Capitulo 42

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Tobías estaba tumbado en el sillón con ambas manos tras su cabeza, saboreando en su paladar la canción de la radio mientras Nina procedía a colocarle un curita sobre la nariz en un pequeño raspón que el suelo había ayudado a formar, de color amarillo brillante que llamaría la atención a cualquiera que se fijara en el rostro del menor. A pesar que en ningún momento llegó a molestarle en lo absoluto, dejo que Nina interviniera para darle algo de apoyo, ella se veía más divertida que otra cosa, quizás fue algo más para acentuar lo pasado, de todas maneras no parecía incordiarlo en demasía. Aquellos enormes orbes avellana estaban detenidos en el techo mientras deslizaba su lengua ansiosa por la nueva herida sobre su labio, degustando del sabor metálico de la sangre que endulzaba su paladar, escuchando como E. Jack hablaba animadamente con Ben sobre algo que podría clasificarse como una trivialidad, cosas del día a día que se mezclaban con videojuegos y el aroma a labial de fresa. Hoodie, acariciaba su cabello con dulzura con los ojos fijos en un libro, con aquel aire juvenil danzando sobre aquellos ojos verdes que atinaba siempre a ocultar tras el pasamontañas. Estaba concentrado en ver todo, como un mero espectador de la vida que pasaba en cámara lenta, como Masky quien usaba el portátil en el sillón a su lado, viendo videos en YouTube con los auriculares puestos al máximo y un palillo jugando entre sus labios, Jeff hacía girar entre sus manos un cuchillo de cocina que había atinado a sacar de una de las despensas, lo habían escondido para que específicamente él no tuviese acceso a ello. Jane se encontraba sentada frente al fuego, empujando los troncos llenos de fuego con un palo de madera, se encontraba divertida de esa manera mientras el helado aire había teñido de rosado la punta de su nariz. La lluvia no menguaba su fuerza, es más, parecía ir en aumento y aquello solo servía para ponerlos más ansiosos, casi molestos, como un animal cuando ve acaecer sobre él tanto tormento que no se decide entre huir o pelear. Otra vez la música templaba el aire junto el dulce aroma de la sangre y la pasividad tras la pelea, el valido de los heridos acunado por la lluvia merecedora de venganza. Suspiró suavemente mientras se llevaba una mano al costado, donde estaba más que seguro de que se había quedado marcado sobre sus costillas un fiero moretón que un mal movimiento coronado con un golpe feroz había provocado. De alguna manera incluso se sentía más ligero que veces pasadas, como si moverse de ese lugar hubiera eliminado la frustración que cargaba encima dotándole de algo más de viveza, fue como si hubiera regresado a sus orígenes, un ligero cosquilleo le subió por la base de la columna mientras dibujaba en sus ojos un inusual y refinado aire infantil. Más que eso, algo juguetón, algo que le invitaba a sugerir hacer algo aún más raro para un grupo adolescente perdido en medio de la nada "jugar" en el viejo sentido de la palabra, correr por ahí como alma que se la lleva el diablo o algo por el estilo. Hoodie notó ese cambio, aburrido quizás de leer vio el atisbo de una idea gestándose tras aquellos orbes brillantes, como si no le hubiera bastado la pelea anterior.

-¿Y si hacemos algo más divertido?- soltó Jeff de golpe dejando caer el cuchillo sobre su regazo al tanto las miradas se posaban en él- de seguir así creo que moriré del aburrimiento- Tobías sonrió suavemente ante ese comentario- no hablo de un jodido juego de cartas por el amor de dios- dijo antes de que Helen le arrojase al regazo el mazo completo, de manera que algo más divertido pareciera querer unirse. Realmente se había convertido en algo completamente insostenible eso de quedarse en silencio contemplándose los rostros unos a otros a la espera de que algo genial atinase a sucederles en esa noche, donde todo resultaba ser más pesado y el sueño se mezclaba con la melancolía de un helado ambiente invernal. Querían recostarse en sus camas, ver algo en internet, pelearse por quien debía de lavar las cosas y ese tipo de trivialidades que a un asesino le podría surgir llegando la madrugada. Pero al recibir la orden por parte de su superior de tener que soportarse unos a los otros dentro de ese lugar les hacía creer en lo absurdamente ridículo que todo sonaba sin una botella de cerveza bien helada en medio- lo que sea, incluso mataría por ver una de sus ridículas películas de terror- consintió mientras se cubría el rostro visiblemente aburrido de tener que estar simplemente ahí, siendo una planta en plena fotosíntesis, con miedo a decir algo para que el tarado de turno tuviera un motivo para tirársele arriba. Claramente estaba hablando de E. Jack, ese chico realmente era escalofriante y no quería que le sucediera algo similar a lo que se había gestado con Tobías, un momento de paz no le sentaría mal en esos momentos. Sonrió suavemente cuando sintió el brazo de Tobías enredarse en su cuello en un casi asfixiante abrazo cariñoso, divertido simplemente levantó la vista para verle reír- bien, ya somos dos ¿Alguien más?

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