Sin nombre

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POV FREEN

El clima en Bangkok no era tan abrumador para finales de octubre,  las hojas secas de los árboles descansaban abatidas en todo el límite de la propiedad, aunque las levantaran diario al siguiente día había más. A mi esposa le gustaba esta época del año porque su actividad favorita era ir pisando las hojas secas.

Rebecca había entrado a la semana 30 del embarazo, tenía antojos pero para mi mala fortuna no eran del tipo raro que leías en libros o veías en películas, solía pedir helado con galletas saladas o atún con mayonesa pero salvo por esas excepciones sus antojos eran aburridos. Podía tenerlos durante el día o despertarse en la madrugada y eso era lo único. Yo había deseado tener que conducir en la madrugada sufriendo por encontrar un lugar donde vendieran donas o algo irrisorio que Rebecca quisiera comer pero eso no sucedió... quizás estar envuelta en filmaciones me había hecho esperar algo diferente, pero bueno la vida real siempre es muy distinta a la de más pantallas.

—¡Álzalo!—. El grito de Richie me sacó de mis pensamientos mientras observaba a Rebecca reír a lado de su madre, me giré para ver a Richie con las mejillas rojas mientras que con ayuda de Heng levantaban una pared de madera—. ¡Pon los tornillos!—. Billy que había venido a ayudar corrió y con un taladro atornillador fijo la última pared de lo que sería la casa de madera para mi hijo.

—Ya solo falta el techo—. Dije señalando las tejas de madera.

Richie dio un brinco desde la base de madera que soportaba la casa de madera y caminó hacia mi.

—¿Si sabes que cuando el bebé nazca no lo hará de 5 años verdad?—. Richie se limpiaba el sudor de la frente con el brazo, jadeaba y su cara estaba roja.

—Obviamente—. Dije poniendo mis manos sobre mi cintura mientras observada la estructura de 3 metros de madera de pino.

La casa estaba casi terminada, una escalera negra con soportes para mano permitían subir a la base que sostenía los cuatro muros en blanco con una ventana cada uno y la principal con una puerta de madera café, un barandal de madera rodeaban la casa, del lado derecho un columpio y del lado izquierdo otra puerta conectaba a otra base unida a una resbaladilla verde agua y una pared para escalar desde el piso a la base.

—Entonces—. Richie daba grandes bocanadas de aire—. ¿Por qué necesita una casita de madera?—. Preguntó señalando la casa de madera.

—Algún día querrá una—. Contesté frunciendo el ceño como si fuera lo más obvio del mundo.

—¿Y por qué no le pagaste a alguien para que la armara?—. Billy habló a lado de mí mientras se echaba una botella de agua en la cabeza.

—Porque quiero construirlo con mis propias manos así como lo hice con la cuna, si puedo lo haré yo misma, no es necesario contratar a alguien.

—Freen—. Heng puso un brazo sobre mis hombros—. Tú no has armado la casa—. El pecho de Heng subía y bajaba rápidamente y su brazo estaba pegajoso—. Rebecca nos ha puesto a nosotros a armarla.

—Yo solo venía a comer—. Billy movió su cabeza con fuerza y algunas gotas que espero solo fueran agua cayeron en mi rostro.

—Ya solo falta el techo—. Los cuatro nos giramos para ver a Rebecca para detrás de nosotros con una mano bajo su panza acompañada de Nam y un tipo de cabello negro y piel blanca.

—Les he traído un par de manos más—. Nam puso una mano sobre el hombro del pelinegro que la miró con el ceño fruncido—. Es mi novio Nitikorn y les ayudará a poner el techo ¿verdad?

—Si, seguro—. Contestó el pelinegro viendo la casita de madera.

—Será mejor que no tarden, el asado está casi listo—. Rebecca me sonrió y mi corazón se apretó haciéndome sonreír bobamente—. Está quedando muy bien, amor.

Breaking the distance. //FREENBECKY//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora