6. ES EL COLMO

65 7 0
                                    

—¿Sofía?

—Hola, Ali, dime —noté cierta culpabilidad en su voz.

—Voy a ser directa y concisa, sin rodeos —intenté sonar firme.

—Está bien, cuéntame.

—¿Por qué has llamado a mis padres?

Los escasos segundos que tardó en contestar sirvieron para ponerme mucho más histérica.

—Verás, Alicia, lo hice por ti...

—¿POR MÍ? —estaba cabreada, muy cabreada.

—Sí, por ti. En el parque te vi fatal y luego estuviste muy ausente y a punto de llorar, lo menos que podía hacer era hablar con ellos ya que tú no me escucharías por nada del mundo.

Tenía razón, lo admito, no escucharía nada que tuviera que ver con él, pero no tenía que haber hecho eso.

—Sabes que puedes contar conmigo para todo, enana.

—Lo sé, Sof —lo sabía, claro que lo sabía, siempre podría contar con ella. Pero eso no era todo...— Por cierto, Sofía...

—Dime, Ali —otra vez la noté nerviosa, puede que porque sabía de lo que iba a hablarle.

—He notado que mis padres me ocultan algo que pensaban que sabía, pero no es así... —escuché como ella tragó fuerte— ¿sabes qué puede ser?

Otra vez silencio. ¿Por qué todo el mundo me respondía con un maldito silencio?

—Sofía, responde —había sonado demasiado desesperada—. Por favor.

Oí como suspiraba y tragaba grueso otra vez.

—Esto... a ver cómo te lo digo...

—¡Sofía, ya!

Me estaba desesperando y no podía aguantar más con esta incertidumbre que todos se empeñaban en conseguir.

—Se van a casar.

Lo dijo con tanta rapidez que tardé unos segundos de más en entender lo que me estaba diciendo.

Me quedé en puro estado de shock.

El móvil cayó al suelo y yo caí con él, solo escuchaba la voz de Sofía llamarme y pedirme que me calmara al otro lado de la línea.

—Sofía, ¿qué dices? Eso no puede ser, no, es imposible.

—Alicia, cariño, no llores, por favor. ¿Estás en casa? Ahora mismo voy, no te muevas.

No puede ser, esto creo que ya es el colmo. ¿Se van a casar? Joder, esto va a consumir todas mis lágrimas.

Cuando vino Sofía yo todavía estaba llorando en mi habitación, mis padres habían venido a ver qué me pasaba.

Escuché que, en el pasillo, estaban hablando Sofía y mis padres.

—Nosotros no se lo contamos porque pensamos que tú se lo habías dicho o él mismo. Me siento tan mal... —acto seguido, mi madre entró a mi habitación a consolarme y abrazarme— Hija mía, lo siento tanto, él no te merece...

—Pobre Isabel, vuelve su hija y tiene que estar llorando todo el tiempo... ¿tú cómo estás, Rafa? —Sofía estaba al roce del llanto también.

—Pues creo que como todos, abatido, quiero que esto termine ya... solo pienso que lo mejor para Alicia sería irse de Valencia, por muy mal que me sepa tener que volver a separarme de ella, no sé cómo va a actuar una vez deje de llorar...

Mi padre, tan comprensible como lo ha sido siempre, le quiero tanto... Me levanto corriendo a darle un abrazo y me siento tan débil que no puedo mantenerme en pie y vuelvo a caer sobre mis rodillas. Sofía se une a nuestro abrazo y nos quedamos los cuatro llorando en medio de mi habitación, arrodillados en el suelo.


daliaacolomeer_

Volví por míWhere stories live. Discover now