Sanando

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POV FREEN

La vida era fantástica, mi momento favorito del día era cuando despertaba, a la mayoría no le gusta despertar y tener que levantarse, preferirían seguir durmiendo pero para mi la realidad era mucho mejor que mis sueños.

Desde la primera vez que conocí a Rebecca sentí una atracción inmediata, no habló solo de algo físico. Fue como si una fuerza invisible me empujara a acercarme a la castaña y cuando sus ojos me miraron por primera vez sentí una corriente eléctrica, la misma que describen los libros y las películas románticas, había sido escéptica hasta ese día.

Conocí a Rebecca un 14 de septiembre, nunca olvidaré esa fecha aunque todo lo demás haya sido arrebatado de mi mente.

Rebecca tenía una rutina muy bien definida, se levantaba un poco antes de las 6 para ejercitarse en el gimnasio mientras yo continuaba durmiendo, regresaba a tomar un baño y era en ese momento en que mi cuerpo decidía reaccionar quizás por el ruido de la regadera. Quizás por sentirla cerca.

Desayunábamos ella ya bañaba y lista y yo en pijama y somnolienta, ella hacía mil cosas al día y me preguntaba en qué momento se había vuelto tan organizada cuando antes éramos un desastre andando, ahora solo yo era el desastre pero aunque en ocasiones llevaba al límite su paciencia siempre terminábamos acurrucadas.

El rodaje había casi terminado, así que teníamos tiempo para pasear o simplemente quedarnos en casa sin hacer mucho más que ser felices.

—¿Qué es esto?—. Preguntó Rebecca cerrando el libro que leía cuando puse en sus manos una gorra negra y unas gafas mientras estaba acostada en el sofá del estudio.

—Me preguntaba si quizá ¿querías ir al cine?—. Puso el libro en la mesa de centro mientras se sentaba y me miraba confundida.

—Estaría bien pero no entiendo para que necesitamos esto—. Continuó mientras yo sujetaba mi cabello en una coleta para después ponerme la gorra.

—Para no ser reconocidas—. Dije y sonreí bobamente—. ¿Recuerdas cuando nos escondíamos de los fans y los reporteros cuando queríamos ir a comer o pasear por ahí?

—Lo recuerdo—. Dijo con una sonrisa en su rostro—. Pero ahora ya no es necesario, amor. Todo el mundo sabe que estamos juntas.

—Lo sé—. Dije con cierta melancolía—. Pero me perdí todo eso—. Dije golpeando con mi índice la cabeza—. Es tonto, olvídalo.

Rebecca se levantó con rapidez del sofá y me tomó de las manos mientras las apretaba y acariciaba con sus pulgares los dorsos.

—No es tonto—. Dijo mirándome a los ojos—. Es lindo—. Sonrió y beso la comisura de mis labios —. Si quieres cortejarme como lo hacías antes de que yo te pudiera ser mi novia está bien—. Dijo haciéndome sonrojara—. Pero esta vez debes de ser tú la que me pida ser tu novia—. Dijo alzando una ceja—. Conquístame si puedes, Sarocha.

Quizás era un juego absurdo y tonto, pero amaba la manera en que Rebecca fingía que habíamos viajado en el tiempo y estábamos en la etapa en que nos coqueteábamos y salíamos evitando los reflectores. Lo mejor era que al final del día volvíamos al presente y podía hacer el amor con ella hasta el cansancio.

Me había olvidado de años realmente importantes en nuestra relación pero ahora con más tranquilidad pensaba que era una buena oportunidad porque esos años también habían sido los más dolorosos, en solo tres años habíamos pasado de planear un futuro juntas con una próxima boda a una ruptura hiriente y desgastante que nos había separado al grado de ser dos extrañas que odiaban el haberse conocido. Quería remediar mis errores, quería que ella confiara en mi y me contara de esos secretos que guardaba pero yo conocía.

Breaking the distance. //FREENBECKY//Where stories live. Discover now