuesto. Y cada vez me impactaba más la similitud que tenía con Alonso, en todos los aspectos. Me pregunté, como sería un hijo de Arturo cuando los tuviera, el clon de Alonso, así iba a ser. Como si no tuviéramos suficiente con un solo Alonso en el planeta.

Perfecta Mentirosa✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora