50. ENTRE ÉL Y YO

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LUCAS

Cuando Sofía me envió el mensaje diciéndome que aquel idiota estaba allí casi lancé el móvil por la ventana. Tantas maldiciones y groserías salieron de mi boca que Tamara apareció corriendo para ver qué ocurría.

-Tenemos que ir a un sitio.

Sin recibir su aprobación salí de casa y subí al coche, dispuesto a partirle la cara al madrileño que había destrozado la tranquilidad a la que tanto me había costado llegar. Tamara me siguió sin hacer ningún comentario.

-Buenas, hemos llegado.

Tenía la llave de casa de los padres de Alicia, por lo que pude entrar nada más llegar y, por tanto, escuché lo que dijo Rafa.

"No he podido evitar compararlo con Lucas."

Joder, no podía rebajarme a su nivel y darle de hostias hasta que ni el reconocimiento facial de su móvil lo reconociera.

-Lucas, hijo, ¿por qué has venido? No era necesario.

-Por supuesto que lo era, Rafa -llegué hasta donde él estaba y le rodeé con un brazo por el lateral -. Ali, ven, tenemos que hablar. Dile a Guillem que salga fuera.

Aquel individuo salió sin abandonar su aspecto de macho, superior a cualquier otro.

-Guille, ¿se puede saber qué demonios haces en Valencia? -Menos mal que Ali inició la conversación porque si no...

-Cielo, he venido por ti, para acompañarte y que no estés sola durante este proceso -asquerosamente se acercó a ella y le acarició el abdomen.

-Mira, chaval, no voy a andarme con rodeos. Para empezar, Alicia no estaría sola en ningún momento porque, no se si te habrás dado cuenta, tiene a sus padres y me tiene a mi.

Sabía que ella estaba de mi parte en ese momento por la sonrisa que me regaló.

-Mira, chulito, la nena es mía. Y el bebé que lleva dentro también. Así que...

-¡Eh, eh, eh! Quieto chulito. El bebé será tuyo, pero yo no. Y si sigues así menos -se soltó de su agarre y se separó cruzándose de brazos.

Guillem se retorcía por dentro de rabia mientras se limpiaba el sudor de debajo de la nariz con la mano.

-Alicia, he cogido el último vuelo de la mañana para poder estar aquí contigo. ¿Vas a dejar que él nos condicione?

-Aquí nadie condiciona a nadie, o por lo menos yo. No vayas por ahí que acabaremos mal.

-Acabaremos mal... ¡Ves! Solo piensa en echarme de aquí a patadas...

-Y lo que no son patadas.

-...mientras que lo único que yo quiero es asegurarme de que vas a estar bien.

-Lo estará, gracias. Ahora vete por donde has venido.

-¿Y por qué no te vas tú?

-Me tienes harto...

Había llegado al top: mi puño había salido volando hacía su ojo izquierdo y pensaba darle mucho más.

-¡Lucas! Parad ya, joder.

Mierda, Alicia. Solté al chico que tenía en alto cogido del cuello de la camisa, que cayó al suelo dramáticamente.

-Joder, Ali, perdón -la había cagado. Alicia odiaba la violencia, era lo único que no toleraba en las personas, y mi ejemplo no había sido el mejor.

-Vete -me miró a los ojos, los tenía húmedos, iba a llorar -. Por favor.

Había sido un completo imbécil. Y, aunque sabía que Guillem me estaba provocando, hice mal en rebajarme a su nivel. ¡Yo conocía mejor a Alicia! No era justo que entre él y yo ganase el otro. Pero me lo había buscado yo, y ahora me tocaba lamentarme.

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Lucas en plan malote>>>

Ig// daliaacolomeer_

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