CAPÍTULO 58

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Mi venganza

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Mi venganza

Tomo otro trago, mientras miro a un punto fijo en la pared, y juego con la pistola en mis manos. No debo tomar, pero igual quiero hacerlo, me jodieron la noche, y es lo que más me enfurece.

Escucho los pasos, gritos, instrucciones, movimientos de aquí para haya, mientras dos pelinegros y un castaño dan ordenes, a los hombres que trabajan para nosotros. Y es que no puedo, no me puedo concentrar, porque recuerdo una y otra vez, la expresión de decepción de Caín, no lo soporto.

Su mirada fue, de impotencia, de rabia, me gritó que yo era lo peor de éste mundo, y no lo puedo desmentir del todo, pero me duele, y me quema, que el piense que lo estoy traicionando, porque no es así, porque si de mi dependiera, jamás lo hubiera dejado solo, me gustaría pasar toda la noche con el, pero como siempre, hay algo que me jode.

—¡Necesito que ya salgas de ese maldito trance, y colabores un poco! —me grita Drake, y tomo otro trago de mi vaso.

—Dejame pensar un rato, ¿si? Estoy muy estresada, y creo que ya ayudé bastante —respondo.

—¿Crees que ayudaste bastante? Se supone que tú, eres la que debes encargarte de todo —reprocha.

—Por algo te ganas una fortuna, y todos aquí también viven de esto —digo en voz alta, levantándome de la silla— así que por una vez en sus malditas vidas, resuelvan algo sin yo tener que intervenir en todo, tienen cabeza, usenla.

—Drake, necesitamos sacar las reservas —dice Albert, y ambos me miran a mi, esperando mi aprobación.

Tomo otro trago, y dejo la botella en la mesa, recogiendo mi cabello, y quedando con la pistola en mis manos.

—Vamos, resolvamos éste puto asunto de una buena vez, para que yo pueda largarme de aquí —digo, y camino, saliendo de la habitación con Drake y Albert detrás de mi.

Caminamos por los sembradíos, hasta llegar al almacén, que consiste en una pequeña puerta en el suelo, escondida por tierra, que al ser levantada, puedes entrar al laboratorio de producción. Bajamos y miro a todos lados, viendo la gran cantidad de droga que hay, normalmente siempre tenemos suministros listos, para cualquier entrega.

Llego al fondo, empujando las carretas donde está la heroína. Y buscando en el fondo las de LSD. La empujo hacia afuera, con tanta fuerza que choca con Drake, y éste maldice cuando la rueda pasa sobre su pié.

—Denle a los árabes 100 kilos de esto, eso reemplazará toda la heroína perdida, y listo —indico a Drake.

—Espera... Debemos sacar unas cuentas y...

—Que les entreguen esto dije —interrumpo a Drake— y me das todas las cuentas, hoy mismo me pongo al día, y ordeno todo, porque ustedes ni siquiera eso, saben hacer.

Paso por en medio de ambos pelinegros, acercándome a la escalera. Me volteo y miro a los hombres detras de mi.

—Voy a caminar un rato, y no quiero que me sigan o me busquen, cuando me de la gana regreso a la casa —miro a Drake— y el que me moleste se muere.

RESERVADA~TMD: 1Where stories live. Discover now