Capitulo 81

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Tobías inmerso en un sueño casi utópico, perdido entre recuerdos encontrados y sensaciones que jamás serían descriptas, se encontraba sentado en la rama más alta de un árbol mientras trataba de tomar alguna de las frutas más lejanas al ser las más bonitas y de un agradable color rojizo. Se trataba de un mango gigantesco que colgaba balanceándose por el viento de manera tierna, que ya en la conciencia de sus propios pensamientos, estando plenamente despierto, era capaz de darse cuenta de que jamás le había gustado. Pero en ese sueño parecía ser el mayor de sus deseos, lejos, casi inalcanzable y el deseando tomarla. Aquella vacilación tranquila duró un par de minutos que le parecieron eternos mientras intentaba mantenerse equilibrado sobre la rama de ese hermoso árbol, de izquierda a derecha como si se tratase de un tierno arrullar. El sol le picaba la piel, el viento le peinaba el cabello y acariciando su deseo con la punta de sus dedos simplemente aguantó la respiración cuando terminó por resbalarse. Despertó con un sobresalto que le hizo temblar como si hubiera sido sacudido por un terremoto, abriendo los ojos con la respiración retenida dentro de sus pulmones. Hoodie le estaba abrazando con ternura riendo suavemente por su reacción apresurada mientras sus ojos se deslizaban de izquierda a derecha intentando entender dónde estaba. Sacó el aire lentamente antes de llevarse una mano a la cara para intentar normalizar su respiración sintiendo un beso escurridizo en su mejilla derecha, junto a una pequeña mordidita que le hizo ronronear como un gato.

-¿Te asustaste?- le preguntó con sorna haciendo un camino de besitos por la parte trasera de su oreja para llegar a su barbilla, donde simplemente olisqueó un poco la zona con lo dulce del jabón presente aún en esa piel de luna- no parabas de girar de un lado al otro como un pequeño trompo- continuó riendo debido al susto que se había dado en un primer momento, pero que había resultado divertido de observar durante un rato- ¿Tuviste una pesadilla?- le preguntó amorosamente, besando un poco más aquella magra zona del cuello demostrándole de esa manera lo mucho que le gustaba-¿uh?- insistió haciéndole reír mientras el chico intentaba poner en palabras su sueño.

-No tengo idea- le explicó con la voz ligeramente ronca por estar aun despertando, al tanto Hoodie le colocaba una mano en el muslo para levantar las piernas del chico hasta su pecho, acurrucándose en cucharita firmemente. Con el corazón del rubio latiendo en su espalda, se sintió completamente respaldado, sintiendo una caricia dulce descender por su pierna derecha- fue una estupidez, ni siquiera estoy seguro de haber tenido miedo- se rio con la mirada clavada en la puerta entreabierta- ¿ya se levantaron?

-¿Bromeas? Me quedaré contigo hasta que te despiertes- pareció divertido un instante antes de que Tobías le mirara firmemente- bueno ya, obviamente no me levante- le aseguró- me da mucho miedo salir- los dos asintieron con la cabeza varias veces sonriendo cómplices ante tal afirmación- ¿alguien más se despertó?- negó con la cabeza a lo que simplemente se quedaron en silencio con la mirada clavada en la puerta, sin ganas de nada pero ya completamente despiertos. Nina y Jane seguían durmiendo a diferencia de ellos dos, se veían ojerosas como si no hubieran tenido una buena noche de descanso como el resto, pero parecían dispuestas a recuperarlas en esas horas de la mañana. Tratarían de no hacer ruido, pobrecitas, se veían completamente vulnerables ahora que las sombras se habían disipados, dejando como la sobra ebria del mar en la costa, destruidas por todo el trabajo realizado anteriormente, dos sirenas cansadas que sobre la arena deseaban ser arrastradas nuevamente al mar para fundirse inocuamente en la espuma desapareciendo para siempre. En paz, la misma que parecían incapaz de llegar a esos jóvenes que ya cansados la veían desaparecer como si no les importase, pero deseándolo con todo su corazón, con desesperación. Mientras ambos miraban el infinito, pudieron observar como el ruido de las uñas sobre la madera los obligaba a despertar por completo sus sentidos adormilados, haciendo que la mente chispeara encendiendo sus motores, lista para poner a trabajar su astucia, como un zorro despertando por el fuego que hería su madriguera. Seguramente su mente le estaba jugando una mala pasada puesto a que nunca se hubiera imaginado lo siguiente que vieron sus ojitos confundidos, obligándole a parpadear para sacarse las dudas. Se quedó helado al ver el morro sanguinolento del animal en la puerta, que parecía confundido con esos hermosos ojos brillantes que le comunicaban una advertencia evidente ¿de dónde era que parecía tan fuera de lugar? Hoodie parecía más asustado que él, de alguna manera la curiosidad había ceñido cada musculo de Tobías mientras este se apresuraba a estirar la mano desde su lugar y chasquear los dedos, como hubiera hecho con cualquier cachorrito. El rubio ni se inmutó cuando el animal sacudió la cabeza haciendo sonar su placa en un collar de metal que se ajustaba a su cuello de manera burda, caminando lentamente en dirección al menor, meneando la cola con una suavidad envidiable mientras que con su lenguaje corporal simplemente le decía "tranquilo, no soy una amenaza para nadie" no lo juzgó por su apariencia, se veía bastante aterrador, pero trataba de mostrarse sumiso como un cachorro asustado. Se sorprendió a si mismo con una voz amable cuando le dijo con dulzura al rozar el hocico del animal. Ningún animal entraría con tal tranquilidad a la casa si aquella bestia no se lo hubiera permitido y debido a esto, estaba más que seguro de que era totalmente seguro acercarse, tras sus experiencias con los cánidos, realmente no estaba seguro de qué era lo que sentía con respecto a tan extrañas criaturas. Quizás le quedaba algunos recuerdos de cuando había sido una de esas fiel criaturas con los ojos hambrientos de palabras y el corazón latiente demandando amor más que otras cosas en el universo, demandando que se le consideraba ser vivo. Se sintió ciertamente identificado con esa mirada perdida y, sin saber la razón, quiso hacerle sentir seguro no como una bestia que estaba invadiendo. Era bastante alto, mucho más que Moka, por lo que como recaudo se limitó dejar que él decidiera cuando quería aumentar el contacto para no invadirlo de ninguna manera.

MokshaWhere stories live. Discover now