Celeste es una chica que desde los 15 años tuvo que aprender a defenderse sola, ella ha tenido una vida dura, es hermosa, inteligente y fuerte, vive sola y tiene una mejor amiga que ha estado en todo con ella, ayudándola y apoyándola. Su nombre repr...
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Una llamada
—Less, te presento a mi novio —dice Atria— Nicholas.
De pronto siento que estoy sudando frío, su piel palidece y no se cual de los dos, está más conmocionado con la situación. Pero no aquí, no ahora, tengo que disimular como solo yo se hacerlo. Sonrío y estiro mi mano levantándome de la silla.
—Hola Nicholas, mucho gusto, me llamo Celeste —digo, y el estrecha mi mano dudando— me han hablado mucho de ti.
—El gusto es mío —responde sonriendo, pero no sabe disimular tanto como yo.
Ariana y April también se levantan para saludarlo, y aunque actúa muy amable y servicial con ellas, no le quito los ojos de encima. No puedo entender como es que está con Atria, ¿donde lo conoció? ¿Que quiere el con ella? Preguntas que me encargaré de que el responda.
—Bien, ya podemos ordenar la comida —le digo a la pelirroja, y ella llama al mesero.
—Less come demasiado, tiene un gran apetito —le informa Ariana al rubio.
—Vaya que lo tiene —confirma April— nunca se sabe lo que es capaz de comer.
—En realidad, nunca se sabe de lo que soy capaz —digo mirándolo a los ojos, y noto molestia en ellos.
—Asi que... ¿Celeste no? —pregunta.
—Si, ese es mi nombre —digo— con que... ¿Comandante de la policía?
—Si, uno de los más importantes del país —me responde.
—¿Cómo es lidiar con la mafia? —pregunto muy interesada— ya sabes, con los traficantes de drogas, los carteles y esas cosas.
—Es un poco pesado, nunca sabes con que te vas a encontrar, hay personas que de verdad son inhumanas —uno de los meseros sirve vino, y el y yo tomamos de nuestras copas, sin dejar de mirarnos— en toda mi carrera me he encontrado con cosas espantosas.
—Cosas como...
—Trata de personas, lavado de dinero, asesinatos a sangre fría —enumera— ahora mismo, estamos investigando un cartel bastante poderoso aquí en New York.
—¿No te da miedo arriesgar tu vida en esa clase de investigaciones? —para este momento, el sabe que me le estoy burlando en la cara, lo cual no le gusta absolutamente nada.
—Es para lo que me dedico, mi pasión es hacer justicia —aunque lo dice con seriedad, se que hay burla en sus palabras.
Ordenamos comidas, charlamos y cada que puedo lo provoco, el no quita sus ojos de mi, analiza cada uno de mis movimientos, igual que yo hago lo mismo. Es un punto menos para mi, porque ahora el sabe mi nombre. Pero son muchos puntos menos para el, porque ahora se su nombre, apellido y a que se dedica, que es a "atrapar a los malos".
