51. TODO

13 4 0
                                    

ALICIA

-¿Por qué tienes que hacerme pasar por esto? Es injusto, joder.

-No me culpes a mí, Alicia. Abre los ojos de una vez y date cuenta de que el malo de la película no soy yo, mi amor, es él.

-Vale, muy bien, Guille. Déjame sola, por favor.

Resopló y me dejó sola en el porche de la casa.

Necesitaba pensar, pensar y llamarle. Pero... ¿ya? No, debería esperarme porque posiblemente él también esté enfadado ahora. Todo es demasiado difícil...

Por suerte, o por desgracia, toda mi familia estaba dentro y ahora tenía que hablar con ellos porque todo volvía a estar patas arriba.

-¡Ali! -mi prima salió fuera buscándome.

-Sof, estoy aquí -le respondí inhalando mis mocos por haber llorado.

Cuando se acercó hasta mí y se percató de la situación y de mi estado simplemente me abrazó, pero fue suficiente, mil palabras no hubieran sanado lo que ese contacto.

-No es necesario que entres y hables con tus padres ahora. Yo les he intentado explicar por encima lo que pasa, pero quieren tu versión -el roce de su mano en mi espalda volvió a calmarme.

Le sonreí escondiendo un agradecimiento enorme que no sé si lo pudo interpretar al cien por cien.

-Voy a ir a ver a la abuela. Luego pasaré por la consulta de Gabriel, el doctor, para que me aconseje, y de paso le hago una visita.

-Hoy no es día de visitas en la residencia. Podemos ir el fin de semana, si todavía estás aquí.

-Ah, vale. Pues entonces voy directa a la clínica -me levanté para irme, Sofía me imitó y me cogió de la muñeca.

-¿Quieres que te acompañe?

-No, prefiero ir sola -sonreí.

-Me refiero al ginecólogo, cuando vayas.

-Ya hablaremos de eso, ¿vale? -tenía que pensar en muchas cosas.

-Está bien -murmuró, y me dejó ir.

Moverse por Valencia en transporte público era una costumbre que había perdido y que hoy había retomado porque no tenía otra opción. En realidad sí, pero no quería que nadie me acompañara a hablar con el doctor Gabriel.

Cuando me detuve en mi parada ya tenía delante el inmenso edificio blanco que me estremecía al recordar todo lo que había vivido tanto dentro como fuera. Intentaba pensar que estaba todo olvidado, que nunca más me afectaría recordar a la que una vez hace mucho tiempo consideré mi mejor amiga; pero no era así, me dolía y me mataba por dentro pensar que la muerte de Mª. Carmen fue culpa mía.

Traspasé las puertas giratorias y pregunté por mi amigo en la recepción. Como supuse, su despacho seguía en el mismo lugar que cuando vine la última vez, cuando todo empezó a cobrar sentido...

Llamé a la puerta repicando con mis nudillos.

-¿Quién me busca? -contestó una voz grave desde dentro.

-Soy Alicia...

-¡Por Dios! Adelante -obedecí- Madre mía, estás guapísima querida.

Nos abrazamos durante un largo rato, fue muy reconfortante.

-¿Qué te trae por aquí? -me preguntó con una sonrisa en la cara mientras nos sentábamos- Espero que buenas noticias.

-Sí, bueno, hay de todo -con un simple gesto me indicó que escucharía atentamente-. Mi prima Sofía y Lucas vinieron a pasar la Navidad a Madrid y me vine con ellos porque Sof se casa en verano.

-¡No me digas! Me alegro un montón. Con Óscar, supongo... Después del juicio pudimos comprobar que es un buen chico.

-Lo es... -envidiaba su relación.

-Las buenas nuevas nunca vienen solas... La boda es dentro de seis meses... ¿Qué ocurre? -Seguro ya me había diagnosticado mil trastornos.

-Estoy embarazada.

Esas dos palabras cayeron como agua fría en aquella habitación. En la mirada intensa de Gabriel pude ver un gran interrogante: "¿Lucas es el padre?". Mi cabeza se movió lentamente de izquierda a derecha, con los ojos fijos en los del doctor, viendo como la decepción iba invadiendo su rostro.

-Te he decepcionado -todo el mundo esperaba más de mí, como siempre.

-Para nada, si te hace bien y feliz por mí perfecto -su mirada de experto me escaneaba sin pudor-. ¿Sientes que has decepcionado a alguien?

Estuve cavilando la respuesta unos segundos y, justo cuando iba a abrir la boca, llamaron a la puerta con énfasis.

-¿Quién me busca? -volvió a responder.

El manillar se movió y una cabeza morena se hizo ver.

-Ali, he movido cielo y tierra para saber dónde estabas.

Se acercó, me besó la cabeza y le tendió la mano a Gabriel, que estaba igual de asombrado que yo. Sin parar de soltar estupideces por la boca se sirvió un vaso de agua y, cuando por fin se sentó en la silla que estaba a mi lado, culminó su discurso:

-Bueno, doctor, esperemos que el camino hasta el nacimiento de nuestro bebé con usted sea agradable.

Gabriel giró su mirada lentamente hasta coincidir con la mía. Mi cara de desconcierto y de vergüenza debió darle la explicación que estaba buscando.

-Creo que el momento requiere unas presentaciones adecuadas: soy...

-Ay, sí, qué cabeza. Soy Guillem, la pareja de Alicia y el padre del bebé -volvió a levantarse para tenderle la mano de nuevo. Yo quería que la tierra me tragara.

-Un placer. Yo soy el doctor Gabriel García, psicólogo y psiquiatra, también amigo de Alicia y de su familia -de pronto había adoptado una postura más rígida que unos instantes antes.

-¿No... no eres el ginecólogo? -me miró como culpándome por no avisar.

-No, Guille, no es mi ginecólogo. Me puedes decir qué haces aquí -me tenía harta.

-He venido a acompañarte, mi amor. Pensaba que venías al ginecólogo.

-De eso ya me he dado cuenta.

-Ali, ¿podemos hablar un momento fuera? -me dijo levantándose y cogiéndome de la mano.

Miré a Gabriel y me dio la aprobación para abandonar la sala. Lo llamaría más tarde para responder a la pregunta que se quedó colgada debido a la interrupción.

Salimos a los pasillos y pude sentir como todo el mundo nos miraba. Guillem iba tan tranquilo viendo como los enfermeros de nuestro alrededor dejaban de hacer su trabajo para mirarnos y hacer algún comentario en voz baja entre ellos, no entendía absolutamente nada.



---------------------------

Siento hacer a Guillem tan odioso <3

Ig ¬ daliaacolomeer_

⭐⭐⭐⭐⭐

Volví por míWhere stories live. Discover now