Capitulo 18

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Indefectiblemente, si Tobías hubiera podido decir otra cosa en ese instante, hubiera intentado huir de la dualidad de saberse tristemente confundido, tras aquella tormenta de ruido, fuego y humo, sobrevino una calma ensordecedora donde ni siquiera los grillos atinaban a cantar, el aullido de los dingos ni siquiera había dejado el eco de sus pasos a la lejanía, el balido de los tiernos corderos incluso fue amortiguado por la negra noche donde todo pasaba a ser un sueño, donde todo se volvía irreal. Estaba allí sentado, con la espalda adolorida puesta contra la pared, pues así lo había indicado la criatura para evitarse más daños, supuso que luego regresarían al helado laboratorio, sin embargo no dijo nada. Observaba de reojo a sus compañeros cubiertos de sangre mover la cabeza de forma irregular, de un lado al otro por el miedo, por el ruido por la necesidad de arrancarse los tímpanos que emitían un chirrido intenso dentro de su cabeza. Pero simplemente era nada. Tobías sabía que el impacto al que habían sido sometidos era muchísimo menor en comparación con los habitantes de la otra cabaña, que no daban indicios de vida, pero aunque le hubiese suplicado al Operador que se aproximara a las ruinas del lugar vara ver si conseguían encontrar heridos, él se negaba con una frase que retumbaba en el silencio de la noche "Ustedes son primero" algo vago, genuino como un padre se negaba a dejarlos allí desatendidos pero tarde o temprano debería visitar otras costas. Un repaso interminable de rostros conocidos se dibujaba dentro de sus retinas mientras el menor observaba la columna de humo subir suavemente hacia el cielo, en forma de una enorme hoguera, debían controlar el incendio o el bosque entero ardería antes de que siquiera llegara el mediodía.

El menor giró su rostro para concentrarse en el de Hoodie, quien con las rodillas recostadas contra el pecho, escondía su rostro de los demás. Una pequeña herida del porte un dedo meñique recorría el flanco derecho de su cabeza, no era mucho pero probablemente requeriría sutura. Un vidrio que pasó pitando cerca de su cabeza había logrado abrir su cuero cabelludo de esa manera y controlado el sangrado, no había mucho que hacer por esos momentos más que mantener la calma y esperar. Masky por su parte temblaba tanto que no podía encender el cigarrillo que sus manos sujetaban, por más que intentara el mechero no aguantaba la irregularidad de su presión y terminaba apagándose. La criatura estaba de pie frente a ello mirando hacia el lugar de la explosión, valorando lo que había sucedido, para saber cómo debería actuar. Creyó que lo principal sería asegurar a los tres muchachos frente a él, podría teletransportarse luego para comprobar daños e incluso comunicarse con Splendorman, el líder de la segunda cabaña, con quien debía reunirse en la mañana de ese mismo día ¿Y si estaban todos muertos? Los habían atrapado por la madrugada, imposible sería que todos hubiesen optado por salirse de la caballa para vagar por allí, en un rango importante mayor que la cabaña incluso hubiesen perecido. Observó nuevamente a los chicos sentados, estaban en obvio estado de shock pero no parecían muy importantes sus heridas, pero el mismo estado de los chicos era imposible juzgarlos apresuradamente, un mal golpe una mala caída, alguna costilla rota... todo podía terminar mal.

Tobías no podía evitar repetir una y otra vez dentro de su cabeza la explosión, la tierna charla que tenían antes de ello se difuminaba en el espacio como el humo de su cigarrillo, dando lugar al recuerdo recurrente, al interminable flashback en el que estaba atrapado, nuevamente la explosión, el caos, la explosión, el caos, la explosión... era una cadena sin fin que siempre lo transportaba hasta ese mismo lugar y lo apresaba. Jadeó de forma violenta mientras separaba sus piernas para darle espacio a la corriente de bilis caliente que se deslizó fuera de su nariz y boca, deslizándose por su barbilla hasta terminar en el suelo. Su estomago se apretó de una forma dolorosa, pues se encontraba vacío y ya no había otra cosa que pudiese expulsar que ese odioso acido que quemaba su garganta. Jadeó antes de comenzar a toser tratando de respirar, curvando los dedos de sus pies hacia abajo.

-La cabeza abajo, mantén la cabeza abajo- le indicó la criatura mientras empujaba ligeramente su cabeza hasta casi la altura de sus rodillas- eso es, están en shock ahora, pero necesito que me presten atención- les dijo mientras sujetaba el cabello de Tobías en una sencilla coleta sobre su cabeza para que no interfiera en el camino del vomito- Necesito ver cómo está el resto- Hoodie levantó la cabeza de su regazo para fijarlas en el adulto, Masky seguía concentrado en el cigarrillo aunque sangre seca decoraba su boca- me voy a ir, ahora, necesito que... shhh- les trataba de explicar agachado frente a ellos, pero repentinamente y casi como si lo hubiesen planeado los tres levantaron la mirada para fijarla en aquel inocuo rostro, comenzaron a llorar sin más, presas del pánico- no, no, no, no- tartamudeo mientras sin saber que hacer veía como el trío se desarmaba frente a sus ojos, con aquellos rostros sucios y lagrimas tersas que se deslizaban por sus mejillas. La sola idea de mantenerse alejados de aquella bestia amable que los protegía les generaba un miedo irremediable que teñía el aire a su alrededor de un color escarlata, los hacía sentirse como corderitos frente a un vasto páramo oscuro que quién sabe qué puede ocultar tras aquellas neblinas interminables- basta, no hagan eso, por favor- les pidió mientras sujetaba el rostro de Tobías, secando con las yemas de sus dedos las lagrimas que turbaban su tierna mirada. Lo mismo hizo con Hoodie y con Masky, procurando hacer que se relajaran, no soportaba ver como el miedo se adueñaba de sus corazones- no va a ser por mucho- asintió suavemente con la cabeza tratando de infundirles valentía- van a estar bien, se tienen entre ustedes- continuo-Mírense, corten este drama... shhh... se tienen entre ustedes ¿Si?- le explicó antes de susurrar- Van a estar bien- Tobías se aferró al brazo del adulto de manera egoísta, pero estaba aterrado. La criatura le dio un suave beso en la frente mientras se ponía de pie liberándose del agarre del menor con facilidad, moviéndose la manga del traje hacia abajo para enseñarle el símbolo de la equis dentro del circulo- Siempre- al instante el tatuaje oscuro en la nuca del menor comenzó a sentirse un poco más caliente, al igual que los que Masky y Hoodie poseían en el flanco derecho sobre las costillas. Los tres parecieron sonreír ligeramente comprendiendo finalmente el mensaje que el adulto les estaba dando, estaban irremediablemente unidos a él, no existiría nunca un "lejos" un "adiós" y mucho menos un final aparte de aquella eternidad, aquella maldita eternidad del gato negro. Y en un parpadeo la criatura despareció dejando en su despedida una lluvia de plumas negras que cayeron alrededor del trío, suaves como burbujas parecieron acunar el ánimo casi ausente de los chicos mientras el ulular de un búho a la lejanía destruyó su encanto. Hoodie estiró uno de sus brazos hasta envolver los hombros de Tobías e hizo lo mismo con Masky, procurando atraparlos a ambos contra sí en un fiero ademán protector.

MokshaWhere stories live. Discover now