PRÓLOGO

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Salgo del Ring limpiando el sudor y las gotas de sangre salpicadas en todo mi cuerpo, bajo las escaleras y me quito los guantes de boxeo lanzándolos al suelo, camino con una gran sonrisa en mi rostro, y aunque mi cuerpo está un poco adolorido, me siento feliz.

Avanzo por el pasillo hasta mi camerino, entro deshaciéndome de la ropa sudada y con manchas rojizas para meterme en la ducha, el agua relaja mis músculos y me lavo el cabello y todo mi cuerpo con abundante jabón.

Salgo con una toalla envolviendome y me sobresalto al ver una figura sentada frente al espejo, de piernas cruzadas mirándome con una gran sonrisa en su rostro.

Dejame decirte, que pensé que no saldrías con vida de ese ring —se nota la felicidad en sus palabras estuviste asombrosa Less.

Gracias April, estoy tan feliz que podría vomitar arcoiris —le digo quiero celebrar ésta noche, vamos a un bar y emborrachemonos como nunca.

¡Así se habla! —grita levantándose de la silla de un salto Iremos a ese bar que tanto te gusta ¡hoy estamos de fiesta!

Me abraza fuertemente y correspondo su abrazo, pasan unos segundos en los que no deja de abrazarme, y luego se separa con una sonrisa genuina en su rostro.

Admito que no me gusta tanta violencia, pero cuando esa chica golpeó tu mejilla, juro que quise entrar al ring y matarla —rio por el comentario— pero tu la dejaste peor, solo tienes el labio roto y un moretón en tu ojo, ella casi se queda sin brazo.

Nadie se mete conmigo —digo orgullosa— y éste solo es el comienzo, después de ésta noche mi vida cambiara completamente April ¡Por fin llegue a donde quería!

—Y eso me da una satisfacción inmensa, Less —responde— ya era hora de que tuvieras tu recompensa por tanto sufrimiento.

Asiento y me volteo para vestirme con una falda de vuelos negra, un body blanco de escote y unos deportivos, al terminar de vestirme recojo mis cosas y continuo hablando con la persona que más amo en éste mundo, me maquillo y salimos juntas al estacionamiento.

April me informa que por miedo a que destruyeran su coche una segunda vez, ya que en una ocasión unos borrachos rayaron su pintura y golpearon la parte trasera, decidió estacionarlo a una cuadra.

¿Quieres acompañarme a buscarlo? —me pregunta.

Estoy algo cansada —le respondo ve, yo te espero aquí, no te preocupes.

April se da la vuelta y sale del estacionamiento, me recuesto en la pared fría descansando mi espalda, y relajando mi cuerpo, la pelea fue dura y difícil, pienso en que por poco esa chica me gana, y me enorgullece saber que fui yo la que se llevó la victoria.

De pronto siento unos pasos fuertes, son muchos y abro mis ojos en busca de algo, veo como un grupo de hombres se acercan a donde estoy. Los miro desconcertada hasta que están todos frente mi. De pronto siento miedo de estos hombres enormes y corpulentos que tienen en sus manos tubos y palos de madera y metal.

Me separó de la pared buscando alguna escapatoria, la brisa fría me recorre todo el cuerpo enviando escalofríos. Los miro pero están con capuchas negras.

Así que tú eres la campeona del torneo —la voz de un hombre llega a mis oídos, es áspera y gruesa— eres una buena boxeadora.

¿Qué quieren? —pregunto con desprecio encarandolos sin miedo.

Y también valiente, pero no muy lista —dice el hombre, y siento como halan mi cabello obligándome a echar mi cabeza hacia atrás solo queremos arreglar algunas cuentas pendientes.

Yo no le debo nada a nadie —mis ojos están en el hombre que habla a pesar de tener la cabeza hacia atrássueltame —le pido al que me agarra del cabello.

Los hombres ríen a carcajadas y me observan, puedo ver sus ojos divertidos y ya comienzo a sentir terror.

Creo que no has entendido —ésta vez la voz es diferente— venimos a arreglar unas cuentas, y en eso estás tu bombon.

De una maniobra suelto las manos del chico que me halaba del cabello, golpeo con mi rodilla su entrepierna he intento escapar corriendo. De nuevo me halan del cabello y forcejeo, pataleo y lanzo puños a todos, consiguiendo hacer a algunos sangrar, pero pronto me toman de las piernas y me lanzan al suelo, intentando levantarme.

Un golpe fuerte en mi abdomen me hace gritar, otro golpe llega a mi espalda, otro, y otro, y otro. Pierdo la cuenta cuando comienzo a toser llenando de sangre el suelo, vuelven a tomarme del cabello levantándome con fuerza, obligando a que me arrodille, sin fuerzas y con poca movilidad consigo levantar la cabeza.

Ruegame —dice uno de los hombres— ruegame que te deje ir, dime que eres una inservible que siendo boxeadora profesional, no fue capaz de defenderse.

No seas tan imbécil, no creas que te rogaré jamás en la vida —lo miro grabandome sus ojos cafes matame, has lo que te plasca, pero jamás en la vida le rogaré a un maldito bastardo.

Hace una seña con su cabeza y siento un dolor agudo en mi cráneo.

Ruegame —vuelve a decir.

No—respondo firme, y otro golpe llega a mis costillas.

Ruegame —repite.

No —mi voz es ahogada por el golpe y pronto otro golpe llega con más fuerza a mi estomago.

Implora para que deje de hacerte daño —dice cruzando sus brazos.

Matame, porque jamás te rogaré.

La ira lo toma, y se que éste es el fin de mi vida, toma mi barbilla con fuerza, echando mi cabeza hacia atrás, nos miramos fijamente y lo reto, el me suelta y se levanta.

Jamás volverás a boxear en tu vida, nena —sin darme tiempo a asimilar sus palabras, toman mi brazo derecho, siento un dolor agudo y libero un grito ahogado.

Miro y dos hombres me toman del brazo con fuerza, mientras los demás me mantienen plantada en el suelo de rodillas sin dejarme mover. Cada vez el dolor es más fuerte, mi brazo cruje al romperse mis huesos. Grito de dolor retorciendome mientras muevo mi brazo para intentar soltarme.

Me sueltan pero no puedo moverme, el dolor es inmenso, cuando creo que no puede ser peor uno de los hombres entierra un tubo en mi antebrazo, sin traspasar la piel pero provocando y dolor indescriptible.

Más golpes llegan, pero ésta vez con tubos y palos. De pronto cesan y los hombres se van como si nada, permanezco inmóvil en el piso, llorando he intentando levantarme, pero sintiendo mucho dolor en mis cotillas.

Escucho un grito agudo, y pasos acercándose rápidamente, veo a April con su teléfono llamando a emergencias y pidiendo una ambulancia, se arrodilla a mi lado y duda si tocarme o no.

Vas a estar bien Less, te lo prometo —y es lo ultimo que escuchó antes de caer en un profundo sueño.

RESERVADA~TMD: 1Where stories live. Discover now