Breaking the distance. //FREENBECKY//

Encrucijada

POV FREEN

No quería dormir pero fue inevitable, me arrepentí de hacerlo porque cuando desperté lo hice sola en la habitación de Rebecca, miré el reloj de mi celular y eran las ocho de la mañana. Hoy no teníamos llamado pero por los acontecimientos recientes debíamos estar en la agencia para la rueda de prensa, vaya manera de desperdiciar el día cuando bien podía haberlo pasado abrazando a Rebecca sin que nada más nos importara.

Me quedé un rato en la cama pero ella no volvió, me levanté y la busqué por todo el penthouse hasta llegar a la cocina en la que solo estaba Darla sentada en silencio con el cuerpo encorvado sobre la isla de mármol mirando una taza de café que tenía frente a ella.

—Darla—. Dije y ella brinco cómo hacía siempre—. Perdón—. Me disculpe —. ¿Has visto a Rebecca?—. Pregunté y ella me miró con el ceño fruncido pero relajó el rostro inmediatamente.

—Salió a correr—. Dijo irguiéndose —. ¿Qué quieres de desayunar?—. Preguntó.

—¿A correr?—. La miré arrugando la nariz—. Tenemos un gimnasio arriba—. Dije señalando el techo—. ¿Por qué saldría a correr?

—La hace sentirse libre—. Dijo Darla como si fuera la cosa más obvia del mundo—. Me dijo que te dijera que te ve en la agencia, iba a ir a ver a sus padres antes de la rueda de prensa.

Desayuné sin ganas porque mi cabeza no dejaba de dar vueltas en el por qué Rebecca había salido tan temprano a ver a sus padres, ¿ella se había arrepentido de haberme perdonado? ¿Huiría y nunca más la volvería a ver? Quizás solo era yo siendo dramática pero últimamente me sentía tan insegura.

Me bañé y me vestí sin mucha producción con una camisa azul de manga larga, pantalón de mezclilla y  zapatillas deportivas blancas porque Ashley había dicho que de esa manera parecía más accesible a los medios y al público en general. Además de que el azul transmitía serenidad, simpatía y armonía. Algo que definitivamente no había en mi interior.

Cuando Ritz pasó por mi miró por encima de mi hombro y por un segundo pensé que iba a perder la cabeza.

—¿Y Rebecca?—. Preguntó como si acabara de perder a un niño dentro de la una piscina de pelotas—. ¿Dónde está Rebecca?

—Tuvo un problema familiar pero ya hablé con ella y nos verá en la agencia —. Dije encogiéndome de hombros.

—¿Precisamente hoy?—. Preguntó Ashley bufando pero ignoré su monólogo y subí a la camioneta luchando con las emociones que crecían en mi interior.

Cuando nos acercamos en la camioneta polarizada a la agencia vi a varios reporteros parados afuera de la entrada del estacionamiento obstaculizando el acceso, los flashes golpeaban los cristales y los gritos de los reporteros retumbaba en mis oídos. Lo único que pude hacer fue hundirme en mi asiento.

—¿Leíste el guion?—. Ashley preguntó mientras esperábamos que la camioneta pudiera avanzar sin atropellar a nadie en el intento aunque quizás no era tan mala idea.

—Lo hice—. Dije cerrando los ojos tras las gafas negras de sol que llevaba—. Lo memoricé y es un asco.

—Solo apégate a el—. Dijo Ritz y rodé los ojos—. Nada de improvisar.

Fueron los 15 minutos más largos de mi vida, ¿los reportes ganaban tan bien como para plantarse delante delante de un auto sin miedo a morir? Ojalá que sí porque aunque los detestaba el hecho de estar 24/7 detrás de alguien solo para saber lo que come o lo que no debía ser frustrante.

Todo era un caos, la agencia parecía que estaba en zona de guerra preparando todo para la rueda de prensa.

—Bien, empezamos en 15 minutos—. Tania que había entrado en el camerino mientras veía su iPad habló mientras me maquillaban haciendo que la volteara a ver atreves del espejo, cuando nuestros ojos se encontraron la vi girar 360 grados para luego palidecer—. ¿En dónde está Becky?—. Preguntó y todo el ruido que minutos antes era un caos fue silenciado de golpe.