Celeste es una chica que desde los 15 años tuvo que aprender a defenderse sola, ella ha tenido una vida dura, es hermosa, inteligente y fuerte, vive sola y tiene una mejor amiga que ha estado en todo con ella, ayudándola y apoyándola. Su nombre repr...
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Traición
—Largate —ordeno, soltando su brazo.
—Te lo voy a explicar —me dice, yéndose detrás del maldito pelinegro.
Los veo alejarse, hasta que desaparecen por la puerta, y todo el mundo me mira. Y sé porqué, soy el asme reir, el idiota, ¡el maldito estúpido que la trajo aquí, para pasar tiempo con ella, y se largó detrás de otro!
La ira no me deja respirar, siento como mi cuerpo tiembla, mi sangre hierve. Y me doy la vuelta, golpeando la pared con todas mis fuerzas, incapaz de contener la rabia que se apodera de mi cuerpo, esto es más fuerte que yo. El aire no llega a mis pulmones, no se ni siquiera porqué hice eso, sabiendo que ella es una maldita manipuladora.
Me acabo de ganar el oscar, el Gramy al hombre más estúpido y cabrón que existe en esyte planeta, ¿en serio en algún momento pensé que ella me escogería por encima de el? Que iluso y malditamente estúpido fui. La música vuelve a sonar, pero ya no sirvo, si quiera para mirar a las demás parejas que bailan.
Sólo hay dos formas de desahogarme; tomando alcohol hasta que pierda la conciencia, y caiga en un coma etílico. O yendo a matar ésta rabia con golpes, peleas. Y no, no voy a beber, porque quiero recordarme a mi mismo, el papel de payaso que acabo de hacer.
Salgo empujando a todo el que se me atraviesa, llegando a la barra y tomandome un largo trago de lo primero que encuentro. Salgo del establecimiento, llegando a mi auto. Me subo y pongo la velocidad al máximo, el motor ruge y las llantas rechinan en el asfalto.
Llego a la mansión, entrando al estacionamiento y tomando una de las motocicletas, subiendome he ignorando a todos los trabajadores. Me coloco el casco azúl, y vuelvo a salir, con la velocidad al máximo, y el viento azotando todo mi cuerpo.
Conduzco por las calles, ignorando señales en rojo, y cualquier cosa que pueda entorpecer mi paso. Llegando al lugar, donde están las fabricas abandonadas, lugar que conozco muy bien, porque anteriormente, era mi hogar. No puedo contener todos los sentimientos que tengo ahora mismo, sólo quiero eliminarlos de mi, pero es difícil, al recordar sus ojos avellana mirándome, implorando que la entienda, y yéndose con ese desgraciado.
Camino respirando con fuerza, mientras me acerco a la puerta de entrada, donde me recibe uno de mis viejos amigos.
—Mucho tiempo sin vernos —saluda.
—Vengo para recordar viejos tiempos —le respondo, y el asiente.
—Estás de suerte, hoy tenemos a muchos candidatos —responde, y me abre paso, dejándome entrar al lugar.
Dentro huele a cigarrillos, marihuana, cerveza y otros olores desagradables. Avanzo, sabiendo el camino de memoria, mientras bajo las escaleras de dos en dos, escuchando gritos por todos lados. La gente alentando una pelea.
