XXXIII

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SOBRE CÓMO CREAR UNA LISTAÉl

Miércoles, 02:36

De la Tierra hasta Marte (acústico) – Alfred García

Suspiro resignado, llevo media hora despierto y sé que sin ninguna esperanza que me indique que volveré a dormir pronto. La pesadilla con Elisa me persigue, lo ha hecho desde el sábado por la noche, el mismo sueño de ella huyendo por culpa de Daiana. De mi omisión sobre Daiana. De mi intento de fingir que Daiana ya no puede hacerme ningún tipo de daño cuando en realidad podría poner de nuevo mi mundo de cabeza.

Las palabras de mamá siguen acosándome insistentes, Roberto será invitado a la fiesta, ¿también su para-nada-secreta novia? Le rompí la nariz a Roberto, si algo podía hacerme sentir satisfecho sobre esa fatídica noche era que le rompí la nariz. ¿Sería tan estúpido como para llevar a Daiana a la fiesta por petición de Diana, su madre, y por invitación de Elena, mi madre, como algún tipo de venganza por su nariz? ¿Acaso su nariz rota no fue mi venganza por robarse a mi prometida? Estábamos a mano, ¿cierto?

Lo más sensato sería ser honesto, con Elisa o con mi madre, pero guardo la esperanza de que Elena sufra el desaire de Roberto y ese idiota no asista. Por otra parte, la razón y la experiencia me indican que debería esperar justo lo opuesto, esperar que él sí asista. Para guardar las apariencias por lo menos. ¿Pero qué apariencias pueden guardarse si va con Daiana?

La cuestión no es si ella será tan mezquina para asistir, sino si Robert será tan imbécil como para invitarla. Porque una vez llegada la invitación a las manos de Daiana sé perfectamente cuál será el desenlace. Salí con ella dos años, conocía su desfachatez y todo de lo que era capaz. Asistir a la boda de mi madre sería como un entretenimiento para ella. Una oportunidad para vengarse no sólo de mí por ignorarla, no perdonarla y romper el compromiso, sino la oportunidad perfecta de joderle la noche a Elena. A Daiana poco le importaba el circo que podría armar o el escándalo que podría dañar nuestra reputación o incluso la suya. Lo que le interesaba era ser el tema de conversación, la principal en todo.

Lo que es mi culpa.

Si no hubiese creído que su desvergüenza y confianza en sí misma eran atributos en lugar de defectos evidentes de mezquindad y narcisismo, quizás me habría ahorrado muchos meses de relación.

02:42

Carajo. Mañana tengo una reunión temprano. Debería estar dormido, en su lugar mi cerebro está trabajando con todos estos hipotéticos desenlaces.

—Leonardo... —miro el cuerpo aun durmiente de Elisa, siempre podría despertarla y repetir lo de hace unas horas, pero entonces perdería otra hora de mi vida y estoy seguro que el sexo en la madrugada hará lo opuesto a agotarme. Sólo Elisa puede dormir como un bebé después de follar. Y la envidio justo ahora—. Mm —estira su mano hacia mi cuerpo y suspira con una levísima sonrisa cuando su mano alcanza mi piel.

La observo con la luz de la ciudad colándose por la ventana y una sonrisa se escapa de mis labios. Elisa es lo opuesto a la mezquindad... o a la confianza en sí misma, está justo en el extremo contrario de ambas cualidades. Lo que no es del todo bueno si su falta de confianza la hace sufrir.

Quito el mechón que cae sobre sus parpados, paso mi pulgar sobre su mejilla recorriendo su mentón hasta la almohada donde está la otra mitad de su rostro. Duerme bocabajo desnuda. Si estuviera bocarriba mi autocontrol estaría por los suelos. Me acuesto de lado mirándola descansar, ojalá sus sueños fuesen así de contagiosos, pero no lo son y en su lugar mi cerebro ahora está a mil por hora recordando los eventos de esta tarde en casa de mi madre.

Elisa caminaba a mi lado de la mano, llegamos al área de la piscina. Una amplia alberca que nada tenía que envidiarle a las de los gimnasios, alrededor de ella había algunas camastros de patio y sillas. Se acercó a la orilla agachándose para tocar el agua con su mano, aunque estaba seguro que todavía debía estar fría, sacudió su mano mojada y volvió a ponerse de pie para seguir andando alrededor de la alberca.

UNA DAMA DE CRISTAL (SAGA LA VIDA DE ELLAS) #Olimpiadasliterarias23Where stories live. Discover now