CAPÍTULO 42

271 38 47
                                    

Secuestro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Secuestro

Salgo del estacionamiento con una barra de chocolate en mi mano, mientras con la otra reviso las redes sociales. Desde que llegue al apartamento la noche anterior, me dormí en el sofá, y no fue hasta esta mañana, que volví a abrir los ojos.

Levanto la vista mirando a los demás estudiantes que caminan, todo parece normal, hasta que veo a Caín besando a Samantha, mientras la tiene recostada en una pared, y pasea las manos por sus caderas. Trago saliva y aprieto el teléfono.

Respiro hondo, y pulo una sonrisa perfecta, camino hacia ellos, y cuando estoy cerca hablo

—Buenos días —saludo con sarcasmo.

—¡Buenos días Less! —saluda Samantha separándose de los labios de Caín, el cual me mira serio, sin ninguna expresión aparente.

—¿Tú de casualidad fumaste droga dañada? —le pregunto, y ella frunce el ceño confundida— ¿Quién carajos te dijo que podías llamarme por mi apodo?

—Lo siento... Es que... Escuche a April decirte así y pensé...

—¿Qué también podías llamarme así? —la interrumpo— no te confundas imbécil, estoy muy por encima de ti, así que ni me dirijas la palabra.

—Lo-lo siento —tartamudea bajando la cabeza.

—No te molestes en disculparte —respondo y miro de píes a cabeza a Caín— eso no me hace falta, ahora, si me disculpan, me largo a verme con alguien más... Importante.

Enfatizo la ultima palabra, para que le quede bien claro, y me doy la vuelta mordiendo mi barra de chocolate, la rabia me está matando lentamente, pero no le voy a dar el gusto de humillarme por esa maldita zorra, con Eirene era diferente, porque ella se metió con las chicas.

Entro a la cafetería, sentándome frente al pelirrojo que me espera, con un pastel de chocolate entre sus manos, y una gran sonrisa.

—Buenos días Bastian —saludo.

—Buenos días linda —responde ensanchando su sonrisa— te guardé tu pastel favorito.

—Muchas gracias —le sonrío de vuelta, consciente de que tengo una mirada azulada sobre mi.

—¿Cómo estás? —me pregunta.

—Muy bien, lo de la semana pasada solo fue un susto, no te preocupes.

—No puedes dejar de comer Celeste —de pronto se pone serio— eres muy importante para mi, no quiero que te pase nada.

Desliza su mano sobre la mesa, hasta llegar a la mía y colocarla encima de ésta, dando un leve apretón y dándome a entender el mensaje.

—No quise preocupar a nadie, sólo estaba tan ocupada que se me pasó.

—¡Hey, hey, hey, apareció el desaparecido! —exclama una rubia detrás de Bastian— ¿Qué lo trae por aquí, a saludar viejas amistades?

RESERVADA~TMD: 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora