LXXXI. Errático

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Shisui supone que la primera bandera roja que debió recibir o pista de lo que planeaban estos muertos vivientes era cuando empezaron a servirle copa tras copa de alcohol, la segunda pista debió ser cuando le dieron habitaciones separadas con su esposa a pesar de que estaba bastante borracho y casi que intentaba desnudarle sin importarle quien los viera.

Supone que ese alcohol tenía algo raro, porque que no despertó ni siquiera una vez en toda la noche y durmió sin sueños, cosa que es rara entre el estrés de ser shinobi, recuerdos traumáticos y de muerte, sentidos agudizados y la ligera sed de sangre que lo asola cuando Elise no duerme con él.

-joder, su equipo Anbu tenía que tener cuidado con él cuando dormía o de lo contrario serían asesinados mientras duermen o incluso mientras están despiertos porque no logran sacarlo de su estado semi psicótico, por lo que rara vez solía dormir en sus misiones-.

Elise miró sonriente a las mujeres mientras tenían una agradable fiesta de té, después de cantar hasta que su garganta dolía un poco, ella fue a amamantar a su adorable Kagami que, de alguna manera, sometió a todos los niños a su alrededor a un kilómetro a distancia con su adorabilidad abrumadora convirtiéndolos en sus pequeños esclavos.

Admite que fue divertido ver a un pelotón de niños preocupados porque Kagami no paraba de llorar irrumpiendo en un evento formal.

Je, el poder de adorabilidad de su hijo es más de tres mil.

—Entonces, antes de casarte con un Uchiha, ¿De qué familia provenías? —Elise saboreó la pregunta junto con el dulce té, tomándose su tiempo para responder y mirarlas con satisfacción.

—Venía de una pequeña familia de comerciantes, así es. El mayor de todos decidió seguir los pasos de mis padres en el rumbo de los negocios familiares, el segundo se convirtió en un shinobi que participó activamente en la tercera guerra mundial shinobi y el tercero, por un tiempo probó el camino shinobi antes de decidir que ese no es el camino que él quería y se volvió un actor —habló humildemente Elise.

Como si su maldita familia no pudiera comprar un país o una nación.

Como si Natsuo no estuviera haciendo de las suyas con los daimios de la nación del rayo.

Como si Kiriya no fuese un Anbu con una larga carrera shinobi que era de completa confianza del Hokage.

O como si Asher no estuviera intentando follarse a la quién sería la partidaria de la revolución de Kirigakure y posterior Mizukage.

Elise ocultó su sonrisa detrás de su taza de té.

—Ya veo, supongo que tus padres te ayudaron mucho en eso de apoyarte para que alcanzaras el éxito que tienes hoy en día —habló comprensivamente una de las mujeres de los ancianos del consejo.

Sorpresivamente, esas señoras eran bastante amigables a excepción de las tres mujeres dominantes del consejo.

Elise supone que todos prefieren ponerse del lado de la mano de hierro de Mikoto a que esos costales de hueso con un pie en la tumba.

—Si... —Elise soltó una pequeña risita que ocultó con las mangas de su Kimono—. Cuando ellos se enteraron que quería cantar, me apoyaron muchísimo e incluso compraron algunas disqueras.

—¡¿C-cómo...?! ¿Toda una disquera, no un grupo ni nada? —preguntó otra señora casi en shock.

Disqueras —asintió Elise con una sonrisa brillante.

Tsumogi, la más experimentada con serpientes venenosas que ocultan sus intenciones detrás de una sonrisa, sintió una ominosa sensación.

—¡Vaya! Eso debió salir mucho dinero —habló extrañada y sorprendida otra mujer.

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Where stories live. Discover now