Guerra

5.7K 446 119
                                    

POV FREEN

Estábamos volando a Bangkok la siguiente noche, salimos del aeropuerto Jhon F. Kennedy cerca de las 11 de la noche, después de 8 horas de vuelo hicimos una escala de 8 horas en Zurich.

—Por favor—. Rebecca casi pataleaba en medio de la sala de espera—. Por favor, Freen—. Usaba su voz aniñada mientras fruncía el ceño y hacía un puchero. En ocasiones me preguntaba como era que me había casado con dos mujeres distintas—. Regresaremos a tiempo.

—Despegamos en menos de ocho horas, Bec. ¿Qué podemos hacer en 6 horas?—. Rebecca se cruzó de brazos y yo hice acopió de toda mi fuerza de voluntad para no reír.

—Está bien—. Dijo desviando su mirada de la mía—. Si ya no me amas solo tienes decirlo—. Sonreí mientras negaba con la cabeza.

—¿Estás llorando?—. Pregunté tratando de que me mirara pero se giraba cada vez que lo intentaba—. Becky, no llores... ¿por qué lloras?

—No estoy llorando—. Dijo dándome la espalda mientras se abrazaban así misma—. Estoy ensayando para cuando tenga que actuar.

Sus hombros subían y bajaban con cada respiración. Trataba de sollozar en silencio pero no lo conseguía, entré en pánico rápidamente.

—Oye—. Susurré poniéndome frente a ella, acuné su rostro mientras mis dedos limpiaban sus lágrimas—. No llores, por favor. No tienes motivos para llorar.

—Los tengo—. Dijo tratando de girar su cabeza pero no lo permití—. Ya no me amas por eso no quieres pasar tu tiempo conmigo, ya te aburriste de mi... seguramente cuando lleguemos a Bangkok me vas a pedir el divorcio.

—Debes estar bromeando—. Ella estaba jugando conmigo. No había manera de que realmente pensara aquello—. Después de tanto que me costó casarme contigo, ¿tú crees que te pediré el divorcio? Estás equivocada...—. Mis brazos rodearon su cintura y la pegaron a mi cuerpo con fuerza y posesión—. Eres mía y nunca, escúchala bien, nunca permitirte que te vayas de mi lado.

—¿Lo prometes?—. Su aliento contra mi cuello me hizo estremecer.

—Lo prometo—. Dije mientras mi mano derecha subía hasta su cabeza acariciando lentamente su nuca y mi mano izquierda la apretaba contra mi—. Ahora no llores más, por favor. Hay que darnos prisa si queremos aprovechar el tiempo en Zurich, aún tenemos que pasar migración.

Y como si le hubiera prometido muchos dulces a una niña pequeña Rebecca dio varios brinquitos mientras aplaudía. Quizás ella solo había utilizado sus dotes actorales para manipularme pero no importaba porque yo solo quería ver su brillante sonrisa en su rostro y haría cualquier cosa para que siempre fuera de esa manera.

*************

Zurich a diferencia de Bangkok era ordenada y muy bien planificada por lo que en menos de 20 minutos estábamos en el centro de Zurich después de abordar el tren que nos dejó en la estación central.

Cruzamos el Río Limago, que divide la ciudad y desemboca en el Lago de Zurich, para comenzar nuestro recorrido por el centro de la ciudad. El Polybahn fue nuestra primer parada. Se trata de un funicular y según el guía data de 1889 y transporta unos 50 pasajeros en cada sentido cada dos minutos. Desde la cima se obtienen vistas panorámicas de la ciudad y el lago de Zurich. Rebecca parecía fan animada y feliz que no podía arrepentirme de arriesgarnos a perder el vuelo cada que su sonrisa hacía que mi pecho se calentara.

—Es hermoso—. Susurraba cada que volteaba su atención a cualquier lado, yo solo podía verla y quizás parecía una boba pero no había nada a mis ojos que fuera más hermoso que ella, hasta la manera en que fruncía el ceño o como respiraba me parecían un sueño.

Breaking the distance. //FREENBECKY//Where stories live. Discover now