Sueños Humedos

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POV FREEN

Rebecca había dicho que llegaría temprano el domingo para cenar así que estaba acostada en el sofá del recibidor mientras jugaba con mi celular, checaba la hora cada cinco minutos el tiempo pasaba tan lento que era como si la vida conspirara en mi contra.

Cerré los ojos dejando el celular sobre mi pecho sin saber en qué momento mi cabeza se desconectó del mundo para entrar al reino de los sueño.

—Freen—. Me llamaban—. Freen—. Una mano acariciaba lentamente mi perfil, gruñí para me dejaran dormir—. Sabes que tienes una cama más cómoda que este sofá ¿verdad?

Abrí mis ojos lentamente, tuve que parpadear algunas veces y me froté los ojos mientras bosteza, lo primero que vi fue unos ojos marrones que se burlaban de mi, una sonrisa blanca y unas pecas apenas visibles que me hacían querer dibujar un camino para unirlas con la yema de mis dedos.

—¿Qué importa dónde duermo si ya morí?—. Dije en un susurro haciendo que ella detuviera sus dedos y me mirara confundida—. Morí y llegué al cielo porque eres un ángel.

Ella soltó una carcajada y golpeó mi hombro con su palma—. Deja de tontear—. Dijo poniéndose de pie. Yo solo quería decirle que no estaba tonteando, que de verdad creía que ella era un ángel—. ¿Tienes hambre? Ya está lista la cena.

Ella ni siquiera espero a que yo contestara y empezó a caminar por el corredor, estiré mi cuello sobre el brazo del sofá para verla alejarse, sonreí y me giré. Lo siguiente que sentí fue el duro piso de madera. Entré a la cocina con una mueca de dolor haciendo que Darla y Rebecca me miraran contrariadas.

—Me caí del sofá—. Dije y Rebecca rió estruendosamente y aplaudió como si fuera una foca.

—Debí haberlo visto—. Dijo jadeando y limpiándose una lágrima que había salido por la risa—. ¿Podrías repetirlo para mi? —. Rodé los ojos pero por alguna razón me concentre en el plato de Rebecca, no me había percatado de que realmente sus porciones eran pequeñas, Darla carraspeo y ladeó su cabeza mientras abría los ojos y me senté.

—Tomaré un baño y me iré a dormir—. Dijo Rebecca mientras bosteza—. Estoy muy cansada.

—¿Te sientes mal?—. Pregunté y Darla se llevó una mano a la frente mientras hundía su cabeza. Rebecca me miró pero sonrió.

—Solo estoy cansada—. Repitió—. Fui a jugar tenis con Richard y me dejó agotada, su revés ha mejorado mucho.

—¿Fuiste a visitar a tu familia?—. Pregunté mientras ayudaba a Darla a levantar la mesa—. Hace mucho que no los veo.

Rebecca me miró con los ojos entrecerrados y se mordió el labio sutilmente.

—Me quedé con ellos el fin de semana, hace mucho que no los veía y los extrañaba—. Se levantó de la silla y me miró nuevamente—. Estarán felices de verte.

¿Ella lo decía en serio? ¿Los Armstrong realmente estarían felices de verme? Quizás Rebecca solo era amable, realmente dudo mucho que ellos no me odien.

—Podemos ir a cenar con ellos un día después de grabar—. Dije repentinamente y me quise aventar por la ventana.

—Tengo que preguntarles—. Dijo caminando fuera de la cocina y yo la seguí como un pato que sigue a su mamá—. Pero quizás cuando regresemos de Koh Lipe.

—¿De verdad me llevarías a cenar con ellos?—. Pregunté cuando nos paramos enfrente del elevador, Rebecca me miró y frunció el ceño.

—Sí, ¿por qué?—. Preguntó. Bueno quizás por todo lo que te hice en el pasado, quizás porque soy una idiota que te lastimó y ellos seguramente me odian—. Ah—. Dijo Rebecca mientras subíamos al elevador—. Ellos no te odian, Freen—. Dijo como si pudiera leer mi mente—. Las relaciones funciona o no, ellos entendieron que la nuestra no funcionó, siempre te quisieron mucho en especial mi mamá estarán felices de volver a verte.

Breaking the distance. //FREENBECKY//Where stories live. Discover now