57. ¿NIÑO O NIÑA?

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Lo primero que hice cuando me sonó la alarma fue mirar si Guillem, o alguien desde ese número, me había respondido. Pero nada. Solo tenía dos mensajes de Lucas diciéndome que me recogía a las nueve y media en el parque para ir al hospital.

Eran las nueve, en media hora tenía que estar lista

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Eran las nueve, en media hora tenía que estar lista.

Me lavé la cara con todos los potingues que tenía y me maquillé con un poco de máscara de pestañas y un color nude en los labios. Me puse un vestido de tirantes finos con un estampado de flores muy fresco, pero luego caí en que para la ecografía no sería muy cómoda una prenda de una pieza. Así que seguí rebuscando en la maleta, y mientras iba dejando algo en el armario, hasta que di con los pantalones estrella de todos los veranos: unos cortos de tela fina en color fresa que me compré de la tienda Lefties uno de los últimos veranos que estuve en Valencia. Pero claro... mi barriga tenía un tamaño que yo nunca había tenido y a pesar de tener goma, y de que yo tampoco estaba demasiado gorda, ¡no me cupieron!

Quedaban cinco minutos para irme y todavía no estaba vestida, me estaba desesperando la posibilidad de llegar tarde. Mientras me reía por no llorar me llamó Lucas.

-¿Todo bien? Me ha parecido raro que no estés ya esperándome y riñéndome por llegar tarde.

-Madre mía, es que me ha pasado algo de risa... No me caben mis pantalones preferidos y creo que no voy a poder ponerme ningunos de los que tengo. ¡La barriga ya empieza a darme problemas!

-Me muero de risa. ¿Quieres que me acerque y te ayude?

-Déjalo, ahora llamo a mi madre. Enseguida voy, chao.

Menos mal que la señora Isabel había cumplido su papel de madre y me había comprado ropa de premamá.

-Te debo el cielo, mami.

-La compré en las rebajas de Navidad, pero no te la di entonces porque no quería que te sintieras gorda estando de tan poco.

-Eres la mejor, te quiero.

"Pon una madre en tu vida"

Me puse colonia y salí pitando a encontrarme con Lucas. ¡Llegaba diez minutos tarde!

-Perdóname, por favor. Me siento fatal.

-Mujer, no exageres, ha sido por fuerza mayor.

-Y tan mayor -dijimos los dos a la vez.

Nos reímos y arrancamos hacia el hospital.

Me dijo que después de la cita podíamos ir a comprar ropa que me valiese y algo para los próximos meses.

A pesar del pequeño retraso llegamos puntuales a la clínica y todavía pudimos hablar con Gabriel.

Le comentamos las novedades del caso Amanda y se quedó tan en shock como todos.

Volví por míWhere stories live. Discover now