XVIII

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SOBRE CÓMO ROMPER UNA REGLA

SOBRE CÓMO ROMPER UNA REGLA

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Él

Martes, 06:57

Salgo de un brinco de la regadera. No dudé de la temperatura del agua, porque nunca había tenido esta necesidad. No me gusta bañarme por las mañanas, podía durar una eternidad bajo el agua caliente y eso hacía que llegara tarde al trabajo, excepto, claro, que esto no es agua caliente.

Cierro el agua y envuelvo una toalla alrededor de mi cadera. Bueno, al menos el problema se ha desvanecido con esa temperatura.

Siempre he escuchado que un baño frío es el método efectivo para quitar una erección matutina. Excepto que nunca lo había utilizado hasta ahora. E increíblemente funciona. O tal vez se debe a que estoy más concentrado en la frialdad del agua que en el cuerpo de la Elisa de mis fantasías... pesadillas.

Aprieto la toalla y salgo del baño. Voy maldiciendo todo el camino hasta encontrar el calentador de agua, frunzo el ceño ante la programación que indica que se enciende de medio día y se apaga a media noche.

Intento hacer un recuento. Elisa siempre sale de su cuarto con el cabello aun mojado. ¿Sería posible que todos estos días ella se bañara con esa temperatura? Ella no hizo ningún comentario al respecto, aunque en realidad Elisa nunca se queja de nada.

De regreso a la habitación me encuentro con Elisa en el pasillo, con el cabello húmedo. Lo confirmo: ella se baña con agua helada. ¿Por voluntad? Lo dudo.

—¿Te has estado bañando con agua fría? —detengo mis pasos y ella también lo hace. Sus ojos están entrecerrados mirando mi rostro, me pregunto qué tanto puede tener en esa mente para hacer que su mirada serena ahora mantenga una batalla de gestos. Me rindo a intentar descifrar lo que se trae en mente esta vez. En respuesta a mi pregunta sólo se encoge de hombros.

—El calentador de agua estaba desprogramado —intento que mi mala explicación funcione a su vez como una disculpa por mi falta de atención.

—Oh, eso. —dice distraída— Sí. Por las mañanas nunca hay agua caliente.

—¿Nunca? —¿realmente se bañó durante dos semanas con agua helada? Eso debería ser ilegal en esta ciudad y sobre todo con las bajas temperaturas matutinas.

—Es tu piso, deberías saber que el agua caliente es por las tardes.

Ese es el horario en que usualmente me baño, pero olvidé por completo que por las mañanas no hay agua caliente y que ella sí usa la regadera, llevo viviendo siete años aquí y en siete años no encontré necesario bañarme a estas horas, ¿puede alguien culparme por olvidarlo?

—Lo sé, yo acostumbro bañarme por las noches.

En lugar de responder, la mirada de Elisa se detiene justo debajo de mi barbilla, en mi cuello. Sé lo que está mirando con detenimiento, Daiana sugería hasta el fastidio remover ese lunar del cuello con láser. No es una verruga, ni un lunar especialmente grande, tamaño promedio, es decir diminuto. Pero es el único lunar que tengo del cuello hacia arriba así que sobresale entre el resto de mi piel. Me muevo un poco esperando que eso la haga volver a mirar a mis ojos, pero no funciona. Parece abstraída en el lunar.

UNA DAMA DE CRISTAL (SAGA LA VIDA DE ELLAS) #Olimpiadasliterarias23Where stories live. Discover now