Capitulo 30

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Adjunto arriba la foto de la ropa de Tobías. Un abrazo a todas ustedes que siempre están atentas a las actualizaciones y no salgan de casa  ¿Sí?  Seleneomg

Suspiró suavemente presa de las sensaciones encontradas mientras se llevaba dos de sus dedos a la boca, empapados de sangre, cargando una pequeña mora negra que amenazaba con teñir cada parte de su tierna piel que la sangre y la saliva habían descubierto. Sus suaves ojos estaban enfocados en una pintura muy antigua que sus cerebro intentaba reconocer, la hermosa Venus de pie sobre una ostra mientras el mundo parecía detenerse a su alrededor, la imagen viva de la sensualidad y el amor. Se llevó otra mora a la boca mientras la sensación de la sangre húmeda aún sobre su piel se mezclaba con la incomodidad de saberse observando por todos los que estaban corriendo dentro de la habitación, intentando limpiar el desastre que había hecho en el baño. Sus ojos dieron con el rostro de Venus antes de que un suspiro amargo se confundiera dentro de su paladar con lo dulce de la fruta que sus labios ya habían teñido de negro, un pecador más en aquel mundo de mentirosos, se relamió antes de suspirar. A pesar de estar húmedo por la sangre, vestía ya un camisón blanco en un comienzo que ahora distaba mucho de su origen, muy pegado a su cuerpo se encontraba para ese momento incómodo por lo cual no estaba muy emocionado de seguir estando en ese lugar. Volviendo a la pintura que había llamado su atención, recordaba haberla visto una que otra vez con su hermana en alguna revista de arte (que a Lyra le encantaban) siempre había algo curioso que ver por allí y ya que él no podía leer debido a su juventud, Lyra le explicaba todo con natural encanto. Hubiese sido una buena profesora de arte y a él le encantaba escucharla hablar. La melancolía llenó sus ojos antes de que pudiese darse cuenta y arrebatara de su rostro la sonrisa dulce que el recuerdo provocó, lo menos que quería era que notaran que estaba disfrutando algo de toda esa tortura. Quería ir a casa, darse un baño con maldita lejía y dormir de cucharita con Masky y Hoodie. Fantaseó con eso un par de minutos, sin apartar la vista de la pintura que ya pasó a un segundo plano, nunca habían visto algo tan glorioso como Hoodie susurrando con esa voz de mañana, comprometida con el sueño, a su oído. Un escalofrío recorrió su columna vertebral mientras se mordía descuidadamente la lengua.

-"La Nascita di Venere" de Botticelli- le explicó la sombra con una ligera sonrisa que se esfumó la ver los rastros dulces que se mezclaban con la sangre en sus manos, aquello que se mostraba frente a sus muertos ojos era un excelente ejemplo por el cual su amo y señor había decidido invitar a los cachorros a jugar un tiempo en su reino. La manzana de la discordia vibraba dentro de cada uno de sus pechos mientras más se resistían, más eterno todo aquello se volvía, delicioso de ver, delicioso de probar- Hermosa pintura ¿No es así?- Tobías levantó ligeramente la mirada para centrarla en la sombra, desdibujando una mueca que el solo hecho de que le dirigiera la palabra había formado. Esto resultó encantador para la sombra, quien se limitó a ladear la cabeza suavemente- ¿Sabes algo de pintura?- Tobías entrecerró los ojos, tratando de tomar una decisión, no quería hablar con una bestia que lo había sumergido dentro de una bañera llena de sangre caliente, que lo habían secuestrado de la seguridad de su casa y finalmente arrebatado lo único que creía tener: su familia. Apretó los labios antes de sorberse la nariz, llevándose otra mora a la boca sin apartar sus ojos como dagas del rostro de la sombra. Eso pareció provocar una aire de irrealidad entre ambos que como electricidad chispeaba a su alrededor- me parece que alguien está de mal humor, hoy- corroboró al ver como el muchacho detenía su masticar por unos instantes antes de tragar en seco lo que tenía dentro de la boca, estaba tan cansado de pelear, pero realmente todo lo que estaba haciendo esa maldita sombra era para sacarle de quicio ¿Cómo podía seguir en paz cuando todo lo que decía apuntaba a molestarle de alguna manera? Estaba sucio, hambriento, cansado y aterrado hasta la muerte, quería hundir su rostro en el regazo de Slenderman y llorar buenamente su suerte, quería acostarse en su cama y gritar contra la almohada por lo menos una hora antes de dormir-claro que vas a estar de mal humor si no dormiste nada- comenzó acercándose peligrosamente a su rostro, para acunarlo entre sus heladas manos que apestaban a sangre, todo olía a eso, absolutamente todo y su boca estaba repleta, sus manos, sus oídos, su cabello. Sangre y moras negras jugaban a esconderse entre sus papilas gustativas, intentando llenar cada espacio dentro de su boca cuando una tras otra las llevaba hacia dentro, de alguna manera supo que aquello no sería normal, algo raro las frutas debían tener pues la dulzura que emanaban era increíble para algo mundano. Sangre y dulzura- ¿Quieres dormir un poco, corazón?- no era un bebé, creía que podía darse cuenta cuando realmente necesitaba una siesta y aquel momento no era el indicado ¿Cómo podría dormir en una cama que no era la suya? ¿Cómo podría conciliar el sueño si se encontraba tan malditamente preocupado? Se sorbió suavemente la nariz.

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