Celeste es una chica que desde los 15 años tuvo que aprender a defenderse sola, ella ha tenido una vida dura, es hermosa, inteligente y fuerte, vive sola y tiene una mejor amiga que ha estado en todo con ella, ayudándola y apoyándola. Su nombre repr...
—Es mentira lo que dicen, todos los hombres no son iguales. Hay algunos mas idiotas que otros. Ejemplo, Stephane, definitivamente el supera la tasa de los mas pendejos de la historia —digo con rabia.
—Less, calma.
—¡¿Como quieres que me calme?! —digo agarrando mi telefono y sacudiendolo— ¡Desde que me fui de ese estacionamiento, el teléfono no ha parado de sonar, no se cuantas llamas o mensajes tenga, pero no pienso contestar ninguno!
Mi teléfono detiene su repique, y queda en silencio.
—Y luego dices que salir es bueno, y desde que termine mi invernación, he terminado con la cara herida dos veces, insultando a tres chicos, torciendo la mano de una mujer, y a punto de ser violada, April, tenías razón, que bien me hace salir.
—Vas a terminar sufriendo un infarto —me regaña.
—Que se joda Stephane y con el todos los hombres —continuo— mas que todo los mas idiotas. Que se olvide de mi, la próxima vez que lo vea terminare esta farsa, no pienso aguantarme mas sus peleas sin razón, ni sus celos enfermizos.
—No lamento decirlo, pero, te lo dije.
—No se que maldito problema tiene, pero que se busque a otra que se lo aguante, quizás a la organizadora de eventos, esa que es de plástico y silicona, porque yo no pienso aguantarmelo nunca mas.
Me cayó, y veo a April, sentada en su sillón, mirándome con una expresión divertida, y es cuando me doy cuenta, que desde que llegue he estado caminando de un lado a otro, el teléfono vuelve a sonar en mi mano, y lo lanzo al piso.
Tomo una bocanada de aire, y me siento a su lado, ella esta de piernas cruzadas, con una pijama puesta y su cabello enmarañado.
—¿Ya se te pasaron los cinco minutos de histeria? —pregunta y si las miradas mataran, April ya estuviera a tres metros bajo tierra.
—Dejare de gritar, si es lo que te preocupa.
—Bien, quisiera una explicación.
—¿De que? —pregunto cansada.
—¿Como que de que? —se levanta— llegas a mi casa, casi a las once de la noche, con la cara llena de heridas, y gritando he insultando a Stephane, mientras no dejas de caminar se un lado a otro. No se que es lo que podrías explicarme —culmina con sarcasmo.
—Fui a la pelea de Stephane, planeaba terminarle esta noche, llegue al estacionamiento esperándolo, sin querer raye la pintura de un auto, los dueños me quisieron golpear, llegaron Caín y Abel a ayudarme, me los quitaron de encima, llego Stephane y entre Caín y el discutieron, y mande a la mierda a Stephane por tratarme como su propiedad —culmino y ella ladea su cabeza frunciendo en ceño.
