So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]

XIX. Entrevista

Elise estaba feliz y satisfecha con su vida, tenía una familia millonaria y que la amaba completamente, su carrera tenía éxito a pesar de que solo era una niña y parecía que todo lo que hiciera le iba a salir bien.

Su primera vida... ella no la recuerda mucho, la mayoría ha sido borrada de su memoria con el pasar del tiempo, pero si había algo que realmente quería en su anterior vida, aparte de una familia cariñosa y estabilidad económica, era tener una pareja y, tal vez en un futuro, tener hijos propios.

Ahora, ella tenía todo, menos un novio e hijos, pero podría tomarse las cosas con calma porque aun era muy joven para pensar en traer a un niño al mundo.

O al menos eso creyó hasta que en su próxima entrevista, empezaron a acosarla por si tenía en mente una pareja y planes a futuro.

¡Tenía solo diez años, por el amor de dios!

Sabía que la mayoría de las chicas de Naruto se enamoraban muy jóvenes y se casaban y tenían hijos incluso antes de los veinte, ¡Pero por el amor a dios, esto es ridículo!

Claro, estaba enojada y se había desahogado con Shisui de las políticas absurdas de que una mujer debería casarse joven y tener hijos más temprano que tarde, ¡Pero jamás creyó que le caería la cruz tan rápido!

Sabía que la mayoría de niñas tenía parejas muy jóvenes, ¡Pero esto es ridículo! ¡Y lo peor es que estaban frente a ella discutiendo matrimonios políticos como si nada! Ella estaba extremadamente incomoda y casi no hablaba o daba respuestas vagas, pero esto parecía incentivar aún más la discusión de si ella tendría un matrimonio arreglado o no.

—¿Sabes? Con tu lindo y adorable rostro, ¡Seguramente tienes muchas propuestas matrimoniales! —habló la entrevistadora.

—Eh...

—Y si no las tienes, ¡Estoy segura de que entre la audiencia debe haber muchos interesados en mantener a una belleza como tú! Con tu carrera en asenso y tu encanto, no te costará nada contraer matrimonio...

—Quiero centrarme en mi carrera, no estoy preocupada por cosas como esa —interrumpió Elise visiblemente incomoda y un tanto irritada—. Aun tengo mucho tiempo, solo tengo diez años, no necesito pensar en cosas como esa actualmente.

—¡Tienes razón! Tus padres son quienes deben de preocuparse por arreglar tu matrimonio, dijiste que eran comerciantes un poco famosos, ¿Verdad? Seguramente tendrán algún socio en mente para ti...

—La única forma en que yo me case, será por amor —cortó firmemente Elise—. Mis padres están de acuerdo con eso, mis hermanos están de acuerdo con eso y yo decido eso, no me comprometeré por beneficios como si fuera un bien, soy una persona y si tengo que pasar toda mi vida con alguien que no amo ni me ama, prefiero morir.

—...

—No soy un bien, ni soy un objeto, soy una persona, y como tal, se me tiene que respetar. Si en el futuro me caso, mi marido tendrá que ser alguien amable, responsable, cariñoso y guapo que no me prive de nada. No quiero a un hombre que me mire por debajo del hombro y me mande a callar, quiero alguien que me mire como su igual y respete mi voz tanto como yo respete la suya.

—Eje... tienes gustos muy específicos, ya veo... —habló la entrevistadora un tanto incomoda y con una sonrisa forzada—. Tus padres deben amarte mucho... ¿Eh...? Pero por mucho que digas eso, son los padres quienes deciden con quien te casarás, se los debes por darte la vida y debes honrar los sacrificios que hacen e hicieron por ti, por como te siguen cuidando hasta el día de hoy...

—Aunque amo a mis padres, yo no les debo nada —habló fríamente Elise—. Yo no elegí nacer, yo no tuve la capacidad de decidir si quería caer en este mundo o no, ellos son los que me trajeron aquí por sus propios deseos.