Capítulo 34: Malos Hábitos

2.5K 228 58
                                    

"Sé que estas con alguien, que no es el momento

pero me hacia falta, escucharte de nuevo"



"Con un Gerandio quiero que entiendas la imposibilidad de sacarte de mi cabeza"


El vidrio del copiloto del Mercedes se deslizó hacia abajo descubriendo el rostro de su conductor.

—Pequeña Benatia —saludó Alonso, inclinándose sobre el asiento para abrir la puerta, invitándome a entrar.

Cambié mi peso de un pie al otro, debatiendo entre si entrar o no, miré hacia atrás, a las ventanas de mi casa cerradas y con un último pensamiento, la curiosidad ganó.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté cerrando la puerta al acomodarme en el asiento. El olor a mi perfume favorito de él inundó mis pulmones y me tomé un segundo para disfrutar la fragancia.

Los ojos de Alonso eran tan oscuros como la noche encima de nosotros al detallarme

—Estas distinta.

—Estoy igual que siempre

—No. Te ves cambiada, tienes un brillo que no... —entrecerró sus ojos, pensando—. Feliz. Te ves feliz. Te ves hermosa Benatia. —Eran contadas las veces en las que él me llamaba solo por mi nombre—. ¿Qué hacías afuera a esta hora? ¿Estás esperando a alguien?

Sacudí mi cabeza. —Ángel se acaba de ir...estaba conociendo a mis padres.

Sus ojos se volvieron más oscuros. —Parece que estas llevando esta farsa muy lejos, ¿no crees? —su tono era seco. No respondí, ese era un camino el cual no estaba dispuesta a explorar, no aún y sobre todo, no con él.

— ¿Qué haces aquí? —volví a preguntar.

—Te extraño. —susurró y la noche se aclaró. Me encontré con su mirada, sin saber qué decir o qué sentir—. Quería verte.'

—Nos vimos ayer —le recordé.

—Lo sé pero... tenía ganas de salir contigo. Tenemos tiempo que no salimos.

—Alonso —suspiré— quedamos en que...

en qué quedamos. Que seríamos solo amigos pero los amigos también se ven. Salen, hablan. Pasan el rato, ¿por qué tú y yo no podemos hacer eso?... sal conmigo bebé, solo un rato, ¿qué dices? —se quedó en silencio esperando una respuesta y yo sabía, sabía que tenía que decir que no. Él también lo sabía.

—Pensé que habías dicho que nosotros no funcionaríamos como amigos

—Estoy dispuesto a intentarlo... si es la única manera de seguir hablando contigo. Vamos —insistió—. Parece como si necesitaras un amigo.

Y demonios si no lo hacía.

—Bien —acepté, callando todas esas voces dentro de mí diciéndome que estaba cometiendo un error. Alonso era mi amigo, podía salir con él como amigos, podía hacerlo—. Tengo que avisarle a mis padres.

—Te esperaré aquí.

Regresé unos minutos después de haberles dicho a mis papás que saldría a dar una vuelta con Ángel, a lo cual ellos accedieron sin un doble pensamiento.

—¿Lista? —preguntó cuando ingresé al auto.

Lo miré, tomando una respiración profunda —Lista

Perfecta Mentirosa✔️Where stories live. Discover now