CAPÍTULO 49

277 39 83
                                    

Mi punto de vista

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

Mi punto de vista

Despierto en una cama de hospital, con varias enfermeras a mi al rededor monitoreando mis signos vitales, miro mi brazo donde están suministrando un medicamento, y al voltear para ver la ventana, es de noche.

—¿Cómo se siente? —me pregunta una mujer de cabellos canosos.

—Bien, aunque me duele el pecho y el rostro —respondo con tranquilidad.

—Ahora mismo le estamos administrando un medicamento para el dolor, no tiene nada grave, sólo contusiones, golpes y moretones —me informa, y me doy cuenta de que es la doctora.

—¿Donde está mi amiga? —pregunto sentándome en la cama de golpe, y aguantando el dolor— ¿cómo está ella?

—¿La chica de cabello castaño que llegó con usted? —asiento— ella tiene una herida de bala en el brazo izquierdo, ahora mismo está en el quirófano.

Trago saliva, de pronto recuerdo a Celeste sentada en el asiento de una camioneta, la sangre en su brazo, y un hombre al otro lado. Respiro hondo y miro a la doctora.

—¿Está grave? —le pregunto.

—No lo sé, ella está siendo atendida por otro médico, sólo puedo decir que ha perdido mucha sangre, y llegó inconsciente —al escuchar su respuesta, siento como algo se atora en mi pecho, quitándome el aire y me recuesto en la cama cerrando los ojos.

Suspiro y siento como las lágrimas comienzan a salir de mis ojos, rodando por mis mejillas mientras trato de que mis sollozos no se hagan muy fuertes. Abro los ojos volviendo a sentarme en la cama, y notando que la doctora en ningún momento me ha dejado de mirar.

—¿Us-usted me puede decir... Cuando tenga alguna noticia de ella? —pregunto sin que las lágrimas dejen de rodar por mis mejillas.

—Por su puesto, pero ahora debe estar tranquila, descanse que mañana en la mañana podrá irse a su casa —dice la mujer, y yo asiento volviendo a cerrar mis ojos.

Escucho la puerta cerrarse, y no puedo aguantar más, me recuesto llorando como una bebe, como una niña pequeña sin consuelo. Esto pasó sólo porque ella me fue a buscar, porque me estaba salvando, porque soy una maldita inútil que no puede defenderse a si misma.

Con cada sollozo mi pecho duele, pero no me importa, las lágrimas saladas hacen que las heridas en mi rostro ardan, pero ahora mismo sólo quiero llorar y desahogarme, quiero estar en lo alto de un edificio para poder saltar y dejar de ser una maldita molestia y estorbo para todos los que me rodean.

No la pude proteger hace diez años, ni tampoco hace cinco, y mucho menos pude hacer algo luego de esa tragedia de hace un año. A pesar de que Celeste ha sido la persona que más a sufrido en éste mundo, es ella quien siempre salva el día, quien siempre me cuida.

RESERVADA~TMD: 1Où les histoires vivent. Découvrez maintenant