XXXI

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Sobre cómo despejar las dudas

Ella

Martes, 07:24

Everything – Roni Bar Hadas

—¡Leonardo Funes más vale que salgas ahora mismo!

Me siento en la cama de golpe, apenas lo suficiente veloz para encontrar la sabana y jalarla hacia mí. Justo a tiempo para que ella entre a la recamara. Clare se queda con la mano en el picaporte de la puerta y su expresión de enojo se convierte en asombro. Mientras su boca se abre de sorpresa, mis mejillas se calientan de vergüenza.

—¿Elisa? —a quien sea que esperase encontrar es obvio que no se trata de mí.

—Hola, Clare —intento pretender que todo esto es muy normal, y que no estoy con la sabana hasta la barbilla intentando cubrir mi evidente desnudez. Sonríe.

—Buenos días, hermanito.

—¿Qué haces aquí? —pregunta sentándose en la cama con evidente molestia.

—Mamá está aquí.

Cualquier atisbo de ira por parte de Leonardo se evapora.

—¿Aquí?

—He ganado unos minutos para ti, está esperando en recepción. Subirá en un momento.

—Sal.

Clare le saca el dedo medio y gira sobre sus talones para salir de la habitación. Siento que nuestra situación de pronto es indefinida. Se revuelve mi estómago de nervios. Su madre está por llegar y estoy casi segura que yo tengo algo que ver con esta inesperada visita.

—Creo que deberías vestirte —dice Leonardo secamente mientras se levanta y camina al vestidor sin darme una mirada. Su repentina frialdad me golpea con fuerza. Intento que sus palabras no calen hondo, pero lo hacen.

Cuando trabajaba en el bar de Don recreaba en mi cabeza cómo sería dormir con un extraño y recibir dinero a cambio, la escena que imaginaba es más o menos como esto. Siento acumularse las lágrimas mientras me levanto a tropezones. Escucho el agua de la regadera.

Recojo mi ropa interior del suelo, sin atreverme a salir del cuarto desnuda, me envuelvo en la sabana y con el pantalón en mi mano salgo de su habitación, cruzo el pasillo y entro a mi recamara.

Clare está aquí y pronto llegará la madre de Leonardo, y cuando menos me dé cuenta yo estaré fuera de aquí. Respira. No te derrumbes ahora, sólo actúa normal. Aquí y ahora.

Creo que deberías vestirte. No son exactamente las palabras que esperaba que dijera al despertar juntos. Aunque la situación en general no es lo que habría esperado que fuera. Abro las puertas del armario, ¿debería tener lista mi mochila con la ropa? No quiero irme, pero si él me lo pide no podré quedarme. Tengo el dinero de tres semanas, el salario de una se lo deposité a Tía. Tres semanas de salario como mesera no es nada. Cierro los ojos y tras mis parpados Don me sonríe con perversidad. No voy a irme hasta que me lo pida. Mis miedos son más grandes que mi orgullo.

Reviso la hora en el reloj al lado de mi cama. Son las siete y media de la mañana. Estoy a tiempo para llegar tarde al trabajo. Me apresuro a fingir que sólo es un día normal.

Ya vestida salgo de la habitación, me detengo bajo el marco de mi puerta mirando hacia la puerta cerrada del cuarto de Leonardo. Suspiro. ¿Qué estoy esperando? Sacudo mi cabeza y camino hacia la sala, me encuentro a Clare sentada en el sillón con el celular entre los dedos.

—¿Podrías ayudarme a salir de aquí sin ser vista? —pregunto esperanzada de recibir su ayuda, levanta su mirada hacia mí y parece tan confundida como yo debo sentirme. Pero no tengo tiempo, en cualquier momento la madre de ellos llegará y no quiero enfrentarme a ella.

UNA DAMA DE CRISTAL (SAGA LA VIDA DE ELLAS) #Olimpiadasliterarias23Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang