Breaking the distance. //FREENBECKY//

Oso pardo

POV BECKY

—¡Me duele!—. Freen gritaba mientras limpiaba la herida en su labio, quien se atrevió a tocarla me conocería muy pronto.

—¡Deja de moverte!—. Sujete con fuerza su mandíbula mientras mi otra mano ponía el algodón con alcohol y manchas rojas sobre la herida abierta—. ¿Quién fue?—. Pregunté por millonésima vez—. ¿Quién mierda te puso la mano encima?

—Me pegué contra el volante cuando frene de repente porque un oso pardo saltó a la vía—. Presioné con fuerza el algodón sobre la herida—. ¡Me duele! ¡Becky!

—Lo averiguaré—. Dije con firmeza—. Y cuando lo haga primero te mataré a ti y después a quien sea que haya sido.

—¿Podrías hacerlo más despacioooooo?—. Chilló cuando volví a presionar con fuerza—. ¡Déjalo! Le diré a Darla que lo haga.

—¡Deja de comportarte como una niña chillona!—. Deje el algodón encima de la comoda a lado de la botella de alcohol y del plato con mango, rodé los ojos—. ¿Qué clase de ejemplo le estás dando a nuestro hijo?

Freen bajo la cabeza y miró mi barriga, se inclinó y la besó suavemente.

—Cuando tengas edad para sacar tu licencia no olvides que siempre debes estar atento al camino por si un oso brinca a la vía—. Susurró con los labios muy cerca de mi barriga. Golpeé su cabeza con la palma de mi mano—. ¡Oye! ¿Qué clase de ejemplo le estás dando tú?

—Alza tu cabeza—. Dije ignorando sus tonterías—. Abre la boca.

—Eso no nedesario—. Las palabras de Freen eran apenas entendibles porque hablaba con la boca abierta.

—No te entiendo—. Dije mirando la herida en el interior de su boca—. Ve al baño y lávate, no olvides el  enjuague bucal en lo que voy por un poco de hielo para que lo mantengas en tu boca.

—Dije que no era necesario—. Dijo mirándome—. Pensé que presionarías el estúpido algodón dentro de mi boca.

—Ganas no me faltan—. Dije perdiéndome unos segundos en sus ojos miel—. ¿Puedes decirme quien lo hizo, por favor?

—Ya te lo dije—. Habló mientras se ponía de pie—. Un venado se me atravesó y tuve que frenar de emergencia y me pegué con mi propia mano porque hizo así—. Puso las manos frente a ella como si estuviera sosteniendo el volante y movió su mano contra su rostro.

—¿Pensé que había sido un oso pardo?—. Ella sonrió pero inmediatamente hizo una mueca de dolor—. A veces odio que seas tan boba.

—Sé que mi sentido del humor fue lo que hizo que te enamoraras de mi—. Sus brazos rodearon mi cintura.

—En eso te equivocas—. Dije subiendo mis manos por su pecho hasta su cuello—. Tus ojos fueron los que me hicieron enamorarme de ti. Cuando me hablaste por primera vez me quedé embobada por tus ojos, nadie en el mundo los tiene como tú, soñé muchas noches con ellos.

—¿Sabes que hizo que me enamorara de ti?—. Me preguntó y sonreí como mensa porque ella siempre me lo recordaba—. La primera vez que te vi sentí algo dentro de mi, algo que no había sentido antes, era como si algo me empujara hacia ti, cuando te escuché hablar fue el canto de los ángeles lo que escuché pero entonces lo que más me gustó de ti fueron tus labios, suaves y rosados—. Sus dedos recorrieron mis labios suavemente, los ojos miel de Freen brillaban mientras mi lengua lamía la punta de sus dedos—. Y cuando los probé por primera vez—. Mi respiración era pesada mientras sus dedos humectaban mis labios con mi propia saliva—. fue como probar el sabor del cielo. Tus besos me hicieron enamorarme de ti, nadie besa como tú, Rebecca. Joder—. Sus dedos fueron sustituidos por sus labios que se movían lentamente tomando los míos sin prisa, nuestros labios emitían un ligero sonido cada vez que se separaban milimétricamente—. Me excitas con solo un beso, Becky—. Pegó su frente a la mía mientras dejaba pequeños besos en mis labios—. Son tan suaves y deliciosos, amor. Quisiera morderlos y comerlos...