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Sobre cómo se lleva a cabo una sorpresa

Miércoles

Getting older –Billie Eilish (sí o sí reproducir)

Las puertas del elevador se abren y yo camino insegura hasta llegar a la puerta correcta, toco. Por suerte, Clare dejó instrucciones a Priscila para darme el día libre, la gerente me lo recordó en la llamada de hace una hora cuando le pedí el domicilio de Clare, así que estaba cubierta para el resto del día. Clare y yo organizamos todo un plan para el cumpleaños de Leonardo, bueno, ella lo organizó yo sólo seguiré el plan al pie de la letra.

Aunque antes de ir y cumplirlo tengo algo qué hacer.

Vuelvo a tocar. ¿Me habré equivocado de edificio? Miro hacia el pasillo pero no hay nadie cerca, nadie a quien verbalizarle mis dudas. Estoy por tocar de nuevo cuando la puerta se abre y un hombre con lentes y cabello revoltoso color dorado está del otro lado, Lucas. Sus ojos no ocultan la sorpresa que le hace verme, abre la puerta por completo y mira hacia el pasillo.

—¿Te envió Leonardo? —niego con mi cabeza.

—Uh... no. Yo sólo pensé que tal vez podría hablar con Clare —me da una sonrisa amable aunque no le llega la amabilidad a sus ojos oscuros, se mueve hacia un lado.

—Pasa. ¿Vendrá Leonardo?

Me apresuro a negar. Cierra la puerta y me hace un gesto para que camine tras él, me lleva a una pequeña sala. Me quedo de píe sin saber qué más hacer.

—Está terminando de bañarse —mientras habla sus ojos van a una fotografía en la pared. Una de Clare y él— ¿sabes que es el cumpleaños de Leonardo hoy? —pregunta como si buscara un tema de conversación.

—Clare me lo dijo.

—¿Y qué haces aquí? ¿ya no estás interesada en romper con su regla? —paso saliva, ¿es una regla no celebrar su cumpleaños? ¿Todos estaban advertidos de no festejarle? ¿Por qué me envió de conejillo de indías? Y como si mis inseguridades se me notaran en la cara, Lucas me da una sonrisa animada—. Deberías hacerlo. Clare me habló sobre la sorpresa, es una buena idea.

—Lo planeamos juntas —asiente con una apenas perceptible mueca de diversión.

—Suena a algo que haría Clare, aunque te recomiendo quedarte con todo el crédito —el pulgar de él cae sobre la sonrisa de ella en la fotografía.

—¿Es una foto reciente? —pregunto sin saber qué más decir.

—Es de nuestra cuarta cita.

—Se ve muy feliz.

—Clare siempre se ve muy feliz —deja caer su mano a su costado y vuelve a mirarme—, ¿y tú cómo estás?

—Lo hemos arreglado —aunque esas tres palabras abarcan mucho más. Me di por vencida en esquivar a Leonardo. Al contrario, estoy dispuesta a aceptar mis sentimientos por él y tomar todo aquello que él esté dispuesto a darme, poco o nada. Por una vez voy a enfocarme en el aquí y ahora de una manera positiva, disfrutando el momento, carpe diem o lo que sea.

—Lo noté, hablé temprano con Leonardo y estaba de buen humor a pesar de —lo que sea que fuera a decir muere en sus labios, mira hacia el final del pasillo donde supongo que deben estar las habitaciones—, le diré a Clare que estás aquí.

—Gracias.

Mientras me quedo a solas en la sala fisgoneo un poco con la vista. Venga, si pudiera haber elegido el apartamento de mis sueños juveniles sería justo éste. Tiene dos cuadros en la pared de unos perros, papel tapiz plateado con relieve en las paredes, sillones blancos, accesorios decorativos sobre los muebles, un florero con rosas artificiales en el centro de mesa. Es más pequeño que el de Leonardo, pero más personal, como si cada pieza de ahí gritara su nombre.

UNA DAMA DE CRISTAL (SAGA LA VIDA DE ELLAS) #Olimpiadasliterarias23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora