Capitulo 4: Boca del Lobo

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"Se come tu cuento, lo que tu le digas
Como un niño se lo cree"


Probablemente yo estaba durmiendo, soñando incluso. O quizá el pequeño terremoto de mi hermano menor le había echado una especie de droga a mi jugo esta mañana, lo mataría cuando lo viera. Lo que sea que le haya echado estaba causándome visiones ahora mismo.

Benatia Del Junco estaba sentada al frente de mí y me estaba viendo, Benatia Del Junco me había hablado, sonreído incluso. ¿Con qué clase de cosas estaba jugando Miguel?

Parpadeé intentando aclarar mi cabeza pero Benatia seguía adelante de mí, como esperando una respuesta, miré hacia mis amigos, dispuesto a decirles que estaba sufriendo alucinaciones solo para encontrarme la sorpresa en sus rostros también.

Quizá Miguel no le había echado nada a mi jugo después de todo

— ¿Hola? —medio pregunté, medio hablé.

Benatia habló enseguida, pidiendo mi clase de matemática y pensé que las cosas se habían vuelto más raras. ¿Desde cuándo Benatia me hablaba para pedirme algo?

No pude evitar pensar que esa probablemente era la primera vez en cuatro años que Benatia me hablaba por decisión propia.

Un poco aturdido todavía le di mi clase, sin pensar mucho en ello, realmente debió de haber estado necesitada de la clase para venir a hablarme. De cualquier forma, Benatia era un enigma.

En cuánto ella se volteó Santiago y Alberto se giraron hacia mí, con los ojos bien abiertos

— ¿Que mierda fue eso? —susurró Alberto.

Me encogí de hombros — Solo quería la clase.

— Si pero por qué pedírtela a ti —insistió— Podía habérsela pedido a Gabriela.

Gabriela posiblemente era la única persona en el salón con la que Benatia hablaba, aún así, dudaba mucho que fuesen amigas.

Volví a encogerme de hombros y bajé la voz

— No lo sé.

— Gabriela aún no ha llegado —notó Santiago y luego miró a Benatia con desconfianza— pero ella nos odia, podía haberle hablado a cualquier otra persona.

— Ella te odia a ti —le recordó Alberto a lo que Santiago le hizo una mueca.

Benatia soltó un suspiro frustrado y los tres nos quedamos tiesos.

Mierda, seguro nos había escuchado.

Antes de detenerme me incliné en el asiento, deseando que su suspiro se refiriera a mi clase desordenada y no debido a mi conversación

Tensión se alejó de mí cuando supe que su suspiro tenía todo que ver con su incapacidad de entender los ejercicios. Una risa salió de mí y luego me arrepentí. Lo único que me faltaba es que Benatia pensara que estaba burlándome de ella, conociéndola... Corrijo, no conociéndola quizá me lanzara el cuaderno por la cabeza.

Quien sabe, las mujeres eran complicadas, aún más si eras Benatia Del Junco.

Lo siguiente que supe era que en un segundo estaba disculpándome y en el otro estaba ofreciéndome a explicarle los ejercicios después de clase. Y que ella había aceptado.

Cuando la clase terminó mis amigos me miraron como si hubiese entrado por voluntad propia a la cueva del lobo, no los podía culpar.

Miré a Benatia, sus ojos eran de un color avellana profundo e incomodidad brillaban a través de ellos y me sentí culpable por querer irme detrás de mis amigos. Quizá Benatia no era lo que todos pensábamos, era hermosa eso sí, nadie podía negarlo pero todo lo que sabía de ella venia de Santiago y a decir verdad Santiago era la única persona que en realidad tenia razones para que le cayera mal.

Haciendo caso a todos los buenos modales que mi madre se empecinaba a enseñarme y olvidándome de los prejuicios, me dispuse a ofrecer mi mejor disposición pero cuando Mariela apareció, mi cabeza quedó en blanco y tuve que decir que no cuando lo único que quería era decir que sí. Quizá me diera tiempo de desayunar con ella si terminaba rápido con Benatia. Santiago me mataría al saber que dejé pasar una oportunidad con Mariela.

Para mi mala suerte Benatia se dio cuenta de eso y lució ofendida, me sentí mal de inmediato por sacar a suposición lo que todo el mundo decía y de nuevo, le ofrecí una bandera blanca.

¿Para qué me tomaba tantas molestias con ella? Tuve que haber aceptado su oferta cuando dijo que podía irme si quería.

Sacudí mi cabeza preguntándome en qué lío me acababa de meter...

Nadie podía haberme dicho que la respuesta a esa pregunta no la sabría hasta mucho, mucho después.

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Aquí tienen una pequeña miradita a los pensamientos de Ángel. ¿Será que el nombre concuerda con él?

Se vieneen capítulos mas largoos😎

Perfecta Mentirosa✔️Where stories live. Discover now