Para quien quiera abrir los ojos

Capítulo 37 "¿Y vos? ¿Cuál es tu excusa?"

 En medio del despejado cielo azul, brilla con intensidad el sol, haciendo de esa una tarde espectacular. La temperatura apenas asciende de los 20 grados —debido a la época del año, todavía faltan algunas semanas para la primavera—, pero bajo el rayo intenso el sol, y vistiendo un suéter, Sara está acalorándose en lo que espera a sus amigas. A pesar de que ya hay bastante gente que ha tomado un lugar en el pasto, en teoría no le costaría encontrarlas, habiendo definido con exactitud su punto de encuentro; pero parece que todas están retrasadas, porque ella es la única que ha estado ahí parada sola los últimos diez minutos. Y quizás, hubiera preferido aguantar unos minutos más de abandono, piensa cuando el rostro conocido que se le acerca no es uno que desearía ver. 

—¿Vos tampoco leíste el mensaje, no? —Azul le dice.

 Al preguntar "¿Qué mensaje?" su duda está más que respondida. Ella, entonces, le muestra en la pantalla de su celular la conversación del grupo "Amigas lindas♥". Él último mensaje escrito es de Oriana, enviado hace sólo cinco minutos, que dice: "Vayamos al buenpa mejor!!", seguido por dos pulgares hacia arriba que, obviamente no son ni el de Azul, ni el de Sara.

—¿Querés que vayamos para allá? No estamos tan lejos.

 No están tan cerca, tampoco, lo que la deja pensando. Pero no tiene muchas alternativas, si llamara a Jorge para que la lleve, sería bastante maleducado no invitarla, y elegir un camino diferente al que Azul sugiere tomar con el único motivo de no caminar a su lado sería tan infantil como caprichoso, incluso para ella, que nunca le ha importado ser tildada de una cosa, ni de la otra.

 Entonces, asiente con un movimiento de cabeza, mientras se cuelga su cartera al hombro, y se limita a seguirla sin hacer comentarios. Ambas circulan a la par, pero en absoluto silencio; cree ver por el rabillo de su ojo que Azul está intentando decir algo, pero podría ser sólo una impresión suya al verla abrir y cerrar la boca. Han pasado dos calles, cuando ella decide romper el hielo que Sara hubiera preferido que siga congelándose. 

—Hace mucho que no estamos solas.

 Ella suelta un bufido, que se oye en tono burlesco.

—¿Por qué será?

 No es una pregunta, Azul no la interpreta como tal, pero aun así aprovecha la oportunidad para hacer otra, esta vez no retórica. 

—¿Por qué? ¿Qué crees vos que pasó?

—¿Qué creo yo? —cuestiona, resultándole insólito que ella piense que es una cuestión subjetiva, cuando entre ellas no han sucedido más que hechos puntuales que, en su caso, la han hecho tomar distancia—. ¿Nunca te lo preguntaste a vos misma? Yo creo que ya sabés la respuesta.

—Siempre me lo pregunto y todavía no lo sé —murmura—. ¿Por qué no fuiste a mi festival de patín? Sabías que era importante, me iban a dar la medalla del torneo nacional, te venía hablando de eso desde hace meses. ¿Lo hiciste a propósito? 

 Ella la mira, no puede creer que van a tener esa discusión, la que se deben desde hace meses, en el medio de la calle. Pero la tendrán, claro que la tendrán, porque no soporta que Azul la señale como si fuese su culpa, como si fuese ella la que rompió la amistad primero.

—Creí que te daba lo mismo si estaba o no la mina a la que sólo le importa ella y la pija en la que está sentada.

 Lo dice, lo suelta, escupe en su cara el comentario que tiene atravesado en la garganta desde que lo escuchó por primera vez. "Pero, ¿lo dijo como en broma?" había preguntado cuando se lo contaron, porque no podía creerlo, no podía entender que su mejor amiga hablara así de ella. "No creo S, a mí me pareció que hasta te tenía bronca. Se escuchó bastante feo".