CAPÍTULO 39

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La barbie no me va a afectar

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La barbie no me va a afectar

Mantengo mis ojos cerrados, sin querer abrirlos por temor de qué al hacer tal acción, el dolor de cabeza qué tengo aumente. Mi brazo reposa debajo de mi cabeza incomodo, y lo muevo pero siento que toco algo, algo qué parece ser... ¿Cabello?.

Abro los ojos y volteo mi cabeza a mi lado izquierdo, y sí, es un largo cabello castaño lo que mi mano acaba de tocar. La Barbie está estirada con su brazo sobre mi pecho, una pierna sobre las mías, mientras su mano cuelga del otro lado de la cama al igual qué su otro pie.

Duerme profundamente, de entre sus labios sale un leve ronquido, y parte de su cabello está esparcido por su rostro, me aguantó la risa sintiendo un pinchazo en mi cabeza, como sí me enterraran una aguja. Cierro los ojos y dejo que el dolor se pase, y aprovecho para mirar a mi al rededor.

La habitación tiene un tono azul, mezclado con morado y negro, y es como sí entraras a otra dimensión, tomando en cuenta qué el resto del apartamento sólo tiene colores claros, observo qué tiene varias cosas pegadas a las paredes, y me levanto con cuidado de no despertarla. Recojo mi ropa de suelo comenzando a vestirme.

Me acerco a la pared más cercana, hay postes de boxeadores famosos, deportistas, uno que otro cartel sobre linkin Park y evanescence, me acerco al tocador y solo hay maquillaje, joyas y otras cosas femeninas. Decido salir de la habitación sin qué ella se de cuenta, para que no sepa que estuve husmeando entre sus cosas y luego arme una pelea.

Trato de acordarme de la noche anterior, sintiendo como sí alguien golpeara mi cabeza con un martillo cada 30 segundos, es obvio que nos acostamos, pero la pregunta es, ¿donde están los demás? Camino por el pasillo del apartamento, llegando a la sala y encontrando unas botellas en el suelo, algunas aun tenían licor, y éste se ha esparcido por la alfombra.

Hay cartas regadas por el suelo, cascaras de limón, bolsas de golosinas y todas las luces están encendidas. Miro la hora y son las nueve de la mañana, camino de regreso y entro a la primera habitación de huéspedes, la abro y dentro están las chicas, duermen una al lado de la otra, cubiertas por una cobija. Duermen con delicadeza, a diferencia de la barbie en la otra habitación.

Cierro y entro a la siguiente, donde verdaderamente apesta a alcohol. Abel duerme con la mitad de su cuerpo en la cama, y la otra en el piso, Adrién está a su lado roncando con la boca abierta, Sirio está en un colchón en el suelo, es el que parece más normal mientras tiene sus piernas sobre el torso de Hugo, que duerme profundamente.

Esto es un desastre.

Pienso rápido y me voy a la cocina, busco dos jarras de agua fría en el refrigerador, y me devuelvo a la habitación. Pongo una de las jarras sobre la mesita de noche, y sin esperar nada les lanzo el agua encima a Abel y Adrién, los cuales se levantan casi de inmediato, hago lo mismo con Sirio y Hugo, y ellos se ponen de pié, mirándose a si mismos.

RESERVADA~TMD: 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora