Capitulo 64

386 32 15
                                    

Su estadía en aquella casa se comenzó a extender indefinidamente, no era como si tuviese un mejor lugar a donde ir, por lo que realizaba trabajos constantemente para mantenerse ocupado, nada que un chico de 14 años no pudiera hacer y realmente, se estaba esforzando para encajar en esa nueva casa. Era un buen chico la mayor parte del tiempo, no se metía en problemas, no tenía problemas con los demás, así como tampoco podía establecer lazos y hablaba muy poco, así que siempre que alguien le dirigiera la palabra se limitaba a mirar a las personas con esos enormes ojos de cordero, inexpresivo, como si no le importase en lo absoluto. Mantenía la casa limpia, sacaba la basura, lavaba los platos y demás, sin decir una palabra o que alguien tuviese que mandarle a hacerlo. Era bastante autónomo a decir verdad, se ocupaba de sí mismo sin la ayuda de nadie, de alguna manera solían dudar de sus capacidades constantemente así que no ayudaba mucho que no se defendiera, era como una maldita gelatina neutral, vamos, que simplemente estaba allí sin hacer nada. Allí se encontraba en la mesa, con la barbilla recostada contra la mano mientras empujaba el tenedor sobre su plato, cargando algo de puré para estrellarlo nuevamente en la pila que ya se había formado allí mismo. Tenía el tenedor dentro de su boca en un instante para luego levantar la vista del centro de mesa, alguien le estaba hablando, no eran palabras amables a decir verdad, era más una broma. Sopesó aquellas letras que volaban en el aire antes de deslizar sus cansado ojos por la mesa de madera al tanto bajaba el tenedor, mirando de reojo a Jonathan responder por él con una risa divertida, dándole un golpe en la espalda de manera cariñosa. Tobías se limitó a asentir con la cabeza tomando con la punta de sus dedos helados, un trozo de milanesa que él mismo había cortado momentos antes, se la llevó a la boca antes de ver como Kate servía algo de jugo en su vaso, de alguna manera se ocupaban de él en la mayor parte del tiempo. No parecía molestarle de todas maneras, pero eso lo dejaba en un nivel un poco más bajo que lo que podía esperarse dentro de la casa, lo molestaban bastante a decir verdad, pero no era nada comparado a lo que debía soportar en su anterior escuela, no se quejaba. Sonrió suavemente cuando Jonathan comenzó a contar animadamente algo que debían de hacer en la tarde, nada importante, pero tenían todo un cronograma para la realización de sus determinados trabajos. Debían de recorrer un sendero en especial, comprobar que los campistas no se perdieran, alejar lo más que podían a la policía de sus dominios y regar las marcas de la bestia en todos lados, esos eran los verdaderos ojos de su amo, pero no hablaban mucho de ello, no frente a Tobías por supuesto. Él quedaba fuera de todo lo relacionado al "amo" y a los signos raros que abundaban la casa, no era problema, después de todo ni siquiera preguntaba, así que tampoco debían de ocultarlo mucho de su vista. No le gustaba la atención sobre él, lo hacía sentir muy nervioso en referente a tener que excusarse sobre todo, simplemente no quería lidiar más con todo aquello, como una tormenta. Sin decir una palabra, el chico se limitó a golpear la mesa con una de sus manos, exactamente, un ataque de tics le venía en ese preciso momento y realmente hubiera deseado desaparecer en ese maldito segundo, hubiera intentado disculparse, de no ser que con la misma velocidad, sin perder ni un instante, sacudió su cabeza de un lado al otro. Ese minuto se sintió eterno al tanto dejaba escapar el aire por la nariz suavemente y aplaudía con fuerza, para finalizar con un repetitivo "vete a la mierda". Hoodie tenía los ojos fijos en los del menor, casi como si no entendiera lo que acababa de suceder, parecía incluso sorprendido, había sido como una explosión sin mediar palabra. La mesa quedó en silencio por un instante, al tanto el chico levantaba su plato y sin mediar palabra se levantaba sin más, estando en una de las esquinas no debió de esforzarse demasiado con ello, encaminándose fuera de la cocina, negando repetidas veces con la cabeza como una maldita tormenta dentro de su pensar. Jadeó ligeramente molesto al tanto ignoraba las voces que lo llamaban, realmente no estaba de humor para tener que explicar lo que acababa de suceder, así que lo que mejor le sentaba en ese momento era comer fuera. Chasqueó la lengua varias veces antes de abrir la puerta y cerrarla a sus espaldas, no sin antes gritar "¡Globos azules!" eso era todo para él, se deslizó contra la pared de al lado, como si aquello no fuera nada. Se sorbió la nariz suavemente antes de meter sus dedos dentro del puré y llevarlos a su boca, no iba a regresar por los cubiertos. "Mierda" gruñó recostando su plato sobre su regazo, con la vista fija en el pastizal, chupando suavemente su dedo para quitarle los restos de comida. Ahora esperaba relajarse un poco más, vamos, estaba solo y eso junto con la naturaleza era capaz de devolverle a su centro, solo debía de esperar un poco más. Entrecerró los ojos, tratando de controlar su respiración.

MokshaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora