Capitulo 10

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En silencia sepulcral yacían aquellos tres hijos del hombre sentados en una magnánima mesa que fácilmente sería utilizada por doce comensales que ansiosamente se rebatirían entre comer o ser comidos, buenos tiempos eran aquellos donde la mesa brillaba de vida y las risas eran el pan de cada día que acompañaba la silenciosa mañana que ahora estaban comprometidos a vivir. Tobías parecía haberle encontrado el primer trago amargo a la leche que tanto tiempo le habían dado de mamar a lo largo de su corta vida en presencia de aquellos a los cuales su estima le era grata. Había vivido tanto tiempo en una burbuja luego de aquella guerra librada mientras él dormía en cama de plata, siendo adormecido por la niñez y encantado por los negros apéndices de una criatura refulgente. Le resultaba francamente ensordecedor el ruido que producía la caída de la venda que cubría sus ojos de aquella verdad a la que tanto tiempo se había limitado a conocer, la bestialidad que rodeaba su vida lo había hecho victima de vejaciones inenarrables que dejaba pasar por el simple gozo de sentirse uno en aquel lugar al que llamaba hogar. La presencia de la muerte nunca había sido algo ajeno a su sentir, pues desde que tenía edad rondaba a su alrededor el pestilente olor a azufre que le recordaba que nada de lo que le rodeaba alcanzaría el tan ansiado "para siempre" que los cuentos habían escupido en su rostro toda su vida. Frente a él, como un mal chiste contado por una boca muda de espanto, se encontraba un plato enorme de carne asada, en su punto medio, jugo de frutilla acompañaba el festín en una jarra de plata que brillaba ante su mirada asqueada. Tobías solo podía sentir el olor a carne en descomposición emanar de aquella delicia que hacía doler su ánima, pues ya no toleraría volver a comer algo de ese estilo.

-Tobías- le llamó la atención al ver que el chico divagaba con la vista puesta en el plato, dando vueltas el generoso trozo de carne que le había tocado, por aquí y por allá había comido vagamente, se notaba que lejos se había quedado su normal apetito voraz como el cachorro que acostumbrado a la leche materna debe probar comer croquetas por primera vez. Las papas le sabían pastosas en la boca, el fideo era como comer gusanos y finalmente la carne a medio hacer le daba la idea de que aquel triste cadáver hundido en la hierba había sido cocinado para que los comensales presentes lo degustaran- ¿Por qué no estás comiendo?- el chico sintió como un escalofrío le recorrió por completo la columna vertebral ida y vuelta, casi como si hubiera sido atrapado haciendo alguna travesura, se sintió claramente avergonzado ante su comportamiento- Deja de comportarte como un niño- le reclamó viendo como nuevamente bajaba la cabeza y fijaba su atención en la comida. Luego, quizás para regodearse un poco más en el infantil comportamiento del menor, aquella criatura cruel, cortó un generoso trozo de la carne que tenía en su plato, procurando que sea lo bastante pequeña para que entrara sin problemas en la boca del mundano niño. Sin tardar más, la pinchó con su tenedor y se giró para mirar al muchacho, quien yacía pálido y pequeño sentado en la silla a su derecha- abre- ordenó y el niño cubrió su boca con ambas manos, mientras sus ojos se deslizaban por la habitación hasta dar con los otros dos que parecían aún más nerviosos que el muchacho- Tobías... no me hagas repetirlo dos veces- amenazó vagamente mientras ladeaba la cabeza en espera al acto pedido. Tobías respiró hondo antes de cerrar sus ojos y abrir lentamente su boca, apartando primero sus manos. La criatura introdujo el alimento en la boca del chico y le ordenó nuevamente- mastica- el chico amagó una arcada mientras cerraba con fuerza sus ojos y se sorbía la nariz- vamos- Hoodie cruzó sus manos bajo la mesa mientras esperaba ansioso a que el muchacho no vomitara, esta no era la primera vez que veía a la criatura jugar con la debilidad de uno de ellos, lo mismo fue cuando descubrió su casi irracional miedo a la oscuridad, más a la oscuridad plena que es posible encontrar en el bosque... criado en la ciudad, no estaba acostumbrado a lo silenciosa y oscura que podía llegar a ser la noche lejos de la compañía... menos cuando fue encerrado toda la noche en un cobertizo que ahora yacía en ruinas. Tragó en seco ante los métodos de la criatura frente a él, parecía cruel, pero de una forma u otra lograba hacerlos superar el miedo... era triste pero ahora le tocaba a Tobías y no podían hacer nada para evitarlo. Solo esperaba que sus métodos no fueran tan drásticos como con los suyos- no escupas- le dijo con una poco natural voz paterna, mientras deslizaba su mano por el rostro del muchacho- traga- dijo tapándole la nariz, a lo que el muchacho no tardó en obedecer, desesperado por respirar- muy bien- le dijo pasándole una mano por la cabeza de forma meramente cariñosa, como un hombre haría a su perro luego de haberle dado una pastilla. Tobías asintió con la cabeza mientras respiraba agitadamente por el llanto contenido- si pudiste comer un pequeño trozo- le dijo mientras vaciaba su plato en el del menor- podrás con un poco más...- finalizó poniéndose de pie. Tobías comenzó a llorar mientras se limitó a recostar su cabeza contra la mesa- ustedes dos- dijo señalando a Masky y Hoodie, quien se pusieron de pie de un salto, abandonado sus platos semi vacios- tienen trabajo que hacer, así que no pierdan el tiempo- Masky asintió con la cabeza antes de dar media vuelta y salir de la casa, no quería quedarse más tiempo viendo aquello, cargó el arma en su cinturón y salió pitando al bosque. Hoodie tardó un poco más pues atinó a despedirse del menor susurrándole al oído "Haz todo lo que te diga... por favor". Slenderman no era una criatura tan cruel como parecía, tan solo quería que el chico superara ese momento de temor que lo atormentaba a cada paso que daba, estaba harto de verlo con miedo y al no contar con la suficiente empatía de conocer los límites de las personas, solía llegar a extremos como esos. De buena fe, aquella criatura lo apreciaba- Tobías, sigue comiendo- de una manera un tanto extraña.

MokshaWhere stories live. Discover now